Cadenas que no se rompen

 ¿Por qué motivos no rompemos las cadenas de opresión?

Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.  

                                                                                                      Gálatas 5: 22-23

El fruto del Espíritu Santo es uno y abarca nueve estados o emociones que nos van perfeccionando en la obra redentora de Dios. Cuando recibimos a Jesús como nuestro Señor y salvador personal, somos sellados por el Espíritu Santo de Dios que son las arras de nuestra herencia (Efesios 1:13-14)  nos da una llenura y nos guía a toda verdad.

¿Cuáles son las cadenas en el hombre?  Todas aquellas cosas que impiden que estemos en paz y gozo con nosotros mismos y con las demás personas a pesar de las diferencias. Cuando no crucificamos nuestra carne, cuando nuestros ojos ven lo malo sin misericordia y dejamos de dolernos de aquellas personas que malviven y sufren o que tienen cualquier problema, demuestra que todavía padecemos la esclavitud de la carne.

Cuando vivimos pendientes de los demás y nos olvidamos de ocupar nuestra mente y espacios al servicio de Dios. La gracia vivificante de Dios nos lleva a querer cada vez agradarlo  más y más a él.

Vivimos tan concentrados en yo, yo y yo, que nos olvidamos que los demás tienen necesidades, sufrimientos y anhelos que cumplir.

Vivimos tan ensimismados en nosotros mismos que no podemos ni intentamos comprender que los demás también necesitan calidad de vida, calidad de afectos y respeto; como lo exigimos constantemente para nosotros.

Nos acostumbramos a tratar al que necesita mal y al que tiene bien. Cuando debería ser igual para todos. Vivimos predicando sobre el amor de Dios y todas sus bondades y como debe ser el cristiano, pero a la hora de practicar dejamos mucho que desear en nuestra armonía con las demás personas.

Cuando oramos para que el Espíritu Santo trabaje en nuestras áreas difíciles, nos ayude a cambiar, a mejorar nuestra manera de vivir y obedezcamos su voz; es cuando realmente vamos a ver la gloria de Dios en nuestras vidas y familias.

 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. 2 Corintios 5:17

Esto quiere decir que todas las maldiciones son cortadas, somos nuevas criaturas, debemos dejar ir las cosas del pasado, no recordarlas hasta que seamos sanos y si la recordamos es para edificar y aplicar la experiencia, para que otros entiendan esas situaciones y como cambiarlas.

Cuando vivimos recordando las cosas malas del pasado a los demás, echándole en cara su pasado, culpándolos de los problemas y viviendo el rencor una y otra vez, nunca seremos sanos, nunca terminaremos por romper las maldiciones y viviremos en un rechazo continuo.

Exigimos de los demás perfección, sin darnos cuenta que no somos perfectos, nadie es perfecto, debemos aceptarnos con nuestro errores y temores, nuestras cualidades y hasta defectos. Y si a pesar de los esfuerzos, la relación no prospera y sigue siendo conflictiva, lo mejor es hacer un alto y cortar la relación.

Cortar la relación es no tratar de vengarnos, porque la venganza es una fortaleza inmunda que nos impide estar en relación con Dios. Nuestra fortaleza es continuar adelante, no vengarnos, no dejarnos cautivar y no entrar en prisiones, que llenan nuestro corazón de angustia, egoísmo y mezquindad.

No es fácil para nadie perdonar, es un proceso, a veces largo y doloroso, pero con Cristo y el poder del Espíritu Santo en nuestras vidas, podemos salir adelante en cualquier situación. Solo debemos llenarnos de su palabra, agarrarnos de su amor y esperar que él obre de manera perfecta en todos nosotros.

Debemos ser específicos en nuestras oraciones, pidiendo lo que realmente necesitamos emocionalmente. Que quite toda inseguridad, que se lleve el desanimo, la tristeza, que aparte a las personas que nos dañan y así una lista de cosas que se necesitan para vivir en paz y que si perseveramos en orar y obedecer al señor, a su tiempo las recibiremos.

Dar gracias por todo y en todo es muy agradable a Dios. Cuando el ve nuestra conformidad a lo que él nos da, cuando el siente que recibimos lo que el en su soberanía nos quiere dar, se agrada con nosotros y nos va dando cada vez más y más. 

Diles, pues: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Volveos a mí, dice Jehová de los ejércitos, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos. Zacarías 1:3

Vuélvete a Dios y él se volverá a ti. Créele a Dios y recibirás lo que anhelas, solo cree en nuestro señor Jesucristo y dile que se siente en el trono de tu corazón y que sea tu señor y salvador personal, para que seas libre. Cristo rompió todas las cadenas en la cruz del calvario, el vive, resucito y esta sentado a la diestra de Dios Padre.

Dios te bendiga