Sanidad interior


Sanidad, liberación, madurez y crecimiento.

Las personas muchas veces se piensa que por tener determinada edad, son ya maduras mental y espiritualmente hablando. Pero independientemente de la edad que se tenga, en lo profundo del ser de cada persona hay una edad infantil que muchas veces no se supera nunca. 

Esa edad o estado psicológico determina muchos comportamientos y rasgos de la personalidad que conservan en su vida de adultos la mayoría de las personas, e impide que tengan relaciones sanas, una vida abundante de paz y buenas relaciones.


Se reacciona de forma desproporcionada muchas veces a los estímulos que se reciben y se vive con mucha prisa y estrés que se va acumulando.

Se necesita una reconciliación y crecimiento de ese ser infantil que hay en cada uno, despertarlo para sanarlo y conectarse con una alegría real, nuevas ilusiones y ser más espontáneos en las actitudes.

Para identificar esa falta de sanidad y las aéreas que necesitan restaurarse se debe tener primeramente el conocimiento de ellas.

Cuando una persona reacciona de forma rápida, perdiendo la cordura o llenándose de tristeza fácilmente, ahogándose en un vaso de agua, es una de las señales que muestra la falta de equilibrio y sanidad.

Cuando no se habla el mismo idioma que hablan las personas que se tienen alrededor especialmente la familia y hay una carencia de comunicación, aunque se de cuenta que hace falta esa comunicación y no logra darse.

Cuando se repiten comportamientos que se saben que no son convenientes y se cometen los mismos errores una y otra vez.

Cada vez que se recibe una critica se sienten ofendidos y las personas se ofuscan y se ponen a la defensiva.

Cuando se descuida la salud o se tienen costumbres que perjudican el organismo.

Cuando se quiere mejorar económica y socialmente, pero no se alcanza el objetivo por varias razones.

Cuando las relaciones amorosas que se tienen no duran mucho o siempre se esta encontrando a la persona que no conviene.

Todas estas actitudes y problemas son señales de que se necesita sanidad y que se creció en un entorno familiar que lo condiciono por medio de las criticas negativas, la culpa, un rechazo profundo, miedos.

Todas estas cosas ocultas en el interior se deben racionalizar para que no dañe al ser adulto. 

Se debe escuchar lo que hay dentro y que ayuda a que se repita o se haga lo mismo que se les hizo, recreándose en las carencias afectivas y si fueron abandonados, también abandonan constantemente las relaciones afectivas o se buscan relaciones que abandonen.

Todos han tenido heridas emocionales que hay que trabajar en sanarlas, actúan  dañando las relaciones, el trabajo, el bienestar general de la vida que se debe llevar.

Cuanto mas se profundice en las cosas infantiles que hirieron en el pasado, se podrá alcanzar autoridad sobre ellas y quitarles el poder de dañarse la misma persona.

Cuando se aprende a identificar cuales son las formas en que se manifiesta esa actitud infantil mas se aceptara y amara la persona y aprenderá a manejar las situaciones emocionales de una mejor manera, con crecimiento y mejores actitudes.

Cuando a un niño se le tiene en cuenta, escuchándolo y atendiendo sus necesidades, cuando tiene el suficiente  afecto no necesita hacerse sentir con pataletas y malos comportamientos.

Muchas veces con la ayuda de Dios en el caso de los creyentes la liberación es instantánea, pero en otras circunstancias se necesita tiempo y mucha ayuda de terceros.

Encontrando el porque de las adicciones, porque las personas atraen a su vida otras personas siempre problemáticas, abusivas o que son inestables emocionalmente y muchas otras situaciones que tienen su razón de ser en las raíces infantiles de cada uno.

El poder transformador de Dios y su palabra ayuda a tomar conciencia de los desequilibrios emocionales, las males relaciones personales y las tensiones innecesarias en la mayoría de los casos.

Ese ser infantil necesita apoyo y amor incondicional para terminar de crecer y sanar los traumas y todos los dolores recibidos y que fueron causados para saber que ya pasaron, no volverán.

Cuando se reconoce que se es débil, que se necesita ayuda, que sin Dios es imposible lograr objetivos a largo plazo y determinantes, entonces la fuerza sobrenatural de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo se perfeccionara en cada uno ayudando a superar la debilidad y fortalecerse en él para superar toda clase de obstáculos y comportamientos erróneos.

Diga el débil: Fuerte soy. Joel 3:10 parte b

Nigella

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