La iglesia evangélica y sus
responsabilidades
La iglesia evangélica es una iglesia de muchas bendiciones en
todos los lugares. Pero también deben aprender sus ministros muchas cosas para
impedir que se violen las leyes dentro de ellas.
La responsabilidad se puede minimizar si aquellos ministros y
personas encargadas de atender las labores de los diferentes servicios y
actividades cristianas que se realizan tienen la capacitación necesaria.
Comenzando por los campamentos cristianos que no se deben
realizar a menos que tengan especificaciones especiales para aquellos jóvenes y
niños que son discapacitados o incapacitados.
Las liberaciones que se dan en los servicios por la
ministración aunque parezcan cosas de locos, son una realidad necesaria en
muchas partes del mundo.
Debido a las situaciones de estrés traumático que se sufren y
las diferentes guerras que viven muchos países, puede ser un lugar no solo de
regocijo y consolación, sino que también las personas sacan de su interior las
emociones que las oprimen y reciben liberación.
Pero se debe tener en cuenta que muchas veces en las
congregaciones hay personas incrédulas y con mentes perversas que aprovechan
las necesidades emocionales de los menos favorecidos, para hacer actos de
maldad que se le acredita a la iglesia.
Los campamentos cristianos muchas veces son hechos para
alejar especialmente a los jóvenes de las festividades y cosas del mundo que
supuestamente los perturban y en algunos casos es así.
Pero los jóvenes muchas veces tienen rencores escondidos y
problemas que los guías no alcanzan a percibir, pudiendo hacer daños materiales
y físicos a otros.
Todas estas responsabilidades incumben a los padres de ellos
y por lo tanto debe haber una reglamentación especial para estos campamentos y
para el manejo de la juventud en las iglesias.
La labor social es algo muy hermoso y el llamado de los
diferentes ministerios es una labor de toda una vida.
Por eso para que las personas puedan escalar posiciones
laborales en una Iglesia, que cuente además con labores escolares debe escoger
y capacitar el personal, siguiente los parámetros y leyes que rigen para los
derechos de los niños.
Enseñar en una clase secular, no es lo mismo que enseñar en
una clase eclesiástica, por la claridad y sencillez con que se debe enseñar a
los niños.
Debe haber unidad entre loa lideres y ministros,
colaboración, delegar y permitir que los que quieran aprender, aprendan para a
su vez enseñar y crecer no solo espiritualmente sino económicamente.
No son ministerios disociados, son ministerios aprobados y
legislados por las naciones para fomentar el buen trato, y ayudar a la niñez y
juventud no solamente desamparada, sino de todos los estratos sociales con
necesidades especiales, sin discriminación y sin personas que conozcan los
secretos familiares de otros para rebeldizar a las congregaciones en contra del
pueblo y los mandatarios de esas naciones.
La iglesia une, no desune, protege, bendice, ayuda, da cabida
a todos y la sabiduría de los ministros esta en que aquellos benefactores que
son generalmente las familias más pudientes, estén unidas para que los
proyectos sociales a cargo de ellas salgan adelante.
El engaño de Satanás es la división y contienda, que los
mejores intérpretes de la ley estén en desacuerdo y que las cosas sean
generalmente impuestas. Cuando en realidad esa no es la voluntad de Dios.
Hay de aquellos pastores de Jerusalén que se roban las ovejas
para después dejarlas abandonadas.
Porque la palabra de Dios dice que la venganza es de el, y el
pagara y se debe dejar lugar para la ira de Dios.
No nos venguemos por nuestras manos, porque esa venganza
termina maldiciendo las congregaciones. Termina pudriendo las buenas obras que
es lo que se siembra en las personas, se ahoga la buena semilla por las
inundaciones y se cauteriza la conciencia.
Debemos evitar poner hermano contra hermano, padre contra
hijo e hijo contra padre.
Muchas veces vivimos llenos de dolor, de ira, de desanimo,
pero eso debemos de ahogarlo en nuestro corazón y sacarlo en el momento
apropiado para Dios.
No corriendo ha hacer lo malo y empujando a los demás ha
hacer lo malo.
El crack, la cocaína, la mariguana y todas esas drogas no son difíciles
ni fáciles de conseguir, solo hay que tener unas malas amistades para obtenerlas,
solo hay la necesidad de dañar al hijo honesto de un vecino.
Solo hay que hacer acoso contra los jóvenes de una barriada y
solo hay que mirar hacia otro lado para que se pierda el que se quiera perder.
Pero hay de aquel hijo de Dios que teniendo los mecanismos
para actuar de buena fe y sea tropiezo para las madres colombianas que con
tanto esfuerzo han hecho una gran labor para ayudar a sus hijos.
Hay de aquel mal hombre que queriendo salvar de lo malo que
el hace a sus hijos y utilice irracionalmente el poder que tiene para dañar a
los que son sanos.
Hay de aquel pastor o pastora que sabiendo lo que se ha hecho
para sacar a algún joven de la droga o para evitar que otros entren en ella, estén
manipulando situaciones para hacer lo malo ante los ojos de Dios.
Dios es Dios de gracia y Dios de revelación, pero también Dios
de enojo y de pactos y ya no es contra las madres colombianas y del mundo, sino
contra Jehová de los ejércitos.
Porque el es general glorioso de los ejércitos, de las
huestes espirituales que pelean por ti y por mi, hermano.
Creamos que Él esta observando todo lo que hacen los hombres
malos de la tierra y que va a salvar a todos aquellos que ha de salvar.
Dios los bendiga.
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