El celo de Dios y la negligencia del hombre


 El celo de Dios



"Porque no te has de inclinar a ningún otro dios, pues Jehová, cuyo nombre es Celoso, Dios celoso es." Éxodo 34:14 


El Celo de Dios es una cosa y Dios es un Dios celoso es otra. Pero van unidos indefectiblemente, debido a que Dios celoso no significa lo mismo que hombre celoso.

Dios tiene unos celos sanos por sus hijos, debido a que estos celos son de cuidar, amar y proteger a sus hijos para que no se desvíen de lo santo, lo bueno y todos aquellos preceptos que el nos da para vivir en santidad.

Los celos del hombre vienen de la inseguridad, de una baja autoestima y también sabemos que los celos pueden venir carnalmente de la envidia porque otros tienen lo que nosotros no tenemos.

Por eso Dios no tiene los celos humanos que normalmente reconocemos en algunas personas. Dios tiene celo con nosotros y la definición para celo en el diccionario tiene más que ver con un afán, un esmero o cuidado para que sus hijos sean mejores cada día, vivan en un constante crecimiento espiritual que los ayude a ser personas llenas de altruismo, de valores y amor por los demás.

Cada día que pasa la humanidad en general va decayendo moralmente. Lo podemos ver en las noticias de actualidad en todos los lugares del mundo. La incredulidad en lo que hablan y dicen las noticias, denota la falta de fe en el hombre que todos tenemos en general.

Y si vamos a las noticias de farándula quizás ni siquiera debemos detenernos a mirarlas. Debido a que encontramos toda clase de perversiones que se publican como si fueran cosas excepcionales y de mucho valor. Cosas que solamente hace unos cuantos años nos escandalizaban, hoy en día son lo mejor de las publicaciones y la juventud se desvive por imitar ídolos que exhiben su sexualidad e intimidades de una forma claramente vulgar.

Los jóvenes en general, hablando de ambos sexos no tienen ningún recato en tratar temas que dañan el crecimiento sano de las juventudes que los ven en la Internet. Exhiben sus cuerpos e instan a los que los siguen a cosas que no están en el orden educacional del día a día de las personas de buenas costumbres y que aman a Dios.

Sabemos que lo moderno, lo actual siempre atrae a los más jóvenes, cortes de pelo, modas en el vestir y hasta tatuajes que llenan brazos y todas aquellas partes que se exhiben con ellos actualmente. Hay un limite a lo que debemos permitir a nuestros hijos y educarlos dentro de un orden, para que puedan seguir su vida e independencia, el día que decidan seguir un camino diferente al que nosotros, como padres les trazamos.

Lo más malo de estas situaciones es el rechazo que llegan a padecer estos jóvenes cuando quieren hacer muchas cosas dentro de la normalidad laboral y social, de un entorno alejado de esos ambientes en los que se han desarrollado hasta ese momento.

Debemos seguir a Dios en todo, debemos ayudar a rescatar estas almas de acuerdo al ministerio de cada ministro. También nuestro deber como cristianos es interceder sin desmayar para que Dios rescate las almas que se pierden y saber que ese celo que Dios despliega con nosotros para que sigamos el camino de la verdad y la vida en Cristo Jesús, es el mejor camino que podemos seguir.

La negligencia del hombre hace que los valores vayan decayendo y debemos recordar que tenemos no solamente que dar cuentas a Dios, sino que también padecemos por causa de esa negligencia en cumplir con los mandatos en ocasiones más sencillos de la palabra de Dios.

En segunda de Timoteo 2:14-16 nos exhorta a varias cosas muy importantes, que debemos aplicar a nuestra rutina espiritual para ser obreros aprobados.

Dijo así el apóstol Pablo a Timoteo:

14 Recuérdales esto, exhortándoles delante del Señor a que no contiendan sobre palabras, lo cual para nada aprovecha, sino que es para perdición de los oyentes.

15 Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.

16 Mas evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad.

Nos dice este pasaje que no debemos tener contiendas por las cosas que no aprovechan. Esto nos insta a no estar entrando en discusiones por la palabra de Dios que no llevan a ninguna parte y si a molestias y disgustos en las congregaciones y aun en los hogares. 

Nos conmina diciendo que esto nos va a llevar a la perdición. Y debemos ser aprobados, presentándonos diligentemente con el Señor debido a que estamos usando su palabra que es viva y eficaz de una forma sabia, para corregir y enseñar, bendecir y mostrar los atributos de ese Dios grande y maravilloso que tenemos.

Evitemos usar las palabras como arma de guerra para demostrar que somos mejores que los demás, que sabemos mucho más sobre Dios que los demás y muchos otros afanes que tienen algunos cristianos, olvidando que Dios Padre, Hijo y su Santo Espíritu son nuestra única guía y como dice: Efesios 4:30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuiste sellados para el día de la redención.


Dios te bendiga



"A ti que lees esto, te pido el favor si tienes alguna inquietud o crees que encuentras errores en lo que estoy escribiendo, me lo comentes y compartas conmigo lo que sabes del Señor."