La oración
y su poder
Santiago
4:6 Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da
gracia a los humildes.
La
oración conforme a la voluntad de Dios da gracia al creyente y obtiene prontas
respuestas. Cuando llegamos con la aptitud adecuada ante Dios y humildemente
exponemos nuestros requerimientos, podemos estar seguros de obtener respuestas.
Orar
y orar es un buen consejo para todas aquellas personas que necesitan la
misericordia de Dios. Todos la necesitamos, pero hay circunstancias en que la
preocupación, la angustia y todas aquellas emociones que nos embargan en esos
momentos no deben impedir que oremos, sino al contrario, fortalecernos en la
oración.
“Recuerdo
hace ya tantos años, un día en que mi hijo estaba internado en la clínica y requería
una pequeña cirugía de urgencia. Me sentía tan angustiada, era mi primer hijo y
no sabía qué hacer, porque en aquellos tiempos todavía no conocía muy bien de
las cosas del Señor. Eleve una pequeña oración como me salió en aquel momento y
puedo afirmar enfáticamente, que inmediatamente sentí la respuesta de Dios. Una
paz y tranquilidad muy grande me lleno y pude esperar relajadamente a que pasara
el tiempo de la cirugía y todo salió perfectamente bien”.
Así
todos sin excepción podemos orar, clamar o hablar con Dios en los momentos de
necesidad, con la plena seguridad que va a responder las peticiones,
especialmente aquellas de urgencia, cuando no sabemos que hacer o a quien
mirar.
La
oración es fuente de poder y no debemos quedarnos en nosotros y nuestras
familias. Debemos ensanchar nuestro territorio espiritual de oración, orando
por muchas cosas que tienen que ver con las personas que tienen necesidades de
cualquier clase y también por los ministros, hermanos en Cristo y lógicamente como
aconseja el apóstol Pablo de orar por los que están en eminencia.
Cada
tiempo que dedicamos a la oración es como un ahorro espiritual que estamos
haciendo, como cuando llenamos una alcancía. Llega el momento en que
necesitamos con urgencia una respuesta de Dios y muy rápido nos la da, porque así
como rompemos la alcancía y obtenernos el dinero que hay en ella, esa copa
rebosante de oraciones que tenemos en la presencia de Dios, baja convertida en
su poder para conceder la petición.
La
oración tiene normas y cada día debemos aprender más y más sobre ella. Hay
leyes espirituales que debemos aprender en el camino de santificación que
emprendemos cuando recibimos a Jesucristo como Señor y salvador personal.
Dios te bendiga
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