La familia

La familia y su cuidado

La familia cada día se ve reducida a su mínima expresión, que son los dos padres y uno o dos hijos. En la actualidad no hay casi familias numerosas y día a día se ve más disuelto el núcleo tradicional de familia.

Por esta y otras muchas razones los adultos debemos mantener una mejor vigilancia y educación de los hijos. Siempre han existido los depredadores familiares, pero en la actualidad es más fácil engañar a los miembros más débiles de la familia por la soledad en que viven en ocasiones, especialmente cuando ambos padres trabajan.

Cuando se dice que una sola fruta podrida daña a todas las que se encuentran en el canasto, si no se saca la podrida con prontitud, comparando con la situación que se presenta en ocasiones con los jóvenes y muchas veces hasta con adultos.

Es una gran realidad, las malas compañías no solo tienen malas conversaciones que convencen del mal como dice en este verso bíblico y en otras citas más de la Biblia, que nos advierten de ello, dice en 1 Corintios 15:33 No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres. También en Mateo 12:35 El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca cosas buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca malas cosas.  

Aplicándolo a las familias cristianas no debemos descansar en el cuidado de Dios para nuestros hijos, en alguna parte leía que Dios no tiene nietos y así es. Dios únicamente tiene hijos, hijos lavados por la sangre de Jesucristo, conscientes de que recibieron a Jesucristo como salvador personal.

Muchas veces creemos que porque vamos a la iglesia, somos cristianos servidores del Señor, tenemos asegurada muchas cosas y una de estas cosas es un bienestar familiar completo, que incluye la madurez y sabiduría de los hijos.

Esto es un gran y profundo error, especialmente para aquellos ministros que permiten que sus hijos estén al cuidado de los hermanos en la congregación y que son permisivos con ellos, faltándoles disciplina y enseñanzas sanas de valores.

Ellos van a la iglesia la mayoría de las veces porque los llevamos, muchas veces los obligamos hasta que tienen una edad para decidir y se alejan totalmente de las congregaciones y por ende de la presencia de Dios.

Descansamos en Dios pensando que el cuida de nuestros hijos, nos descuidamos cuando en realidad tenemos el deber de criarlos, ayudarlos, vigilarlos y enseñarlos, principalmente cuales son los peligros del mundo y de la carne.

Los vemos grandes porque tenemos a Dios en nuestra vida y nos engañamos pensando en lo fuerte que son, en todo lo que saben para ayudar a cualquier persona predicándole, o escuchándola y las edades deben buscarse y los jóvenes no deben tomar las cargas que corresponden a los mayores, un joven sin experiencia no tiene discernimiento para entender ciertas cosas que acontecen en la vida de las personas. No tiene la experiencia necesaria para dar un concejo acertado, hay cosas que solo se aprenden con la edad, con la experiencia de los años, aunque se viva una buena vida, los años dan mucha claridad. Por eso son tan importantes los ancianos en las congregaciones y en las familias.

La Biblia dice que las mayores enseñen a las menores, esto está en Tito 2:4 y así como tenemos el deber de enseñar a las mujeres más jóvenes, acontece con los hijos y especialmente los padres a los varones, porque sin una figura paterna es muy fácil que sean engañados.

“Aunque vine a conocer realmente la palabra que está en la Biblia cuando era bastante mayor, ya llegaba a los treinta y cuatro años, para mí siempre ha sido fácil dar buenos consejos a mis amistades y toda clase de personas, gracias a que tuve buenos modelos femeninos de más edad en toda mi vida secular. Eran personas que tenían templanza y valores, que corregían con amor y prontitud porque sacaban del buen tesoro de su corazón cosas buenas. En mi caso personal a pesar de las rebeldías que tenemos en la vida y todo lo que implica crecer, siempre he sido una persona temerosa de disgustar y ofender a mis mayores y siempre fui bastante obediente, por eso espero obediencia y respeto de las personas menores. El gran énfasis cristiano se ha dado de varias décadas atrás, en que las denominaciones evangélicas han crecido y hoy en día obtienen bastante popularidad y es casi que imposible decir que no hemos escuchado hablar del plan de salvación. Pero en mis tiempos de primera juventud no se escuchaba mucho sobre los evangélicos y eran tomados más como una plaga, que como un grupo llamado a ministrar la verdadera palabra de Dios y como dice una hermana cuando ve las cosas que vivimos: al árbol que da fruto es al que se le tira piedras, al que no lo tiene no hay necesidad, nada hay que bajarle.”

El principal y más bello fruto de un cristiano son sus hijos, su familia,  por eso cuando se dejan puertas abiertas o se pretende hacer la obra de Dios descuidando a la familia, debemos pagar las consecuencias de ello. Esas consecuencias si a tiempo no le ponemos remedio y vigilamos, oramos y batallamos espiritualmente por los hijos, es correr el riesgo de perderles de la peor manera.

Cuántas veces hemos escuchado testimonios de jóvenes hijos de pastores que estuvieron descarriados en la droga y cosas del mundo. Gracias a Dios escucha nuestras oraciones y la mayoría de las veces podemos ver reflejada su Gloria en nuestras vidas y en la de las personas amadas.

Pero estas situaciones muchas veces pueden ser evitadas si a tiempo estamos pendientes de ellos, vigilamos las amistades que tienen y los dirigimos a llevar una vida de fe y realidades que les den crecimiento, impidiendo que tomen caminos de muerte y nos den grandes aflicciones, muchas veces sin reversa.

Algunos padres cristianos cuando sus hijos eligen un mal camino creen que Dios en su momento se los va a devolver sanos y salvos, cuando en realidad si no se pelea la batalla de la fe, los pierden muchas veces irremediablemente, quizás no lleguemos a tiempo para que se recuperen rapidamente y muchas veces tropiecen definitivamente con la muerte, porque tomaron malas decisiones.

No os unáis en yugo desigual con los inconversos dice la Biblia, y es muy sabia en esto. Cuando un cristiano o cristiana se casa con una persona que no es conocedora de Dios con la esperanza de convertirlo, esta fallando totalmente; porque la mayoría de las veces termina o alejándose de Dios o con el tiempo separándose de la pareja.

Muchas veces se habla de Timoteo como ejemplo de ministerio juvenil, pero Timoteo no era un adolescente, ni un neófito, tenia condiciones gracias a su experiencia y viajes. Cuando Pablo lo nombro pastor fue una excepción, no quería hacer de ello una regla, ya Timoteo llevaba 14 años de andar con Pablo, tenia alrededor de treinta y ocho años cuando fue nombrado pastor.

También se deben tener en cuenta la diferencia de los tiempos bíblicos a los actuales. En aquellos tiempos era un deber del hombre madurar antes, por las duras condiciones de vida y la carencia de estudios como los de hoy en día.

Muchas veces se toma el texto sin el contexto y así se abusa de la palabra que Dios da, podemos tomar una parte de un versículo, o un solo versículo para enseñar o aprender, pero esto sin dañar el espíritu de la letra.

Hay un versículo bíblico inspirador en mi vida y que es rema especialmente para mi vida familiar dice: Romanos 12:21 No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.

Dios te bendiga











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