Conflictos y resoluciones

¿Por qué no ponerse en los zapatos de otro?

Zacarías 7:9-10 Así habló Jehová de los ejércitos, diciendo: Juzgad conforme a la verdad, y haced misericordia y piedad cada cual con su hermano; no oprimáis a la viuda, al huérfano, al extranjero ni al pobre; ni ninguno piense mal en su corazón contra su hermano.
Es un tema muy de actualidad y quizás pueda herir sensibilidades con ello, pero debemos analizar las situaciones con el entendimiento y sin dejarnos llevar por las emociones.

El problema de las fronteras, no solo de Colombia con Venezuela, sino en el pasado con otros países, es muy fuerte.

He leído en diferentes fuentes de información y he tenido el sentir de explicar algunas cosas de nosotros los colombianos, para que seamos cada vez mejores y tratemos de encontrar un mejor camino para todos nosotros, especialmente los cristianos que durante largos años hemos orado por la prosperidad y paz de Colombia.

En un chistecito de internet hablaba sobre los miles de miles de desplazados que había habido en Colombia por varias causas y que no le daban tanta importancia como a casi cuatrocientos colombianos deportados.

También no me acuerdo donde hablaban de cuando el gobierno colombiano desaloja a los invasores de predios, destruyendo sus casas y todos los valores que tienen en ese momento en los predios invadidos.

En otra parte el presidente venezolano explicaba que los colombianos que iban a Venezuela iban a hacer muchas cosas malas y… También creo que los deportados estaban de forma ilegal.

Colombia tradicionalmente y América Latina, desde Argentina pasando por toda América del Sur  y terminando en América Central con México, son países que siempre tienen el sueño de prosperidad y emigración hacia países mucho más prósperos, tratando de encontrar un mejor futuro.

Venezuela carece de la prosperidad de hace algunas décadas y cada día su economía al parecer no es la mejor. A esta conclusión se llega viendo el devaluó del bolívar, un país lleno de problemas internos y miles de situaciones que hacen que no sea el mejor destino para los emigrantes.

Cuando estuve en España en el año 2010, arreglaba mis papeles y en unas oficinas me encontré con algunas personas venezolanas que estaban tratando de solucionar problemas de vivienda y la forma de quedarse en España por los problemas sociales de Venezuela. Son bien recibidos no solo allá sino en muchos países del mundo.

¿Por qué estos colombianos quieren estar en Venezuela? ¿Por qué no buscan otros lugares que le den un mejor vivir? Nos extenderíamos explicando estas situaciones y no terminaríamos jamás.

Lo importante de estas situaciones es que se aprenda algo de ellas y saber que si tenemos derechos de desplazarnos a otros países, pero esto debe ser de acuerdo con ciertas ordenanzas y es bíblico la emigración, aunque no siempre es lo mejor como en el caso que vemos en el libro de Ruth. 

El pueblo hebreo fue extranjero en muchas partes, antes de obtener la tierra prometida. Cuando José estaba en Egipto y ya era gobernante, llevo a su familia y después de mucho tiempo comenzaron a ser esclavizados y sufrieron mucho.

Es una larga enseñanza de la cual podemos aplicar varias cosas, pero lo más importante de esta situación es que Colombia es una tierra fructífera, prospera, bendita y muchas cosas más.

Los colombianos deberíamos centrarnos en muchas cosas que se necesitan para que nosotros, nuestros hijos, nietos y demás generaciones disfruten las bendiciones de esta tierra que no es la prometida, porque ya la recibimos, es nuestra tierra, así como Josué y los hebreos de aquel tiempo conquistaron y recibieron la tierra de Canaan.

El territorio colombiano es extenso, hermoso y el enemigo quiere robarse la bendición de Colombia y los colombianos de bien. Pero si nos seguimos parando en la brecha llegara el momento en que sacaremos la desidia, los malos gobernantes, los malos en todos los sentidos que son espíritus inmundos derramadores de sangre y de toda obra de maldad que azotan al país, precisamente porque somos bendecidos y bendecidores.

El que se va a buscar un mejor futuro en otro país porque tiene sueños que anhela cumplir ¡Gloria a Dios! Pero si lo hace ilegalmente sabe que tiene que pagar un precio llegado el momento en que lo agarren. Si lo haces conforme a la ley puedes alcanzar con esfuerzo ese sueño, pero no desprecies a tu país, a tu gente y mucho menos quieras sacar doble provecho como colombiano y extranjero y te olvides de la tierra donde naciste, donde Dios te dio ese don de la vida.

Si se puede criticar a los gobernantes, pero que bueno que respetemos nuestro presidente y las instituciones de nuestro país. Hay que ser elegantes, irónicos, usar el humor en buena forma para criticar, para hacerles llegar un mensaje de alerta, de queja y de...

Pero si tú vulgarizas a tu presidente, elegido por el pueblo, del cual tú eres parte, como vas a esperar que te respeten como colombiano. Si tu usas el nombre de Colombia para arrastrarlo por las naciones, como vas a esperar apoyo, respeto, empleo y tantas cosas buenas a las que se tratan de llegar cuando hay prosperidad y buenas cosas de parte de esas naciones.

Hay varias opciones para que te pongas en los zapatos de otros y es bueno reflexionar sobre ello. Eso si conociendo las circunstancias de cada uno.

En los zapatos de los inmigrantes colombianos, en los zapatos de los venezolanos que los desalojan, en los zapatos del presidente venezolano, en los zapatos del presidente de Colombia y por ultimo en tus propios zapatos si llegara constantemente una invasión de extranjeros a trabajar y ganarse la vida en la ciudad en que tu vives.

Hay muchos colombianos que ya son venezolanos por el tiempo que llevan viviendo en Venezuela, porque han adquirido esa nacionalidad y tienen hasta nietos y bisnietos en ese país. Hay colombianos que tienen hijos venezolanos en eminencia como pasa con el presidente Nicolas Maduro que sus padres son colombianos, hay venezolanos que viven en Colombia y así sucesivamente una cadena de situaciones que las podemos comparar al matrimonio cuando sucede un divorcio y todo el mundo cree tener la razón.

Pero no hay un solo culpable, ni un solo lado bueno y el otro malo, solo hay que disponer el corazon y dejar de lado las heridas, para llegar a acuerdos sanos y mantener los principios por el bien de dos países hermanos, por libertad y por sangre.


Dios te bendiga




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