Principios Biblicos

Dios no hace acepción de personas

Es un principio que todos tenemos en mente cuando vemos o pensamos que una actitud de parte de un cristiano es injusta.

Hacer acepción de personas es favorecer sin merecimientos o ser parcial por cualquier causa hacia el que no tiene la razón.

Aunque muchas personas toman este término como que todos somos iguales y merecemos igualmente ser favorecidos.

Puede ser así en algunos casos, pero realmente no todos somos iguales y no todos merecemos lo mismo. Y este concepto es algo muy difícil de entender y definir.

Puedo tardar horas en explicarlo y difícilmente alguien que se siente herido o rechazado lo alcanza a comprender en toda la extensión de la palabra.

Dios es perfecto, el hombre perdió la perfección. Y si comenzamos a entenderlo desde el punto de vista de los padres hacia los hijos; terminamos dándonos cuenta que la Biblia es clara al mostrar que desde los patriarcas y sus esposas viene el hacer acepción de personas aun en  medio de los hijos y las familias.

No debe ser así y como padres estamos obligados a tratar de mantener un equilibrio porque ningún hijo es igual que otro, pero si podemos tratar de sacar el mejor partido posible de las capacidades y cualidades de cada uno para que aprendan a tener independencia emocional y encontrar un buen camino a lo largo de la vida.

Entonces la visión distorsionada del amor hace que muchas veces en vez de sacar valores, sembramos rencores con la falta de sabiduría unida a la avaricia de querer lo mejor para nosotros y nuestros hijos.

Si nos remitimos al libro de Samuel nos daremos cuenta que a pesar de Samuel ser un buen legislador no fue un buen padre, porque sus hijos andaban en desobediencia y la responsabilidad de los hijos termina recayendo sobre los padres.

Muchas veces las decisiones que como maestros tomamos por el bien de nuestros pupilos pueden causar rechazo y se puede pensar que son malas decisiones o que es una disciplina muy fuerte la que impartimos.

Pero así como algunos hijos necesitan vara y no hay quien se las aplique, algunos otros pueden necesitar un castigo liviano o simplemente mostrarles la dirección en la que deben caminar.

Por eso un buen consejo tomado a tiempo puede ser el camino de la salvación de una familia, como sucedió con Moisés. Moises no tomo la decisión de nombrar a ninguno de sus hijos como sus sucesores y siendo carne como cualquier otro seguramente sintió la tentación de hacerlo, pero fue sabio gracias a la comunión que mantenía con Dios.

En Isaías 40:12 dice: ¿Quién midió las aguas en el hueco de su mano, con su palmo tomó la medida de los cielos, con un tercio de medida calculó el polvo de la tierra, pesó los montes con la báscula, y las colinas con la balanza?

Los leprosos y Jesús es una muestra de que debemos hacer cierta clase de acepción de personas. Jesús podía acercarse, hasta tocarlos porque impartía sanidad, pero él era ejemplo de sus discípulos y las personas que lo rodeaban y era un maestro, por tanto tenía el deber de comportarse adecuadamente para dejar no solo enseñanzas de palabra, sino su maravilloso ejemplo.

La lepra y las enfermedades son señales de pecados y maldiciones herenciales que manifiestan la raíz de estos pecados generalmente ancestrales y esto está comprobado medicamente.

Jesús no se acercaba no solamente porque eran enfermedades contagiosas, sino para mostrar la contaminación que se hallaba en estas personas.

Aunque Jesús no siempre actuaba de la misma forma con los enfermos, como en el caso del ciego de nacimiento que sano Jesús untando lodo de la saliva que escupió en tierra; lo mando a lavarse para que viera.

Entonces cuando no hacemos acepción de personas es en los momentos que siguiendo la guía del Espíritu Santo de Dios o con nuestro entendimiento y conocimiento cristiano y del mundo corregimos sabiamente para edificar y plantar, no para destruir y derribar lo que Dios creo.

Moraleja: El alumno aprende de los buenos maestros para aplicar el conocimiento guardando los valores y enseñanzas, pero debe crecer y encontrar sus propios caminos.


Sansón y las debilidades

¿Qué le estas entregando al enemigo?

Muchas veces como cristianos estamos desapercibidos de las asechanzas del mal y nos dejamos llevar por los deseos de la carne. Cuando tenemos la bendición, nos sentimos en paz y estamos adormecidos espiritualmente debido a que pensamos que la labor que Dios nos encomendó está cumplida y tenemos todo el derecho a disfrutar de lo que tenemos en nuestras manos y de lo que llega muchas veces con apariencia de bondad o pensamos que estamos haciendo la obra en las personas del mundo.

