Permanencia y constancia del evangélico
Siempre se escucho que lo que es de Dios
permanece, lo que no se acaba. Y vemos que muchas veces hay ministerios que no
crecen, ni se desarrollan a pesar de que el llamado es del Señor.
Quizás esto puede deberse a muchas causas,
una de ellas y la más fuerte es el celo ministerial.
Como evangélicos se debe ser apoyadores de
la obra de Dios, despojarse de todas las cosas que no son validas delante del Dios
verdadero en el que se cree. Pero es al parecer algo titánico luchar en medio
de las congregaciones con los tropiezos que no es Dios quien los esta poniendo,
sino el mismo hombre y su carne.
Reconocer humildemente las capacidades e
incapacidades que se tienen es verdaderamente ser un ministro y líder del
Señor.
¿A que me ha llamado el Señor? ¿Qué es lo
que yo quiero y debo hacer en la obra del Señor? ¿Estoy dispuesto(a) a pagar el
precio que el Señor demanda? ¿Puedo aprender a delegar sin egoísmos, lo que no
tengo capacidades para hacer? Esta y muchas otras preguntas deberían hacerse
aquellas personas que quieren hacer algo en las congregaciones.
Hay muchas personas que les gusta ser
maestros, profetas, evangelistas… y no tienen esos dones, quieren ser lo que
ellos quieren, no lo que el Espíritu Santo de Dios quiere que sean.
Escuchando predicar a un pastor se diría de
la vieja guardia, como dicen para señalar cuando la persona no es tan joven.
Nos damos cuenta que para predicar no se necesita tanta palabrería o verdades a
medias. Se limito a leer varios versículos de la Biblia que trataban de un
mismo tema, tomo de ejemplo a varios hermanos en medio de la congregación para
explicar la idea y en base a esto explico de una forma sencilla la
evangelización para que las congregaciones crezcan.
La meta para el primer hermano fue de un
miembro nuevo evangelizado por el en un año, al año siguiente cada uno llevaba
un nuevo miembro, y van cuatro y así sucesivamente cada año.
Es una meta fácil y buena de cumplir cuando
se evangeliza fuera de la congregación. La conversión de muchas almas al mismo
tiempo es en los servicios, campañas y demás impactos evangelisticos que se hacen con este fin.
Porque una persona que se evangeliza en
cualquier lugar, para que sea bien evangelizada y luego sea firme en la fe y evangelice
a otro y así sucesivamente, requiere de tiempo, de sembrar en ella la palabra.
El evangelio de nuestro señor Jesucristo,
el verdadero evangelio en el que se cree hay que enseñarlo con la verdad a
corto, largo y mediano plazo, no se puede engañar, ni decir verdades a medias.
No estamos ganando clientes, estamos
ganando almas, aquí el fin de no justifica los medios. Sino que los medios que
utilizamos nos llevan a un fin, buscado por la palabra de Dios, por el
testimonio de Dios.
No enseñamos a mirar a las personas, a ser
seguidores de otros hombres, enseñamos la deidad del verdadero Dios, Padre,
Hijo y Espíritu Santo de Dios. Se debe ser Cristo céntricos, el modelo a seguir
es Jesucristo hijo, no el pastor, o el evangelista tal, o…
En lo terrenal, se debe querer parecer al
pastor, o evangelista o maestro tal o cual, es valedero que tengamos buenos
ejemplos a seguir, buenos testimonios de vida.
Que se ame a los pastores o ministros que están
a cargo de las personas es bueno y es lo que Dios espera de cada persona. Que se
tenga deferencia por los hermanos en Cristo que se aman es bueno, pero cuando
esto impide que otros hermanos se involucren y participen ya no es de Dios la
obra.
Mateo 18:7 ¡Ay del mundo por los tropiezos!
porque es necesario que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel hombre por quien
viene el tropiezo! (Biblia RV1960)
Por eso se debe instar dentro de las congregaciones a
que aprendan cada día mas de la palabra y que desarrollen dones y talentos que
los ayuden a ser espirituales y a ser amadores de todos los hermanos en Cristo
sin distinciones visibles dentro de la iglesia.
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