¿Porqué no se forman valores verdaderos?

¿Por qué los judíos despreciaban a Jesús y no le daban el lugar de hijo de Dios y rey de reyes?

¿Qué pasaría si nos encontráramos con el Jesús real y humanado de la historia Bíblica?  Si por una casualidad nos tropezamos con el verdadero Jesús, muy seguramente nos apartaríamos de una persona tan ordinaria y que no muestra ninguna clase de riqueza en el vestir o calzado. No tendría un carro de alta gama, que vale varios cientos de millones y mucho menos tendría una billetera llena de plata y de las mejores tarjetas de crédito.

Nos encontraríamos con un hombre sencillo, suave, tendría ropa y calzado baratos y andaría a pie y sin ninguna clase de vehículo. Si viviera en un clima cálido cercano a la costa, sudaría mucho y  bueno podemos imaginar lo demás.  

Nos pasaría lo mismo que a los judíos. Nos alejaríamos rápidamente de él y negaríamos que fuera el hijo de Dios.

Solo los verdaderamente grandes veremos a Dios. Cuando alguien nos haba de personas grandes pensamos en alguien tan lejano que nunca lo tendremos cerca por más que luchemos por llegar a esa persona. Y realmente los grandes no son aquellos que vemos como grandes porque son reyes, reinas, presidentes o personas tan ricas que viven de una forma que es inalcanzable para el común de las personas.

La grandeza de una persona no esta en su estatus social o linaje familiar. Eso facilita todo para hacer cosas que generalmente creemos que son una maravilla y la mayoría de las veces se les da el crédito, muestran su fotografía o reciben honores y realmente no han hecho lo que se dice. Lo realizan sus empleados y personal a su servicio o una serie de factores que se unen para lograrlo.

Grande realmente es aquella persona que olvidándose de ella misma entrega su habilidad o algún bien que necesita ella misma para dar o ayudar sin esperar recompensa de ninguna clase. Como lo dijo Jesús de la ofrenda de la viuda. Lucas 21 Jesús estaba en el templo, y vio como algunos ricos ponían dinero en las cajas de las ofrendas, 2 También vio a una viuda que echo dos moneditas de muy poco valor. 3 Entonces Jesús dijo a sus discípulos:

Les aseguro que esta viuda dio más que todos los ricos. 4 Porque todos ellos dieron de lo que les sobraba; pero ella, que es tan pobre, dio todo lo que tenia para vivir.

Así esta pasando hoy en el mundo. Los valores están cambiando tan rápidamente que un día nos levantaremos y nuestras mentes estarán tan adiestradas para lo que vemos que nos olvidaremos del verdadero Dios.

Esto va a suceder a menos que los hijos de Dios pidamos de su gracia y sabiduría para seguir predicando el evangelio de Jesucristo.

¿Cómo vamos a enfrentar situaciones difíciles si estamos fallando en lo fácil? ¿Cómo vamos a enfrentar las adicciones, el homosexualismo en todas sus variantes, la falta de valores para ayudar a tener un mundo mejor y un largo etcétera de situaciones como las que están ofreciendo las redes sociales usadas maliciosamente?

Las personas le achacan la culpa a los padres en sus hogares, algunos más defienden a los profesores diciendo que ellos no tienen obligación, el gobierno inventa leyes que supuestamente benefician al ciudadano y en realidad no hay soluciones visibles.

Comenzare hablando de aquella madre o padres que se sienten orgullosos de que su hijo(a) gane el primer lugar en su clase por un trabajo que ellos hicieron por sus hijos. Sigo con la profesora que se presta para darle la mejor calificación a ese padre de familia y a su hijo(a). Un día llegara a ser un profesional que terminara fracasando porque no sabe realizar una labor de calidad  sin ayuda y tendrá grandes inconvenientes para tomar buenas decisiones.

Un maestro que tiene a su hijo(a) estudiando en el mismo colegio donde da clases y quiere darle siempre mejor lugar o favorecerlo más que a sus otros alumnos, esta demostrando que le falta capacidad para ser un buen maestro y dejar huella en sus alumnos.

