Jesús aun se conmueve en este tiempo

La biblia nos enseña sobre las emociones

Jesús entonces, al verla llorando, y a los judíos que la acompañaban, también llorando, se estremeció en espíritu y se conmovió,       Juan 11:33

Dice que Jesús se estremeció en su espíritu y se conmovió. Estremecer es una sensación que cada persona define a su manera, quiere decir que la persona siente un estremecimiento físico y en el caso de Jesús fue algo espiritual; mas que una sensación física. Agrega: "se conmovió", que también es una emoción más clara, porque nos hace sentir ternura, nos impresiona, nos hace compartir una tristeza o quizás alegría con otra u otras personas.

En este caso a Jesús lo conmovió  ver el llanto de María y los demás acompañantes. Jesús amaba a María y su familia entrañablemente.  Y repite nuevamente en el versículo 38 del mismo capitulo que Jesús estaba profundamente conmovido. .

Juan 11:38 Jesús, profundamente conmovido otra vez, vino al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta encima.

Así se puede estar conmovido profundamente al ser participe de las tristezas o circunstancias adversas de los demás. Y como Jesús compartimos las necesidades de algunas personas que nos son cercanas.

 Aunque no tengamos el poder de él para cambiarlas en un momento dado. Debido a que la vida sigue un rumbo especifico en los seres humanos y llega el momento en que se debe partir de este cuerpo material.

En ocasiones se reciben condolencias y saludos de personas que quieren dar esperanza y ayudar a pailar o dar consuelo al dolor que están sintiendo en ese momento la familia de esa persona que ha partido. Aunque son dadas con la mejor voluntad, en ocasiones no son suficiente recibirlas de las personas, porque el dolor impide aceptar lo que esta ocurriendo.

Otras se reciben con mayor consuelo y debemos ser oportunos para ser usados por Dios y ayudar a todos. Especialmente a los hermanos en Cristo con los que se comparten tantas y tantas cosas en la vida cristiana.

Para nadie es fácil aceptar la muerte de un ser querido. Pero son situaciones sin reversa y cuando se cumple un ciclo y Dios tiene destinada la partida de esa persona amada, no todos están en capacidad de consolar debidamente.

Muy bueno es que cuando una persona parta se este en paz con ella. Aunque no siempre es la realidad de la vida, se debe procurar mantener una relación de amor y comunicación constante con Dios para estar en buena relación con todos.

Lo que no hagamos en vida por la persona, después que ha partido es imposible arreglarlo. Hay opciones para alcanzar esta meta tan difícil para algunos y no es imposible si Dios está en el asunto.

Sucede también que algunas personas sufren grandemente la partida del ser querido, debido a  la relación afectiva y tan cercana emocionalmente que mantenían con ese ser ser querido. 

Tenemos el ejemplo de Jacob cuando creyó que su hijo José había muerto. También el rey David lloro por su hijo Absalón, sin contar todas las mujeres que lloraron en la biblia por diferentes motivos y situaciones como el caso de María que lloraba por la muerte de Lázaro su hermano y le reclamo a Jesús por no haber estado allí.

Es un tema para tratar que diferentes ángulos y circunstancias. Lo único que no se debe olvidar es estar orando por esas personas que viven un dolor por la perdida de un ser querido.

"Hoy el Señor me recordó de una forma muy especial que debemos acompañar de alguna modo a las personas que acaban de tener la partida de un ser querido. Pasábamos cerca de la casa de una hermana en Cristo que durante muchos años fue compañera de oración y muy querida para nuestra familia. El tiempo y la distancia nos fue alejando mucho físicamente, aunque unidas en un mismo espíritu. Este alejamiento hasta llegar al punto de no enterarnos de la situación de gravedad en salud que estaba viviendo y únicamente nos llego la noticia de su partida. Por motivos personales en lo posible no asisto al sepelio de las personas que parten a menos que sea estrictamente necesario. Prefiero esperar unos días y acercarme a la familia para dar el pésame. Cuando llegue en ese preciso momento salió el hijo menor de mi hermana en Cristo y cuando lo vi, me conmoví, es la palabra exacta para describir lo que sentía al ver a ese hijo que tantos desvelos y cuidados  tuvo siempre la hermana para con él. Fue una hermosa mujer y disfrute mucho tiempo de la compañía de ella y su familia. Esforzada y valiente como ella sola. Trabajaba incansablemente para sacar adelante a sus hijos de una forma maravillosa. Hoy también quiero ofrecer mi admiración y respeto por este medio a la Hermana Araminta López y a su Hermana Dema, por el amor que me brindaron a mi y a mi familia durante muchos años. Por la labor permanente que hicieron en las congregaciones de la cuales participaron y sirvieron amorosa e incansablemente al Señor. Su bendición y enseñanzas perduran en mi vida y en la vida de sus hijos, conyugues, nietos, hermana y sobrinos. Me siento honrada de haber aprendido tantas y tantas buenas cosas de ellas y su familia. Dios bendiga esa familia hermosa y sigan ese camino de rectitud y amor que ellas predicaron con el evangelio de nuestro Señor Jesucristo durante toda su vida cristiana. Hoy quiero despedirlas teniendo la seguridad que están en la paz de Dios"

Dios los bendiga a todos,

Martha Luz Herrera