Nuera eres y suegra seras

La Sabiduría 

A casi todas las mujeres nos falta sabiduría para relacionarnos con nuestra familia política. En la vida tenemos diferentes papeles y la conformidad es algo que se aleja rapida y facilmente del pensamiento de todos.  Anhelamos lo que tienen los demás, nos falta aprecio por lo propio, por nuestras familias, nuestras posesiones y todo aquello que conforma una vida.

Asi le pasaba a Sansón con el pueblo de Israel, prefería a las mujeres filisteas en vez de tratar de encontrar una esposa en medio de su entorno.

En la vida tenemos situaciones que impiden tener buenas relaciones entre madres y nueras generalmente; también se da entre suegras(os) y yernos. Así una larga lista de falta de armonía entre familiares de todo tipo.

Es muy difícil juzgar a las personas, lo que si debemos tener en claro es que no debemos atizar el fuego. Aun en el seno de las familias más cristianas de la tierra hay disensiones y pleitos. Pero aquella mujer sabia de la que nos habla el libro de proverbios, sabe que puede encontrar un camino para sobrellevar cualquier situación y poder sortear de un modo decoroso estas situaciones.

Proverbios 14:1 La mujer sabia edifica su casa; Mas la necia con sus manos la derriba. Vemos que la mujer debe ser la sabia, el hombre tiene que pedirle a Dios sabiduría para gobernar no solo su vida, sino también su heredad, como un dia se la pidió el rey Salomón a Dios para gobernar el reino que había puesto en sus manos por medio de su padre el rey David.

El libro de proverbios tiene sentencias muy sabias, que debemos apreciar y aplicar en nuestra vida para poder resolver las dificultades familiares. Un proverbio Muy lindo y que quizás la persona que no conoce a Dios de una forma muy intima lo rechace y es el Proverbio 15:1  La blanda respuesta quita la ira; Mas la palabra áspera hace subir el furor. 

Cuando hay contiendas, no es fácil guardar silencio e ignorar las situaciones que se presentan. EL poder de los cristianos está en la oración, Dios ha dado armas, como lo dice en 2 Corintios 10:4 porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, 

10:5 derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, 

10:6 y estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta.

Esas armas poderosas en Dios que destruyen toda fortaleza y los argumentos que se levantan en contra nuestra, son la oración de adoración, intercesión y guerra espiritual. El ayuno, la obediencia, teniendo una vida agradable a Dios.

Dios castiga la desobediencia en nosotros y en los demás. Cuándo estamos en obediencia perfecta, sabemos que vamos a ser libres de la opresión del enemigo que por medio de estas personas  nos afligen de alguna manera.

Es un proceso que debemos vivir para que la obra de Dios se realice principalmente en nosotros y en las demás personas como suegras y nueras, padres e hijos, cónyuges y toda relación que se tenga en la vida de familiaridad o amistad.

Cuando las mujeres están acostumbradas a tener mando, es muy difícil para ellas dejar ese lugar principal en la vida de sus hijos. La Biblia también dice en Génesis 2:24 Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. 

Esto quiere decir que debemos abrir paso a las nuevas generaciones para que ellas en su inexperiencia aprendan los caminos del matrimonio, con su compañero(a) y sus hijos, en completa y sana libertad. Aunque no esta demas recibir los consejos de las personas mayores y con más experiencia, se debe recordar que a todos nos gusta manejar el hogar y los hijos como de una manera propia. Sin que las intervenciones de las madres y las suegras sean obligación. 

Es difícil para las mujeres mayores aceptar los cambios sociales tan repentinos y muy diferentes a los de hace tan solo dos o tres décadas. Gracias a las comunicaciones y las nuevas tecnologías, el mundo está cambiando muy rápidamente, especialmente en los estratos más altos. La juventud tiene nuevos parámetros de comportamiento que la mayoría de las veces chocan con la estabilidad de lo que se pensaba que era lo correcto para nuestros padres e inclusive abuelos.

No podemos obligar a que los adultos mayores entren a la fuerza en estos cambios y modernismos que afectan negativamente a las personas mayores, especialmente los más ancianos. Las personas deben tratar de encontrar un equilibrio para poder tener una convivencia sana.

