El cuerpo como templo del Espíritu Santo

1 Corintios 6:19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? 

6:20 Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios. 




Esta palabra es muy usada por los ministros y las ovejas evangélicas, es una palabra muy linda que no debe ser tomada únicamente en estos dos versículos, sino más bien leer todo el capítulo para tener una más clara comprensión de lo que es fornicar.

Fornicar según el diccionario es prostituirse, una persona que usa su cuerpo para estar con hombres o mujeres, tanto el hombre como la mujer son fornicarios cuando están teniendo relaciones sexuales con personas con las que no tienen el vínculo legal del matrimonio.

Pero hay una clase de fornicación en la que cae el hombre o los hombres (en este caso el termino abarca a todas las personas de sexo masculino o femenino, el homosexual en todas sus formas es un tercer género, pero entra en los dos términos de masculino o femenino) y es el de no cuidar el templo del Espíritu Santo de varias formas, también se es fornicario cuando se reemplaza el sexo por otras cosas como la masturbación, remedios sin tener necesidad de ellos para evitar tener sexo o para tener un mejor sexo sin prescripción médica, esta causa es por alguna clase de sanidad que los médicos recetan estas medicaciones.

Se es fornicario cuando la comida está reemplazando el sano afecto que une a dos personas, todas estas cosas están dañando los ecosistemas que son el cuerpo, como por ejemplo cirugías innecesarias que se practican con otros fines a lo que es conservar la salud en hombres y mujeres.

La cirugía plástica es necesaria cuando evitamos los efectos de la gravedad en el cuerpo y tenemos una mejor calidad de vida en todo sentido, gracias a que los avances de la ciencia para el hombre en su cuerpo son tan necesarios como los inventos del telégrafo, el telescopio y tantos y tantos como los trenes hasta llegar al metro y así.

El egoísmo, la envidia, abuso y todas esas emociones insanas que se canalizan mal, porque queremos mantener un status en medio de nuestros familiares y conocidos dañan el buen desarrollo del cuerpo que es templo del Espíritu Santo.

Los cristianos podemos luchar contra estas malas emociones, pero no en la carne, sino con la ayuda del Espíritu Santo de Dios, tomando cada uno su cruz y siguiendo a nuestro Señor Jesucristo, por eso la palabra de Dios es útil para enseñar,  redargüir (quiere decir cuando nos hace conscientes de lo que hemos hecho mal y debemos cambiar) corregir e instruir en justicia.


2 Timoteo 3:16 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia.


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