Mayo, mes para agasajar a las madres

En todas partes del mundo se celebra o se escoge un día para agasajar y recordar a las  madres. Tradicionalmente esta fecha es en el mes de mayo.

Es una fiesta del calendario católico y cuando niña, recuerdo que en los textos de lecturas escolares había una historia sobre una niña que en ese día usaba una rosa blanca, mientras las demás niñas usaban una rosa roja.

La niña de la rosa blanca le explicaba a las demás niñas que su flor era diferente en el color, porque su mama estaba muerta.

Me hacia llorar por lo tierna de esta historia, en realidad he contado siempre con tantas madres que nunca he podido escaparme lo suficientemente rápido para librarme de ellas y poder hacer mi voluntad o tomar decisiones que no las involucre. 

No es desagradable tener esta experiencia y debemos darle gracias a Dios y a la vida por esta ventaja de tener siempre personas que estén atentas a nuestras necesidades.

Pero debemos recordar que las etapas hay que superarlas y de lo recibido en algún momento debemos dar a los demás, sin ser tropiezo en la vida de las demás personas, mucho menos en la vida de nuestros hijos que desean experimentar en carne propia sus propias experiencias, buenas y malas decisiones y muchas cosas que nos ofrece la vida.

Cuando hay amor es muy fácil salir adelante, pero cuando es la obligación la carga suele ser muy pesada y siempre estamos viviendo a medias y tratando de ignorar o dañar a los que tenemos a nuestro alrededor, aunque tratemos de ser las mejores personas del mundo.

Debemos asumir nuestras responsabilidades y saber que llega un momento en la vida en que debemos tener un compas de espera para que las demás personas también asuman los cambios que se están dando y tomen buenas decisiones para su propia vida.

Por eso debemos recordar que la vida es una sola y que llega el momento en que nuestras madres y aun nuestros hijos cumplieron su tiempo y que debemos actuar en consecuencia, agasajando con un buen o mal comportamiento y tomando decisiones que los ayuden a ser buenos hijos y en su día buenos padres.