Es muy fácil entrar en vana palabrería y discusiones que no llevan a ninguna parte, pero si dejan heridas y rechazo de parte y parte. A todos en ocasiones nos falta prudencia para tratar a los demás, pero un buen consejo a tiempo ayuda a mejorar las relaciones.

La obediencia se trata de no sacar excusas para justificar nuestro proceder. Cuando recibimos un alto, debemos aceptar que podemos cambiar esa situación en un futuro próximo, decir que trataremos de no caer en la misma circunstancia, aunque en ocasiones no nos escuchan, no aceptan nuestras palabras.

No podemos entrar en los hogares de las personas, en su integridad o actitudes para forzarlas a aceptarnos, cuando hay un claro rechazo de alguna de las partes. En ocasiones aunque se tenga la razón, hay que retroceder y esperar un mejor momento para hacerle ver a las personas lo que nos aqueja.

"Los españoles tenemos un temperamento muy fuerte. Vivaz y contencioso, estamos acostumbrados a mandar, podemos decir que es una herencia ancestral que es muy difícil de controlar en ocasiones. Esto me hace recordar a mi madre y observaciones muy tajantes que hacia constantemente para aclarar que ella era la madre y nosotros las hijas. El pueblo español es un pueblo de temperamento luchador, que no se arredra fácilmente y chocamos mucho con ella cuando crecimos y queríamos tener nuestra propia vida. Mi madre era muy mala suegra, adoraba a sus nietos y queria tambien controlar muchas cosas, así que hemos tenido que pasar por un largo proceso de sanidad e integración para poder relacionarnos con las personas, debido al celo excesivo que ella mantenía con nosotros."

Podemos entender más fácilmente el choque que se presenta entre suegra y nuera real en España. Las redes y todo medio informativo hace énfasis en las diferencias que tienen su majestad Doña Sofía y la actual esposa del rey de España Doña Letizia.

"Mirando los toros desde la barrera" dicho muy español, concluimos que no se llevan muy bien. Unos tomaran partido por Doña Sofía y otros por Doña Letizia, en mi caso personal he sido nuera por muchísimos años y se por experiencia que no solamente se tiene que socializar con los suegros, sino también con los demás familiares y en este caso Doña Letizia tiene la desventaja de tener una muy grande familia política por parte de los padres de su esposo que tienen títulos y una serie de tradiciones reales que datan de siglos y siglos de realeza.

Es una situación en la que las personas que están alrededor deben tener una gran prudencia, tacto y educación para manejar de forma discreta estas situaciones.

La reina Letizia a pesar de no ser una jovencita, es una mujer muy joven para el status no solo social sino real que debe desarrollar. Necesita muchas ayudas idóneas, calificadas y amorosas para dar un buen consejo a tiempo.

El mundo tiene sus ojos puestos en ellas, muchas personas querrán que el problema crezca, que se presenten situaciones que las desacrediten y mucho más, para llenar de noticias las páginas de las redes sociales y noticieros, revistas y en fin todo aquello que llena el consumismo social.

Aquellas personas de bien que se sienten felices de ver una familia bien constituida, seguramente colaboran para que los tropiezos sean mínimos. Recordemos que como seres humanos erramos muchas veces y que los cristianos debemos aprender de los demás, para no caer en los mismos errores y comportamientos.

Las relaciones familiares e intereses de todos no son las mismas, pero si no seguimos nuestros propio consejo y seguimos la palabra de Dios, seguramente vamos a encontrar soluciones satisfactorias para nosotros y los demás familiares en contienda.

Nada es fácil, ninguna situación es imposible de solucionar por medio del poder de Dios. Los cristianos debemos saber que daremos cuenta en aquel día de nuestras buenas o malas actitudes y que debemos  en el papel de nuera, madre o suegra, acudir a aquel que todo lo puede.

Cuestionarnos primeramente nosotros, para saber si estamos haciendo las cosas correctamente o estamos perdiendo la visión y olvidando lo que Dios quiere hacer por medio de nuestro testimonio.

Cuando hay brechas en las relaciones familiares, esto impide una buena relación de pareja en ocasiones. Debemos ser como la mujer sabia que edifica su casa, sobre la roca que es Jesucristo.

¿Has tenido problemas en las relaciones con hijos, suegras, nueras, padrastros y otra clase de familia? Seguramente por esto es muy razonable estar prevenidos en ocasiones. Dios hoy quiere restaurar tus relaciones, dale ese espacio para hacerlo.

