Jesús y el joven rico
Mateo
10:26 Ellos se asombraban aún más,
diciendo entre sí: ¿Quién, pues, podrá ser salvo?
Este
pasaje que prácticamente todo el mundo conoce o a escuchado predicar en alguna
ocasión sobre él, tiene una connotación espiritual muy grande.
Siempre
está enfocado especialmente en las riquezas materiales del joven rico, es algo
que sucedió en los tiempos del ministerio de Jesús, pero si lo aplicamos actualmente
vamos a entender que la palabra de Dios es viva y eficaz y más cortante que
espada de dos filos. Es un filón de una mina de oro que no se agota jamás, sino
que seguirá produciendo el oro de sus enseñanzas en todos los tiempos y por los
siglos.
¿Quién, pues, podrá ser salvo? Es la pregunta
que quizás debería interesarnos más, pero para llegar a ella primero debemos
entender algo sobre lo que son las verdaderas riquezas materiales.
La
importancia de seguir a Cristo está en la salvación, el regalo inmerecido que recibimos
por medio de su sacrificio en la cruz. Esta es una riqueza espiritual que Dios
le iba a dar al joven rico, en caso de que este decidiera abandonar las
riquezas materiales y seguirlo.
Como
leí en alguna enseñanza, las riquezas
eran el impedimento para este joven y no en todos los casos son impedimento
para que las personas adineradas adquieran el regalo de la salvación.
¿Por
qué las riquezas si eran impedimento en el caso del joven rico? Porque por
medio de las riquezas materiales el joven rico tenía acceso a la vanagloria
humana, a cosas que de otra manera le habrían
sido negadas.
Así
hoy en día hay muchos jóvenes ricos que utilizan sus riquezas para obtener lugares
que no les corresponden; logran obtener
muchas cosas que de otra manera les estarían vedadas si no tuvieran la riqueza
material de la que gozan gracias a la herencia o a negocios ilícitos o economías
subterráneas que ellos mismos manejan, debido a que una gran fortuna no se
adquiere fácilmente ni mucho menos rápidamente, también quedan impunes de
delitos y maldades gracias al dinero.
No
solamente los jóvenes del sexo masculino son jóvenes ricos, también hay mujeres
que son jóvenes ricas y que pierden su salvación por causa del dinero, del orgullo, la belleza física y algunas cosas
más.
Hay
otra clase de riqueza que sin darnos cuenta puede causar desastres en las vidas
de las personas y también puede ser un gran impedimento para obtener la
salvación.
Esta
riqueza es el conocimiento. Las personas intelectuales que acumulan
conocimiento desde temprana edad y que conocen la palabra escrita muchas veces
pueden estar en camino de perder la salvación, gracias a que el conocimiento de
toda clase de información es el dinero que le gusta manejar.
Para
esta clase de personas que les gusta acumular lecturas y conocer sobre una
abundancia de temas interesantes, que les satisface y que viene a ser como las riquezas que tenía acumuladas el joven rico.
Hay
muchos jóvenes ricos en el mundo, pero su dinero no es efectivo para comprar en
los almacenes y supermercados, pero si compran la perdida de la salvación. Estos
jóvenes ricos no son capaces de rechazar sus ansias de poder y vanagloria
humana, que llenan por medio de la
satisfacción de las bajas pasiones y
malos deseos. Son fáciles de distinguir, porque no se dejan evangelizar, muchas
veces dicen creer en Dios, pero no hacen lo que agrada a Dios, están contaminados
de la misma contaminación de la que habla la Biblia en varias partes del
antiguo y nuevo testamento.
Raíz
de todos los males es el amor al dinero dice la Biblia y debemos entender que
el dinero es un medio para resolver las necesidades diarias, da comodidad, pero
hay que saber administrarlo sabiamente y no dejar que nuestro corazón se llene
de avaricia y que el espíritu inmundo de Mamón nos maneje en nuestra vida económica.
La
biblia dice: 6:24 Ninguno puede servir a dos
señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y
menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. Por esta razón debemos esperar humildemente que Dios
nos de abundantemente en los momentos que el dispone, en su tiempo, cuando se es
buen administrador de las riquezas que él tiene para sus hijos.
¿Te
has detenido a pensar cual es el impedimento para que aceptes a Cristo como tu
Señor y Salvador personal? ¿Serias capaz de renunciar a las riquezas de las que
habla Jesús en su palabra para seguirlo? ¿O quizás te has detenido a pensar
cuales son las riquezas que tienes y que por nada del mundo querrías perder?
Dios
te llama a ti que lees esta palabra, quiere que te examines y que honestamente
le pidas que te ayude a renunciar a los impedimentos para seguirlo, para amarlo
y adorarlo, deja que te ministre y trate de manera especial con tu vida.
Que
le hable a tu corazón y que puedas entender los propósitos que él tiene para tu
vida. En Jeremías 29:11 Porque yo sé los pensamientos que tengo
acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros
el fin que esperáis.
Dios
te bendiga
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