El enojo y el pecado

Aireaos pero no pequéis, que no se ponga el sol…

Esta palabra es muy difícil de cumplir muchas veces, no debemos pecar manteniendo el enojo, debido a que el enojo nos impide recibir más de Dios.

La misericordia de Dios es tan grande que impide que seamos consumidos por él, que también es fuego consumidor.

Así como nos gusta alimentar nuestro cuerpo con lo mejor, debemos alimentar nuestro espíritu y entendimiento con lo mejor y lo mejor es el alimento espiritual de la palabra de Dios.

Cuando entendemos que Dios tiene propósitos especiales con cada uno, cuando nos aferramos al conocimiento de su deidad y de lo que espera de nosotros, vamos siendo cada vez más capaces y tenemos más fuerzas para esperar pacientemente en él.

No debemos ser tropiezo a las personas, pero a veces no solamente somos tropiezo, sino que hay personas que nos hacen tropezar y debemos confiar en que Dios hará su obra perfecta.

No debemos rechazar al que necesita, no debemos rechazar al que cree que Dios nos usa como vasos limpios, pero también muchas veces frágiles, por eso en unidad los hermanos cristianos consiguen mover la mano de Dios, con los recursos santos que él pone en manos de la iglesia.

Los cristianos necesitan reposición, descansar de la lucha diaria y volver a retomar el trabajo en el Señor con nuevo ánimo.

Por eso debemos aprender a escuchar la voz de Dios, aprender los rudimentos de la fe es muy importante, pero dejar que Dios moldee el carácter es aún más importante para mantener la sanidad y la salvación.

No somos salvos siempre salvos cuando recibimos a Jesucristo hijo como Señor y salvador personal, la salvación se pierde cuando cometemos pecados, especialmente aquellos de muerte.

Si le pedimos a Dios que nos escriba en el libro de la vida del cordero, y eso es lo que esperamos quiere decir que no estamos escritos hasta que conocemos a Dios y a su Hijo Jesucristo, siendo sellados por el Espíritu Santo que son las arras de nuestra salvación y unidad con el Padre, el Hijo y el mismo Espíritu Santo.

Por eso en este momento te pido que te detengas a pensar, especialmente aquellas mujeres cabezas de hogar, que apresuradamente toman decisiones para vengar ofensas que muchas veces ellas mismas propician, si en realidad vas a vivir para ver el final de tus malas obras, de aquellas malas decisiones que terminan con tu familia que no cuenta con varones ancianos de valor que te representen honestamente, sirviendo de contención para que esa misericordia de Dios sea extensiva a aquellas personas que amas y que tienen un camino que comenzar en la vida.



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