El afán y la ansiedad
El
afán y la ansiedad son males del siglo pasado y de este nuevo siglo. Se
habla de estrés, de ansiedad, agotamiento, tensión, presión, angustia y quien
sabe cuántas palabras más para explicar ese sentimiento que no da paz y nos
obliga a tomar actitudes que quizás en otros momentos no tomaríamos.
Cuando
nos sentimos presionados, apremiados o que se nos imponen por cualquier clase
de circunstancia es cuando comenzamos a sentir el estrés y la ansiedad, el afán
del cual nos habla la Biblia.
Es
un versículo bíblico muy señalado para mí y tiene una connotación especial en
momentos de afán y ansiedad. Filipenses 4:6-7 dice: Por nada estéis afanosos, sino sean
conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con
acción de gracias. 4:7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo
entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo
Jesús. Siento que Dios me
habla con este versículo, llenando mi corazón de paz.
Hay
muchos versículos e ilustraciones preciosas en la biblia que nos hablan sobre
el afán y la ansiedad, pero lo más importante de leer esta palabra es hacerla
rema en nuestra vida. Confiar que el Dios de paz que un día nos llamó a su
servicio, conoce nuestros fanes, nuestras necesidades y tristezas. El no deja
de estar al tanto de todo lo que nos acontece y no se agravado su oído para escuchar
nuestras peticiones, ni se acortado su brazo para ayudarnos.
Aunque
muchas veces corremos, queremos hacer las cosas de prisa, o que los demás
resuelvan rápidamente las situaciones, nos llenamos de ira en ocasiones por no
obtener lo que necesitamos en el mismo momento, debemos hacer un alto, respirar
profundo, pedirle a Dios que cierre la puerta de nuestros labios y tener calma.
Todas
las personas tienen y nosotros mismos como cristianos de muchos años, tenemos malos
momentos, pero que esos malos momentos no dominen nuestra vida, nos hagan olvidar del Dios poderoso que
tenemos, dueño del tiempo, las
circunstancia para que nos llene de su paz, de su amor y perseverancia para atacar
esos tiempos de afán y ansiedad.
Las
preocupaciones son necesarias, debido a que nos obligan a tomar decisiones.
Pero debemos recordar que la palabra de Dios dice que busquemos primeramente el
reino de Dios y su justicia y lo demás vendrá por añadidura.
¿Qué
es lo demás para ti? Lo demás para ti no es lo demás para las otras personas, en
ocasiones lo demás puede ser salud, también una mejor economía, un bienestar
emocional, recuperar los afectos de la pareja o familia, son tantas cosas que
cada uno tiene su propio afán.
Las
misericordias de Dios son nuevas cada día, dice el Señor en su palabra y de
rodillas ante su presencia podemos obtener aquellas bendiciones que necesitamos
o vencer el afán y la ansiedad, las preocupaciones, el estrés y tantas cosas
que nos aquejan.
Dios
es Dios de cambios, un Dios que se mueve con poder, en el cual debemos poner
nuestra confianza para que nos guie. Escuchar su voz, nos habla en diferentes
formas, solo tenemos que disponernos, dejar nuestro orgullo afuera de la
habitación, presentarnos con sinceridad y humildad ante su presencia y con corazones
dispuestos.
Él
dice que no nos dejara ni nos desamparara, el no miente, él es fiel y su
fidelidad eterna. Cuando somos egoístas y pensamos en nuestras conveniencias,
en nuestras necesidades, en lo que queremos sin pensar en nadie más, se vuelven
más difíciles las circunstancias que vivimos.
Muchas
veces es mejor despojarnos de toda vanagloria humana, de toda altivez que se
levanta en contra del conocimiento de Dios, de toda clase de vanidad y
renunciar a lo que impide que seamos efectivos en la labor que Dios nos encomendó.
El
guarda en completa paz a los que perseveran, su paz que no es como la del
mundo, no como la que da el hombre, su paz es nueva, maravillosa y sobrepasa
nuestro entendimiento.
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