La
envidia como evitarla
Si nos remitimos a la Biblia, el primer envidioso que
encontramos es Caín. Vemos que la envidia va unida a una serie de consecuencias
nefastas en el caso de Caín, mato a su hermano por envidia y podemos ver muchos
ejemplos de diferentes situaciones a nuestro alrededor en estos días.
La envidia es generada por la baja autoestima de las
personas y la inseguridad, por un deseo malsano de tener aquello que tiene
otro, deseando que el otro no lo tenga o que lo pierda en la mayoría de los
casos.
Las personas envidiosas generalmente son insaciables en su
envidia; nunca va a encontrar satisfacción en las cosas o talentos que ella
tiene, siempre mirara lo que tienen los demás y que a ella le falta.
Los celos también se unen a la envidia, la persona celosa
siente envidia de la atención que le brinda a otras personas el ser amado.
La envidia es producto de los deseos de la carne y en Gálatas
5:19-21 es nombrada como obra de la carne que es contrario al fruto del Espíritu.
Una persona que padece envidia no lo reconoce ella misma,
aun muchas veces ni se da cuenta que esta envidiosa y siempre justifica su
envidia contra otra persona de diferentes formas.
Por esta razón la oración que es fuente de poder y puede
llevarnos a pedirle a Dios que nos ayude en nuestras debilidades, ayudándonos a
entender si padecemos este perverso mal. Así como el rey David le pedía a Dios
en el salmo 19:12 ¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame
de los que me son ocultos.
Debemos pedir a Dios para que su santo Espíritu nos
redarguya y nos muestre nuestras propias emociones. Y sigue en el verso 13 Preserva
también a tu siervo de las soberbias; Que no se enseñoreen de mí; Entonces seré íntegro, y
estaré limpio de gran rebelión.
Debemos trabajar en
esos aspectos emocionales, pidiendo a Dios que arranque y desarraigue todos
esos sentimientos envidiosos, fortalecer nuestra propia autoestima de manera
que estemos seguros de nosotros mismos.
Para esto debemos
saber que somos valiosos y que a pesar de que otras personas pueden tener
mejores capacidades para ciertas cosas o nos superan por diferentes motivos, no
debemos dejar de reconocer nuestras propias cualidades.
Dios nos hizo
diferentes y gracias a la herencia o genética que recibimos de nuestros
antecesores tenemos las características particulares que nos hacen únicos y no
debemos olvidar que Dios nos ama con amor eterno y él es capaz de quitar las
carencias en nuestra vida.
¿Estas consciente de
haber sentido envidia en alguna ocasión por otras personas? ¿Te dejas llevar de
los malos deseos o le pides a Dios como hizo el rey David en su momento?
La envidia impide que veas la bendición que recibes diariamente de Dios y generalmente se envidian las cosas materiales o físicas que otras personas tienen. Debemos evitar andar con las personas que siempre están señalando a otros o que padecen envidia.
Dios te bendiga
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