El
rey no te mando a llamar
Cuando
hablamos de la vida de Jesús, siempre lo estamos recordando en la cruz, en
sufrimiento, en una vida de dolor sin límites y ese es un error del cristiano.
Porque
Dios nos dio a su unigénito hijo para que en el tuviéramos salvación y vida
eterna y ese sacrificio fue uno solo y nada más, no tenemos como evangélicos
nacidos de nuevo pensar que Dios quiere que suframos y que estemos en desgracia
permanente.
Mateo 7:8 Porque todo aquel que
pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. 7:9 ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una
piedra?
7:10 ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente?
7:11 Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros
hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los
que le pidan?
7:12 Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con
vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los
profetas.
Esta palabra se cumple cuando cumplimos con
nuestro padre celestial, Dios es el único rey de las vidas y los que se
equivocan son los hombres, por eso tenemos mecanismos y leyes humanas para que nos
hagan justicia. Eso no quiere decir que no cumplamos muchos otros mandamientos
que están en su palabra, pedís y no recibís porque pedís mal.
Los que se quieren enriquecer sin trabajar
con la palabra de Dios, no tienen dones espirituales sino carnales para
beneficios de su carne y lo que es de Dios permanece, lo que no se termina por
acabar y llega el momento en que la justicia divina que es perfecta nos los
cobra y la humana aunque no los haya cobrado no puede intervenir.
A Dios el verdadero no le podemos decir: “Padre
ya pague, perdóname”. Él es Santo, y su santidad impide que el impío cumpla sus
propósitos sean cuales sean.
Y debemos acordarnos aquí del Arca del pacto
y como en su traslado casi se cae y uno de los que la trasladaban quiso
impedirlo y cayó instantáneamente muerto.
Todos estos pasajes Bíblicos nos enseñan a
comprender muchas cosas de la Deidad de Dios y a interpretar correctamente su
voluntad para todos los hombres, a no exigir más de lo que somos capaces de
dar, porque esa es la voluntad de Dios que tratemos a los demás de forma cómo
queremos ser tratados y dar como nos dan.
Pero no es excusa para que en las
congregaciones tratemos sin la debida dignidad a los que lo merecen. Porque en
el mundo a un médico, arquitecto, o cualquier clase de profesional que está
capacitado en una carrera se le trata con el debido respeto y se le dice: Doctor
siga.
Doctor me pasa esto, Doctor no puedo esto y así infinitamente tenemos
toda clase de atenciones y demandas o solicitudes que hacer con las personas
seculares.
Entonces los ministros de Dios sean de la
religión o evangelio que sean, merecen el respeto debido de todas las personas
en Colombia, porque es un país con libertad de cultos y el Rey en las Iglesias
es Dios y sus representantes merecen el debido honor y respeto humano, tal cual
se lo damos a los reyes de la tierra.
Espero que esta palabra sea de bendición para
todos los que la lean y que si tienen alguna duda con respecto a ella, hay
concilios en las iglesias evangélicas
encargados de dirimir los problemas que no encuentran solución en las iglesias.
Porque Dios es Dios de orden y el no hablo de
religiones, sino de su iglesia santa y con vestiduras blancas, sin manchas ni
arrugas, que debemos mantener para
impedir que se vaya la salvación que Dios por medio de su amado hijo Jesucristo
nos dio.
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