Porque Dios no me escucha...


Porque Dios no me escucha...



Muchas veces se piensa que Dios no escucha las peticiones de las personas.

Pero Dios siempre está escuchando a sus hijos, en el libro de Mateo dice: que que padre si su hijo le pide pan  le da piedras o una serpiente, que si siendo malos los hombres saben dar buenas dádivas a sus hijos cuanto más no dará él. 

Pero también que no se recibe porque se pide mal, se pide para deleites de la carne.

Un día en que dos hermanas se encontraban reunidas en oración, hablando sobre las circunstancias que viven, una de ellas dijo: tanto que le pedimos a Dios y no nos escucha. La hermana le contesto, si escucha hermana pero no es la culpa del Señor sino de nosotros.

Y la hermana entendió que había algún tropiezo para ellas ser bendecidas. 

El pecado no confesado, a veces no es que se halla hecho algo malo, pero hay situaciones en nuestras familias y en nuestros hijos  que impiden que recibamos lo que pedimos, porque no estamos preparados para recibir las bendiciones.

Pero fiel es Dios y si pedimos creyendo recibiremos.

Dios los bendiga.

                                                     Jadeen.

Jesús y el joven rico


Jesús y el joven rico.




19:16 Entonces vino uno y le dijo: Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna?
19:17 El le dijo: 
¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno sino uno: Dios. Mas si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.
19:18 Le dijo: ¿Cuáles? Y Jesús dijo: No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testimonio.
19:19 Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
19:20 El joven le dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. ¿Qué más me falta?
19:21 Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme.
19:22 Oyendo el joven esta palabra, se fue triste, porque tenía muchas posesiones.

Jesús y el joven rico es una de las enseñanzas mas lindas del evangelio. 

Guarda los mandamientos le dijo Jesús, y él le contesto: todo esto lo he guardado desde mi juventud. 

¿Qué más me falta?

Jesús sabía de antemano que el joven guardaba tenía algo que le impedía la salud espiritual y estar cerca de Dios. Por eso le dijo que vendiera todo y se lo diera a los pobres. 

El joven rico guardaba los mandamientos y todo lo que decía la ley aparentemente, pero en su corazón estaba
lleno de idolatría, un apego desmedido a los bienes materiales que tenia.

Le faltaba amor en su vida, estaba solo aunque era dueño de muchas riquezas y quizás muchos amigos, personas que se le acercaban por su condición principal, pero no tenía la visión necesaria para saber y entender lo que Jesús le ofreció. 

No es un requisito dejar todo lo material para seguir a Jesús. Pero en este caso específico los bienes materiales eran el mal que impedían la bendición de este joven. 

Se pueden tener riquezas, de hecho a Dios le gusta que todos seamos prósperos, que se tengan las necesidades cubiertas y que se disfrute de más para muchas otras cosas. 

Esta enseñanza dice también que se puede tener algo que impide que se gane la salvación y la vida eterna. En algunos casos pueden ser otras cosas a las que se le dan el primer lugar, no necesariamente el dinero. Pero ocupa el lugar que solo le pertenece a Dios en la vida de las personas.

Dice la Biblia que el joven rico se fue triste, porque tenía muchas posesiones. Y Jesús no lo siguió, no lo obligo a escuchar el plan de salvación que le ofrecía. Porque el habla y quiere que todos vayan a salvación, no quiere que ninguno se pierda.

Usted que lee sobre este tema, sería bueno que se preguntara ¿Que impedimentos tiene para tener la seguridad de la salvación y el amor de Cristo en su vida? ¿Qué es ese apego a algo en concreto que le impide avanzar en su vida espiritual para romper las cadenas y ser salvo?

Dios te bendiga. 

                        Jadeen.

El ser humano en las realidades de sus comisiones como persona.

El ser humano en las realidades de sus comisiones como 

persona.



Las personas nacen con unas emociones pre-diseñadas. Y de acuerdo a lo vivido por el padre y la madre así recibe los estímulos desde el vientre de la madre. 

Estos estímulos son positivos y agradables o negativos y desagradables. Las emociones son estímulos que producen sensaciones.

Pero las personas y animales tienen sensaciones y emociones, únicamente los hombres en general tienen sentimientos.

Los sentimientos son sanos porque nos ayudan a experimentar atracción,  aceptación o deseo de estar próximos a las personas o con animales domésticos (ejemplo: los ciegos que necesitan ser guiados, las personas que crían animales como alimento de muchas variedades.)

Cuando las personas son fuente de continuo desagrado, las emociones que producen la cercanía con estos son negativas.

Cuando una persona es amable pero desagradable para otra hay algo que es muy difícil de superar y se soporta por alguna necesidad común creando malformaciones personalizadas.

Los jóvenes y niños no controlan el afecto porque les falta madurez y crecimiento espiritual.

Las personas debemos respetar los afectos de los demás y especialmente de los niños.

Cuando se violan estas áreas privadas y personales de los niños crecen reprimidos, miedosos y no desarrollan lo que deberían. 

Por lo tanto tienen una discapacidad que no quiere decir incapacidad, porque pueden responder por sus actos ante los mayores responsables de ellos.

Los afectos no se pueden suprimir pero si reemplazar, se reemplazan positivo-negativo o negativo-negativo y comienzan los lineamientos.

Podemos imitar lo bueno que desarrollan los demás pero hay que tener buenos guías y maestros para que ayuden a discernir lo que está bien o lo que está ayudando a crecer y  disciplinar los afectos.

Los afectos hay que dirigirlos con sabiduría de Dios.

                                                                                                           Nigella.




La ira y el enojo.


Como alejar la ira de nuestras vidas...



"Airaos pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis oportunidad al diablo"
                                                             (Efesios 4:26,27)

El evangelio nos habla de la forma en que debemos enojarnos. Airaos pero no pequéis. Debemos enojarnos y sacar lo que hay dentro de nuestro corazón para liberarnos de ello.

Como humanos tenemos la tendencia a dejarnos gobernar por la carne, esto quiere decir que nos dejamos llevar por nuestras emociones, por lo que sentimos momentáneamente.

Cuando nos dejamos llevar por las expresiones o explosiones de ira, furia o cólera, decimos y hacemos cosas de las cuales más tarde nos arrepentimos.

Muchas veces la ira no tiene una causa justificada, nos dejamos llevar por ella en un momento de incomprensión, falta de aceptación de muchas circunstancias que se viven o por falta de tener dominio propio.

Maltratamos verbalmente a otros y aun físicamente, cuando nos dejamos controlar por la ira.

Debemos tener dominio propio para encausar la ira adecuadamente.

La ira sale a flote con más facilidad cuando hay falta de perdón y heridas que no han sanado en nuestra vida.

Un síntoma de que no estamos actuando adecuadamente es cuando por cualquier causa, rápidamente nos ponemos de mal humor o nos llenamos de ira.

Cuando no sonreímos con frecuencia y tenemos mal genio constante, es motivo de que algo anda mal en nosotros y en nuestras vidas espirituales.

Cuando nos desahogamos con las personas mas débiles como los niños, debemos pensar también en la forma de encontrar ayuda y corregir ese temperamento que no solo hace daño a los demás, sino a nosotros mismos.

Renunciar a la ira, al enojo, las peleas y buscar la paz, es el mejor remedio para la vida de un cristianos y esto se logra con la ayuda de Jesucristo de Nazaret.

Dios te bendiga.


Jadeen.