Lo que dice el corazón y lo que no dice la boca

Nuestro corazón está acostumbrado a recibir y ocultar las heridas que recibimos diariamente de las personas que dicen que nos aman.

Las personas en la vida tienen deseos y anhelos que no se cumplen muchas veces, esos anhelos salen a flote cuando nos encontramos en la encrucijada de dejar avanzar a los que amamos y en realidad si es así, pero debemos contar con varios ingredientes para seguir adelante y ayudar a los demás a encontrar sus propios caminos.

1-    Primero que todo debemos seguir callando muchas veces para no dañar a nuestros hijos

2-    No es tan necesario estar en las congregaciones diariamente como hacer un cambio     completo y efectivo en las cosas que nos dañaron en el pasado.

3-    No debemos tratar de recrear nuestra propia vida en nuestros hijos y familiares a menos que sea muy necesario

4-    Descansar en Dios no es descansar nuestros problemas en los más débiles.

5-    Saber cuándo necesitamos renovar nuestro entendimiento y lo principal es amar lo que hacemos.

Todo lo que hacemos para Dios debemos hacerlo con amor, esto quiere decir que lo que hacemos produce alegría, bienestar, no daña la salud ni la paz espiritual y mental del hombre.

Hay personas que no son familia ni nada para las personas, pero van ocupando un lugar preeminente en las familias porque necesitan ser ayudadas o porque ayudan y se quedaron.
Pero nadie es solo en la vida y debemos a tiempo encontrar relaciones que nos bendigan.

Únicamente no se puede pensar en el bienestar de las partes, sino en el bienestar de aquellas personas que se afectan con esta nueva unidad si se llega a realizar.

Entonces es muy delicado tomar decisiones financieras apresuradas, hay decisiones financieras que son muy intrincadas y difíciles para que nadie tome decisiones finales en ellas a menos que las personas hayan muerto y se cumplan las estipulaciones dejadas por las personas y también que estén de acuerdo a la ley.

Toda regla tiene su excepción y nadie puede hacer esas excepciones sin el consentimiento expreso de la persona que ya está muerta. Esto quiere decir que lamentablemente hay situaciones que no tienen reversa.

Según la palabra de Dios que está en la Biblia, los muertos muertos están y nosotros los que todavía estamos con vida debemos sujetarnos a lo que dice la ley.

Por esto la paciencia y el consultar personas idóneas es una buena razón para comprender porque la misericordia de Dios alcanza a tantas personas muchas veces de forma inexplicable.