Dios y su palabra

Cristianos que viven una realidad cristiana

Muchas veces escuchamos que nos preguntan ¿Y tú eres cristiano? ¿Qué es ser cristianos? ¿Pero tú no pareces cristiano? Y muchas cosas por el estilo o ¿Cómo es eso de ser cristiano y porque eres cristiano?

Ser cristiano en la actualidad es un estilo de vida, ya no es lo que fue en el pasado.  El progreso y la prosperidad alcanzan a todos y algo fundamental de progresar es los cambios que eso conlleva.

El progreso y sus cambios son buenos, porque el progreso ayuda a que las sociedades avancen, a encontrar mejoras y adelantos en todos los sentidos.

¿Como explicamos que es ser cristianos y llevar una vida cristiana agradable a Dios?




Una de las cualidades del Espíritu Santo es el movimiento, siempre se está moviendo y se compara al viento que va y viene en el pasaje de Juan 3:8  El viento de donde quiere sopla, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.

También se compara con el agua, y si recordamos lo que es el fruto del Espíritu Santo en Gálatas 5:22-23 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Nos daremos cuenta sin que nadie nos lo diga si en realidad somos o no somos cristianos.

Porque el progreso no riñe con la vida espiritual individual, ni en grupo de los cristianos verdaderos.

El crecimiento espiritual a veces es muy rápido y en ocasiones tiende a estancarse en las personas debido a que ya no sienten esa necesidad tan fuerte de recibir bendiciones, porque ya Dios los ha bendecido de varias formas. 

Especialmente la prosperidad económica es la que hace que se pierdan muchas veces bendiciones eternas que Dios tiene y que no se dan por la falta de búsqueda de su presencia y la rutina.

¿Que impide que la iglesia crezca espiritualmente y no se reciban las bendiciones?


Algo que impide y daña los nuevos ministerios que Dios tiene para sus hijos es precisamente la rutina, las personas con sus prejuicios y rutinas impiden que los que verdaderamente quieren servir a Dios, lo hagan conforme al propósito que son llamados.

Aquellos que tienen una posición eclesial muchas veces impiden que se desarrollen los ministerios y se den los cambios que llegan con el crecimiento del pueblo de Dios.

Si se enseña y al mismo tiempo se entorpece y frena el que esa enseñanza y llenura que otros tienen la usen para bien de las congregaciones y la evangelización; el pueblo de Dios no crece y perece.

Perecen los ministerios, el fervor cristiano, las ganas de servir a Dios y de dar en la iglesia de nuestro Señor Jesucristo.

No debe ser así, porque las personas idóneas para toda clase de servicios deberían ser los hermanos en las congregaciones, por sus aptitudes y capacitación del Espíritu Santo de Dios.
Lo principal en el mundo actual es aparte de la evangelización honesta y llena de la presencia de Dios,  la educación de los niños y grupos familiares en valores y cambios de vida que fortalezcan la iglesia y la sociedad en la que está fundamentada.

Vemos la presencia de Dios y sus obras en los entornos donde hay iglesias comprometidas en oración y ayuno, iglesias que están llenas de dificultades, aunque no sean económicas, porque están en una guerra espiritual contra las potestades de las tinieblas  como lo dice en Efesios 6:10  Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.

Aquellas iglesias o ministros que tienen grandes luchas, que pasan por pruebas y dificultades, no es la mayoría de las veces juicio de Dios; sino al contrario bendiciones que Dios va a dar y que el enemigo quiere dañar por medio de las luchas, para que el desaliento, el desánimo y la falta de diligencia venzan y se pierdan las bendiciones.

El desánimo es muy distinto al agotamiento, el desánimo va acompañado de pereza para la obra y cosas que son de Dios. El agotamiento requiere reparación, descanso, restauración y en algunos casos sanidad, pero sin alejarse de la vida cristiana, de ser apartados para Dios y de vivir en rectitud.

La obra de Dios no para y Dios tiene sus escogidos para que trabajen en ella. Cuando alguien no corresponde a las expectativas de Dios, las bendiciones se pierden para esa persona, pero hay quien las recibe porque sigue firme en la promesa de Dios para él (ella) o ellos (ellas).

La vista espiritual se afina siendo espiritual no carnal. Y a medida que buscamos el rostro de Dios y seguimos sendas que él tiene para todos, el crecimiento y la prosperidad espiritual y material se va haciendo evidente cada vez más en las personas que viven esa búsqueda constante y llena de amor por Dios.

Cambiar ciertos prejuicios y paradigmas que se han ido sembrando en los corazones de aquellos cristianos que llevan demasiados años en una misma congregación y que terminan convirtiendo la iglesia en su hogar para mandar y hacer las cosas a su modo y no conforme a la voluntad de Dios.

La iglesia es el lugar de oración y adoración, no de reuniones sociales, aunque se puede y se deben hacer lazos de amistad y buena voluntad entre los hermanos en Cristo.

Pero cuando el propósito de Dios y su palabra se ven entorpecidos en las congregaciones, porque las amistades y lazos familiares toman el lugar que pertenece a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo llega el momento en que la inconformidad y la vanagloria humana toman el lugar de mando que le pertenece solo a Él.

Dios te bendiga







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