Dios te bendiga

Raíces de amargura y el cristiano

Amargura de corazón

Primero que todo la amargura es un sentimiento negativo, en el sentido de que no es sano y perjudica emocionalmente a la persona que padece alguna clase de amargura. Hay amarguras que tienen diferentes razones o causas para que existan en el corazón del hombre.

La definición de amargura nos ayuda a concluir que es un sentimiento que produce un dolor profundo como si nos hubieran herido con un cuchillo muy afilado, punzón o con un aguijón fuertemente, que nos destempla y lo sentimos en todo el cuerpo.

La amargura en ocasiones es rápida y certera, también va entrando en los corazones y formando una fuerte raíz a medida que se reciben ofensas y otras clases de sufrimientos como maltrato, rechazo y mucho más, generalmente de forma injusta.

Cuando nos ofenden siendo cristianos o no, sentimos que la culpa le corresponde a la persona que nos ofende y nos sentimos libres para sentirnos llenos de ira e ir rebosando amargura.

Hoy quiero hablarte de otra clase de amargura y es la amargura que produce no tener aquello que deseamos. En cada persona hay muchas veces amargura que proviene de no haber nacido con los padres que querían, no haber tenido la vida que desean o la capacidad económica para estudiar la carrera que aspiraban, no haber obtenido la relación amorosa que anhelaban, prosperar en lo que les gustaba y asi un sin fin de deseos frustrados y una vida que no es la que se desea.

Si alguna persona nos hace ver nuestra mala actitud, nuestro pecado, seguramente nos molestamos y quizás hasta no lo reconozcamos, siendo ásperos con la persona que nos quiere hacer recapacitar. Muchas veces la amargura de corazón nos acompaña durante tanto tiempo que ni siquiera sabemos que estamos amargados.

Efesios 4:30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. 
4:31 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. 
4:32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.


No debemos contristar al Espíritu Santo de Dios, negando a nuestro entendimiento a que reconozca las raíces de amargura que tenemos. Impidiendo la labor de Dios en nuestras vidas; así como Dios endulzó las aguas amargas de Mara, cuando los israelitas no tenían donde beber porque eran aguas amargas, nosotros debemos permitir que endulce nuestra alma y la libere de toda falta de perdón que es una de las motivaciones por las cuales la amargura se enraiza en el corazón del hombre.

Debemos perdonar, pero más que perdonar, razonar para entender que tenemos la gracia divina y que somos más que vencedores por medio de nuestro señor Jesucristo y como dice en Filipenses 3:13 Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante.

La visión espiritual y material se pierde cuando se tiene amargura, no hay un espíritu esperanzado y la condición de la persona amargada no es la mejor. Las decisiones y todo lo que hace una persona llena de amargura están dirigidas por esa amargura. La perspectiva es limitada, no hay libertad para juzgar y todo lo determina según este espíritu.

Generalmente culpamos a Dios por dejar que los impíos prosperen y la envidia puede atenazar el corazón. Job se aborreció el mismo y así puede acontecer con nosotros. Podemos aborrecer el lugar en el que vivimos, las cosas que hacemos y hasta las que tenemos por la gracia de Dios.

La amargura ayuda a que nos imaginemos que las personas están en contra nuestra, a que veamos cosas que en realidad no tienen el sentido que nosotros le damos. También como Coré (Números 16) se rebelo por puros celos, dice la biblia que su corazón estaba lleno de celos amargos y nadie lo notaba, dando lugar al diablo.

La persona amargada esta llena de enfado, se mantiene irritada, exaltada, por cualquier cosa tiene discordias, se deprimen y pueden tener toda clase de enfermedades reales e imaginarias.

Cuando la amargura esta causada por las ofensas de los demás, recordemos que debemos dejar lugar a la ira de Dios, la venganza es de él y únicamente de él. No es facil perdonar, no es fácil sacar las raíces de amargura del corazón, pero con la ayuda de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo podemos hacerlo, dejar de pensar en lo que fue y no llegó a ser por causa de..., lo que sufrimos, lo que nos costó esto o aquello por culpa de...

