Dar de gracia lo que de gracia se recibe
Mateo 10:8 Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera
demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.
Esta palabra es tan
linda y debemos darle gracias a Dios por ella, porque aunque parezca que en la
realidad es una utopía, no es así.
Hay corazones nobles
y el verdadero evangélico ha experimentado la nobleza de estos corazones y la
gloria de Dios cuando se encuentra con hermano en Cristo o cuando Dios lo manda
en su rescate.
Es un reconocimiento tácito
de la persona, no hay necesidad de palabras, solo sentimos ese sentimiento de
liberación y gozo, como cuando se está indefenso y un gigante imaginario nos
defiende.
Estamos indefensos a
merced de los médicos, no solamente el enfermo, sino el que esta con
enfermedades de locuras diferentes, muchas veces el impulso de servicio que
ayudo a estudiar la medicina al profesional de la salud para sanar y restaurar
las vidas inclusive cuando el cuerpo está muerto muchas veces en apariencia o
necesita el recurso de resucitación, esta ese hombre o mujer dispuesto a luchar,
a enfrentar esos demonios que están en contra de la salud de los enfermos y que
Dios da la sabiduría y los recursos para que se dé la solución se está dando de
gracia lo que de gracia se recibe.
Se da en estos casos
y en muchos otros, en la rama de la medicina específicamente y también cuando
nos esforzamos en hacer el bien, cuando tenemos a nuestro alcance los medios
para ayudar o enseñar cosas buenas, estamos cumpliendo con este precepto.
Esto no quiere decir
que porque nuestro presupuesto es bueno, debemos regalar de lo que tenemos sin
ser previsores, no debemos malentender el verdadero evangelio de nuestro Señor
Jesucristo.
Podemos regalar
algunas cosas en ocasiones, pero no es obligación dar a quien los demás quieran
o favorecer al indigente pasando por la familia en la carne o de crianza.
También amamos a
nuestros hijos cuando sabemos renunciar a ciertas cosas a las que por
tradiciones de los hombres tenemos derechos supuestamente y que en realidad son
abuso.
Ejemplo de esto es
cuando queremos que un hijo o algunos de los hijos que tenemos nos den una vida
cómoda y beneficiamos a otros con este abuso.
También en ocasiones
cuando por linaje, raza o economía obligamos a los hijos a contraer nupcias o a
comprometerse con una pareja para subyugar, esclavizar y hacer mal uso de su
patrimonio representado en la herencia material de posesiones o inversiones
monetarias, afectos, personalidad, autoestima y todos los valores materiales y
espirituales que componen el todo de una familia.
Otra forma de abuso
es el laboral; cuando una persona por la razón que sea usa y abusa por medio
del matoneo o bullying, presionando al personal a su cargo y viceversa, en fin la situación dada se debe resolver de la
mejor manera y en lo posible cuando somos cristianos debemos recordar que un
remedio a tiempo es mejor que un mal a destiempo.
Renunciar a nuestros
hijos quiere decir permitir que ellos libremente dentro del marco de la ley y
las posibilidades que se le presenten por medio de su nivel y calidad de vida
se les permitan acceder a estos beneficios sin condiciones. Dentro del marco de
la ley quiere decir la parte que le corresponde a los padres.
Por eso dar de gracia
tiene un significado relativo de acuerdo a quien quiere dar de gracia y al que
recibe esa gracia o dádiva.
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