Tanto los padres como los maestros son responsables de la educación de los niños que están a su cuidado. Son conceptos generales, difíciles de aplicar para las personas irresponsables. que no quieren crecer y no piensan más que en si mismos. En satisfacer sus deseos y vivir de manera facilista.

Volver a la senda antigua es recoger aquellas sabias enseñanzas que formaban personas llenas de valores y que a pesar de sus necesidades tenían el tiempo para preocuparse por los demás y prestar ayuda en muchas situaciones.

Cuando no tenemos una escala de valores para aceptar que hay muchas personas que aunque no lo saben todo, debemos respetarlas y escucharlas. La falta de bendición en tantas y tantas personas es debido a que quieren hacer su voluntad y pasar por encima de los adultos sin importar si ellos están de acuerdo o no.

Para mandar en nuestras vidas debemos ser autosuficientes en diferentes formas y no depender de ningún miembro de nuestra familia o comunidad en la que nos desarrollamos. Esto es algo imposible para ninguna persona. Siempre dependemos de alguien de algo para subsistir, para alcanzar lo que necesitamos y tenemos.

Vemos ejemplos claros en la Biblia de como una persona en autoridad reconoce la autoridad de Jesús sin necesidad de que haya hecho el milagro que el solicitaba humildemente. Lucas 7:6 Así que Jesús fue con ellos. No estaba lejos de la casa cuando el centurión mandó unos amigos a decirle:  

—Señor, no te tomes tanta molestia, pues no merezco que entres bajo mi techo. 7 Por eso ni siquiera me atreví a presentarme ante ti. Pero, con una sola palabra que digas, quedará sano mi siervo. 8 Yo mismo obedezco órdenes superiores y, además, tengo soldados bajo mi autoridad. Le digo a uno: “Ve”, y va, y al otro: “Ven”, y viene. Le digo a mi siervo: “Haz esto”, y lo hace.

Debemos ser obedientes a los que están por encima de nosotros y aprender de ellos, pero ante todo debemos tener respeto por nuestros iguales y las personas menores.

Cuando decimos permiso o por favor al comienzo o termino de una petición estamos siendo educados. Cuando nos solicitan ayuda de alguna manera en nuestro hogar o hacemos cosas que necesitan algunas personas que no están en capacidad de realizarlas, estamos sembrando un fruto precioso de amor y autoridad.

La autoridad espiritual se aprende obedeciendo leyes espirituales que traen bendición a nuestros hogares. El respeto y la autoridad van de la mano. Cuando no sabemos lo que es el respeto a los demás, nuestra autoridad es inconclusa, esta incompleta porque no sabemos de donde viene. La usamos en el mundo físico en el que estamos porque tenemos dinero, somos personas capacitadas en alguna área material como puede ser una profesión o un oficio que reditúa esa autoridad.

Recordemos las palabras del libro de Eclesiastés 5:8 Si opresión de pobres y perversión de derecho y justicia vieres en la provincia, no te maravilles de ello; porque sobre el alto vigila otro más alto, y uno más alto está sobre ellos.

Centrémonos en la parte B del versículo que dice que siempre hay uno más alto que vigila y ese más alto es Dios quien juzga y hace justicia para con todos.

Termino diciendo que Jesús dijo maravillado que ni aun en Israel había hallado tanta fe como en este centurión. Porque creyó sin ver y recibió el milagro sin que Jesús llegara a su casa.

¿Crees de forma tal como creyó el centurión o tienes que ver para creer en Dios?

Seguir el camino fácil, recortar nuestra cruz, evadir nuestras responsabilidades, no va a impedir que en algún momento tengamos que sufrir las consecuencias de ese facilismo, la falta de sufrimiento, esa evasión de cumplir con nuestro deber. 

Tenemos un Dios de amor y misericordioso, pero recordemos que no debemos tardar tanto para acogernos a ese amor y misericordia.


Dios te bendiga