Heme
aquí, envíame a mí
Después oí
la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros?
Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí.
Isaías 6:8
Que palabra tan
bella, para aquellas personas que servimos al Señor. Hay un tiempo en que nos
angustiamos y queremos tener alas para volar y llegar mucho más rápido a todo
lo que el Señor quiere que hagamos o que sentimos de parte de él hacer para su
obra.
También hay un
tiempo de reposo, en que nos sentimos satisfechos de haber alcanzado metas en
su palabra y cumplido en obediencia. Haber realizado todas aquellas cosas para
la que Dios nos envía.
Desde la época neo
testamentaria hasta nuestros días el Señor sigue haciendo llamamientos a sus hijos
y siervos.
Cuando Moisés se
encontró en el desierto con la zarza que ardía y Dios le dijo que se quitara el
calzado porque estaba en un lugar santo, pasando por todos y cada uno de los
ministerios que encontramos en la Biblia, llegando al Ministerio de Jesús, que
es un ejemplo vivificante de obediencia y servicio a la humanidad entera.
Recordemos que
Jesús no se sentó a esperar que las almas llegaran a sus pies. Cuando leo o
recuerdo algún pasaje de su vida, lo primero que me viene a la mente es la falta
de pereza que tenia nuestro Señor para hacer la obra.
Se encontró con el
endemoniado gadareno, el entierro del hijo de la Viuda de Naim, los diez
leprosos, la mujer samaritana y todas esas personas que restauro y esas
multitudes a las que predico, no fueron nunca a buscarlo a su casa para decirle
lo que tenía que hacer. Lo seguían las multitudes y ese hambre de tantas cosas que tiene el hombre, el las satisfacía con diligencia.
Jesús en obediencia
a su Padre Celestial realizo un ministerio de poder que ha dejado una huella
que nunca jamás, se extinguirá en la humanidad.
Cada día que pase
hasta el final de los tiempos, esa misma huella hará que miles de millones
de billones y muchos más que existieron
y seguirán existiendo hasta la segunda venida de Jesús, anunciada en la Biblia;
seguirán esa huella de fe y su palabra, para predicar el evangelio de la paz.
Jesús iba a hacer
la labor cristiana, enseño a sus discípulos y envió a los setenta a predicar.
Pero hay un detalle que todos debemos tener en cuenta, a pesar de salir a hacer
la obra de evangelizar y sanar a los enfermos, echar fuera demonios, calmar la
tempestad, enseñar a sus discípulos y a todos los que lo escuchaban, no
descuidaba sus obligaciones con su amado Padre Celestial.
Este mensaje tan
claro, que enseño de palabra y con un ejemplo digno de admirar. No descuidaba
la comunicación con su Padre amado, no descansaba tranquilo a menos que hubiera
orado, hablado con él, ayunado y con su ejemplo nos demostró claramente que la
obediencia es lo primero.
María tenia a José,
que era su esposo y padre de sus demás hermanos. Ya Jesús había cruzado al línea
de la edad para estar con ellos. Había aprendido de la fuente que era José y
María a ser obediente y los rudimentos de las labores de carpintería, oficio
que ejercía con su padre. También había aprendido la palabra de Dios, que se
enseñaba en las sinagogas y comenzó la labor que Dios Padre tenía para él.
Hombre o mujer, la
obediencia es una y todos los cristianos, absolutamente todos debemos aprender
a reconocer la voz de Dios y actuar en obediencia.
Ejercer un
ministerio de poder requiere el tiempo, la energía y capacidades de una persona
casi que de tiempo completo. Ayudas idóneas, oración, ayuno, disposición y una
serie de valores, que se complementan con la llenura del Espíritu Santo de
Dios.
Cuando las personas
tienen la llenura del Espíritu Santo, van a haber muchas manifestaciones
espirituales, la unción esta cuando hay una búsqueda constante de Dios y una
entrega a su obra. Pero la capacitación, el aprendizaje es hasta el día en que
se muere el cristiano, porque Dios es un Dios perfecto, completo y así mismo
quiere a sus hijos.
Como dice en efesios 6:12 al 13, a fin de
perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del
cuerpo de Cristo,
13 hasta que todos
lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón
perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;
¿Crees que te identificas en alguna de sus partes con esta
enseñanza? ¿ Has esperado el tiempo de Dios en obediencia a su palabra y su
voz?
¿Qué enseñanzas crees que te da la vida de Jesús?¿Te identificas
con él o con cual personaje de la Biblia?
La autoridad de Jesús era muy grande y su ministerio terrenal lo
llevo a tener las mas grandes experiencias en su vida personal. Aprender de sus
cualidades y capacidades no es fácil, pero tienes el paracleto que te dejo a ti
y a todos para ser efectivos en nuestra vida cristiana.
Dios te bendiga
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