Niveles de autoridad en todos los
niveles
Jesús
era respetuoso de las autoridades, de sus padres y de todos los niveles de
autoridad porque los aprendió de sus padres.
José
era un carpintero, pero no un carpintero cualquiera, era un carpintero honesto,
que sabía hacer su trabajo y lo hacía bien, María era un modelo de suavidad y
buenas enseñanzas pero con autoridad.
Con
la debida reverencia que merecen los héroes bíblicos, porque María no es Dios,
ni José tampoco, pero Jesús es la tercera persona de la trinidad y es Dios al
mismo tiempo, aunque en aquellos momentos estaba humanado debemos pensar en
ellos como una familia modelo en una comunidad, a la que hay que envidiar
sanamente o cambiar la palabra envidia por mirar, aprender de ellos. También tuvieron
que disciplinar a Jesús y tuvieron problemas entre ellos como pareja.
Por
todas estas cosas que aprendemos diariamente de la gente alrededor nuestro,
muchas veces olvidamos los ejemplos bíblicos a los que debemos remitirnos para
saber cuáles son los niveles de autoridad que debemos respetar.
En
una comunidad eclesiástica todos los ministros merecen respeto y deben ser
tratados con el debido respeto. Aun cuando muchas veces tenemos acceso a la
privacidad familiar de ellos y nos enteramos de cuáles son los problemas y las
necesidades de ellos, debemos saber que si no tenemos la capacidad de aceptar
sus errores y faltas visibles en ocasiones es mejor alejarnos y guardar
silencio, antes que desacreditarlos y padecer las consecuencias de los pecados
ocultos en nosotros mismos y de los cuales daremos cuenta algún día al Señor.
Nosotros
como evangélicos queremos señalar otras denominaciones y hacer ver que no son
sana doctrina o cualquier otra cosa que impida que nuestros hijos pertenezcan a
esas sectas y eso es atentar contra los derechos humanos en los que tenemos
libertad de cultos.
Muchas
veces en los corazones de cada uno hay idolatrías parecidas representadas en el
chisme, el adulterio, la mentira y que se yo cuales otros pecados.
También
como evangélicos si hay libertad de cultos, esto quiere decir que las creencias
de una persona deben ser respetadas y
aceptadas, también las congregaciones tienen el derecho de aceptar o rechazar
un miembro de acuerdo a su testimonio.
Un
grupo de personas se reúne para adorar a Dios y compartir la misma palabra, no
para disentir y crear contiendas, ni para divisiones. La iglesia es el apoyo del estado y se
necesita la unidad para que cesen las guerras entre hermanos, podamos conservar
el mundo y llevar un evangelio de sana doctrina y con el respaldo de todos los
que se congregan, eso se llama un mismo sentir en medio de las diferencias.
Mientras
aprendemos los niveles de autoridad debemos ser obedientes, dejar que nos guíen,
consultar nuestras dudas con el hermano que nos llevó a esa congregación.
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