Abrirse, contar lo sucedido ayuda a solucionar en parte el dolor pasado. No hacerlo a todo aquel que quiera escucharnos, tenemos entrada al lugar santísimo, al mismísimo trono de la gracia para implorar a Dios misericordia, sanidad y todo aquello que necesitamos, que sentimos. Así como lo hacemos con un amigo, contándole nuestras cuitas, asimismo debemos hacerlo con nuestro amado padre celestial contándole lo que nos acontece, el escucha y responde.

"En mi vida ha habido mucha amargura, por diferentes causas y nunca la hubiera reconocido si no hubiera sido por un estudio bíblico en el cual el predicador preguntó: ¿Quiénes de los que están aquí tienen amargura en su corazón?  sin darme cuenta levante la mano y a partir de ese momento me di cuenta de cuánto resentimiento y muchas otras emociones desagradables tenía guardadas en mi corazón, por diferentes hechos acontecidos a lo largo de mi vida."

Cuando nos vengamos de las personas que nos hacen daño de alguna forma, estamos dando un mal pago por lo que nos hacen y cayendo en un desatino tremendo. Si nos vengamos no solamente estamos tomando el lugar de Dios, usando nuestro orgullo, la conciencia se emponzoña y corrompe, llena de veneno a otras personas implicadas y Dios no va a obrar en la persona o personas y mucho menos en nosotros.

La primera y única solución para el verdadero cristiano es descansar en Dios, entregarle todo a él, clamar y  perdonar. El perdón nos ayuda a quitar toda  raíz de amargura que quiera brotar en nuestros corazones. Indudablemente nos duele cuando nos hacen daño de cualquier forma, especialmente cuando estamos descuidados y no esperamos ningún mal de las personas con quienes tratamos a diario.

"No recuerdo exactamente que me dijo una señora amiga un día, la apreciaba mucho y le hice un comentario sobre algo sin ninguna malicia y ella me respondió con grosería y mucha brusquedad. Sentí como una punzada de dolor en el corazón por su mala actitud y realmente me hizo sentir muy mal durante mucho tiempo. Ore mucho por mi y por ella, hasta que el Señor sanó de tal forma mi corazón que ya no recuerdo ni qué fue lo que me dijo."


También podemos acostumbrarnos a hacer alguna clase de dinámica que nos ayuda a entender lo que sentimos y porqué lo sentimos. La empatía juega un papel muy importante a la hora de perdonar y olvidar ofensas.

Es más fácil perdonar cuando amamos mucho a una persona que a otras que no le tenemos el mismo cariño. Eso está en el corazón del hombre, es un mal social la falta de perdón, las naciones están llenas de odios, rencores, guerras, discriminación y toda una serie de enfermedades espirituales que se transforman en agresiones por los prejuicios y falta de perdón.

Aun en las iglesias en ocasiones se siente esa tensión, esa falta de amor y reconciliación, rencores ocultos que dañan la obra de Dios. Debemos huir de esas situaciones y no olvidar que Dios es el único que puede hacernos sentir su gracia sanadora. Encontrar consuelo en él y su palabra es primordial para que sanemos nuestra vida y las de las personas que se contaminaran con nuestra amargura.

Debemos vivir teniendo corazón agradecido con Dios. Disfrutar y deleitarnos con lo que tenemos en el presente, seguir en la lucha para obtener las metas deseadas y posibles, dejar de pensar en lo que queremos y no podemos obtener; bien sea porque no está en los planes de Dios para nosotros o porque no tenemos la capacidad para obtenerlo.

Seguir comprometidos con Dios, sin olvidarlo a él por estar pendientes del ministerio y las cosas personales. Entregarle todas aquellas cosas que nos perturban, decir como dijo un día el rey David a Dios en el Salmo 19:12 ¿Quién podrá entender sus propios errores?Líbrame de los que me son ocultos.

La sabiduría es de Dios, el que escudriña los corazones por medio de su Santo Espíritu es Dios y únicamente el puede ayudarnos a restaurar nuestra vida. Es de sabios que rectifiquemos, librarnos del pecado y de necios negarnos a reconocer nuestros errores.

La liberación de las raíces de amarguras acumuladas en lo más profundo del corazón es algo hermoso, ser libres es una gran bendición. 

Hoy te digo deja esas cosas del pasado atras, perdona, olvida, comienza un nuevo día con la gracia vivificadora de Dios y recuerda lo que dice Hebreos 12:14 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.