¿En quien realmente estas confiando?
Según Wikipedia dice que
la confianza: “En sociología y psicología
social, la confianza es la creencia en que una persona o
grupo será capaz y deseará actuar de manera adecuada en una determinada
situación y pensamientos. La confianza se verá más o menos reforzada en función
de las acciones.”
La Biblia nos habla en
diferentes formas como confiar en Dios, en su amor, en su provisión y en todo y
por todo. Pero de acuerdo al Dios personal de cada uno, así confiamos en él,
hay muchos dioses, muchas veces el verdadero Dios lo vemos muy lejano, creemos
o decimos creer pero no somos capaces de confiar totalmente en él, esperar en
él y tomar decisiones basadas en nuestra confianza en él.
Esperar el tiempo de Dios
es difícil y cuando ese tiempo llega, es
aún más difícil actuar en fe.
“Me contaba un día una mujer el testimonio de
lo que había sido su experiencia personal con Dios. Para no hacerlo tan largo,
en resumen siento que ella me estaba contando el cuento de la camisa del hombre
feliz. Ella tenía una serie de dificultades especialmente económicas, a tal
punto que ya no sabía qué hacer y se fue donde su familia a comenzar de nuevo.
El dinero hace lindo a todos me dijo un día mi sobrina y así es en realidad
para casi todo el mundo. Porque ella tuvo que regresar de donde había salido,
ya que ellos no la recibieron bien y prácticamente la echaron con muy malos
tratos, al ver el grado de pobreza y necesidad en que estaba. Pero me dijo: − Eso fue de parte de Dios. Dios quería darme la
última enseñanza que necesitaba para comenzar a prosperarme económicamente, ya
estaba siendo prosperada espiritualmente. Dios quería que yo entendiera que el único
que da lo mejor es él. Y desde ese momento en que regrese a mi hogar comenzó una
bendición que apenas está en sus comienzos− me dijo.”
Así es cuando se confía en
las personas sean familia, amigos o extraños, nos sentimos defraudados,
sentimos que no recibimos y lo que recibimos siempre es poco. La Biblia dice
que la bendición de Dios enriquece y no entristece, que el da más
abundantemente de lo que esperamos.
Lo que pasa es que estamos
acostumbrados a lo fácil, a seguir un camino corto, ancho, no sabemos pasar necesidades,
no queremos carecer de nada, queremos abundancia siempre y especialmente
abundancia económica.
Para obtener una bendición
que nos satisfaga, que nos haga felices, aun cuando haya dificultades, debemos
pagar un precio. Un precio de búsqueda de Dios, de obediencia, de soportar para
aprender, de cambiar conceptos, de ayunar constantemente, oración y aprender guerra espiritual.
Cuando no pasamos por
donde debemos, como pasó con Jesucristo que le dijo a su padre celestial en
Lucas 22:42, diciendo: Padre, si es
tu voluntad, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.
Y era la voluntad del Padre de la gloria que su hijo pasara por la muerte y
muerte de cruz, para liberarnos.
Si es la voluntad de
Dios que pasemos por las miles de dificultades que se nos presentan en ese
proceso de liberación y sanidad, por el que debe pasar todo cristiano para ser
purificado como el oro, para ser limpios, para comenzar una nueva vida en
Cristo y queremos obtener las bendiciones que Dios
tiene para nosotros, debemos pasar por ahí. Dios no da prueba más grande que no
pueda ser soportada, su Espíritu Santo nos da fortaleza, nos guía, es nuestro
ayudador, nuestro paracleto, para salir adelante, ser ministrados y liberados.
Comenzado el nuevo camino que Dios tiene para nosotros.
En 2 Corintios 5:17 dice: De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas
viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Está en su palabra y su palabra no miente.
NoS da una nueva vida, si
necesitamos un nuevo trabajo nos lo da y si no hay puesto de trabajo para
nosotros el los crea nuevos, para que sus hijos recibamos lo que merecemos. Si necesitamos
salud divina la da, se lleva la tristeza, el desánimo, la pereza, los vicios, los
defectos de carácter, problemas familiares y todo aquello que estorba nuestra
vida y que impide que recibamos la bendición.
Porque uno solo con Dios
es multitud, con Dios somos más que vencedores, aunque el enemigo venga como
rio él está con nosotros para detener ese río, esas aguas que nos invaden se
secan, la tormenta retrocede.
Dios te bendiga
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