Cuidado con lo que haces porque a menudo nuestro fin es hacer una labor cristiana en medio de las personas que están en el pecado y las garras del enemigo, pero no obramos con sabiduría y caemos fácilmente en lazo del diablo.

El propósito del enemigo es descubrir en donde está tu fortaleza y tus debilidades para poder actuar en tu contra y alejarte de Dios.

Así como Dios ama al hombre, el diablo aborrece verte en santidad, en el camino correcto y aprendiendo con Jesús.

Una ilustración de esto está en el libro de Jueces. Cuando leemos la vida de Sansón. Algo que sobresale en este relato bíblico es las artimañas de los filisteos para descubrir en donde residía la fuerza de Sansón.

Una de estas artimañas es utilizando a las mujeres extrañas, porque los hombres se dejan envolver fácilmente por los encantos de las mujeres que les roban su bienestar, familia y hasta su honra.

Ese espíritu de Sansón que se apodera de los hombres la mayoría de las veces, porque también hay mujeres que se dejan seducir muchas veces por hombres extraños.
Así el enemigo va a utilizar muchos recursos para engañarnos, tratando de descubrir nuestros secretos y la bendición para hacernos tambalear, hacernos caer en el pecado y la muerte.

Hay un dicho que dice que el que se acerca a la candela se quema, así le paso a Sansón. Tanto se dejó llevar por las mujeres que utilizaron este recurso para descubrir el secreto de su fuerza y someterlo, dominándolo.

Así el enemigo nos quiere sometidos, dominados por él y vencidos, para que a su vez nosotros arrastremos a más personas al pecado y la maldad.

¿Pero porque a veces tenemos que pagar consecuencias tan terribles por nuestras acciones? Podemos decir que la desobediencia, la debilidad, las bajas pasiones y muchos defectos de carácter más nos hacen caer y enfrentar consecuencias a largo plazo.

En realidad en la vida del cristiano hay circunstancias que van debilitando la vida espiritual y llevando cuesta abajo todo buen propósito.

La primera y más importante de todas es que al ser separado para Dios; Sansón tuvo en poco esta separación y voto de obediencia. Así muchos cristianos en ocasiones actuamos sin discernimiento y somos desobedientes a Dios y las promesas que recibimos para nuestra vida..

Cuando hacemos alianzas con los enemigos de Dios, estamos cruzando una línea que nos va hundiendo cada vez más en el barro de la vida.

Cuando andamos con personas que no convienen a nuestra vida,  andamos en ambientes de pecado y maldición nos vamos alejando cada vez más de la presencia de Dios.

Otra causa muy importante es la falta de perdón, después que Sansón se casó con la mujer filistea, no perdona que se la quiten y se la den a otro y se llena de ira, demostrando violencia y crueldad con los filisteos.

Cuando tenemos falta de perdón y nos llenamos de ira con las personas que nos hacen o han hecho mal en algún momento de la vida, todavía peor si nos vengamos, no vamos a tener comunicación con Dios y nuestra vida espiritual se apaga.

Debemos tener fuerza en Dios, clamar y pedir que nos ayude a tener dominio propio en la debilidad. Cuando nos dejamos llevar de la misma debilidad una y otra vez, terminamos en las garras del enemigo, nos destruimos moral y materialmente la mayoría de las veces.

Sansón tenía debilidad en su parte emocional por las mujeres. Así debemos reconocer nuestra debilidad en cualquier área y trabajar para que Dios nos fortalezca y mantengamos en una vida sana y llena de abundantes riquezas espirituales y también material.

No debemos ser descuidados, debemos tener un compromiso serio con el Señor, Dios viene por una iglesia sin manchas y sin arrugas, por un pueblo santo.

Sin santidad nadie vera a Dios. El matrimonio es santo y debe acercar a las personas a Dios, no alejarlas de él, cuando desobedecemos, rompemos los votos matrimoniales y se cae en adulterio, el enemigo inutiliza nuestra vida.

La moraleja de la vida de Sansón es que las debilidades cuando  perdemos nuestra relación con Dios, estas debilidades ayudan a que seamos vencidos por el enemigo, inutilizados, por eso no debemos unirnos en yugo desigual con los incrédulos.