Ofensas

Ofensa espíritu ofensivo

En el diccionario de WordReference.com en línea los principales sinónimos para ofensa son: Afrenta, agravio, escarnio, injuria, insulto, menosprecio, oprobio, ultraje, vituperio, burla y siguen otros sinónimos más.

Como vemos las palabras para definir una ofensa son muchas y todas tienen una connotación de violencia malsana espiritual y es porque cuando se infringe una ofensa (se quebranta una norma de valores y misericordia)  o cuando una persona ofensa a otra de cualquier forma está no solo dañando a la persona sino que está alejada de Dios.

En ocasiones las personas se alejan de Dios porque tienen cuentas pendientes con sus hermanos, Dios no acepta la adoración de una persona que está en discordia con su hermano.

Mateo 5: 23 Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tú hermano tiene algo contra ti,

24 deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda.

25 Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto que estás con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel.
26 De cierto te digo que no saldrás de allí, hasta que pagues el último cuadrante.
Ofensor y ofendido, Jesús dice que debe ir “uno de los dos” debe buscar la iniciativa  para la reconciliación. No hay excusas, pero en ocasiones hay hermanos que utilizan la palabra como arma contra su hermano, un hermano busca la reconciliación y no encuentra respuesta, esto tiene varias respuestas.
No es tan fácil como perdonar en un momento y decir: “Ya perdone”. Porque en cualquier momento sale nuevamente el rechazo y rencor del ofendido, del ofensor y del perdonador, en ocasiones el ofendido es perdonador y en otras el ofensor es el perdonador.
Esto sucede porque la persona debe buscar dentro de ella misma y en comunión con Dios la causa de su agresión, de su ofensa, en el caso del ofensor. El agraviado muchas veces perdona, pero ese perdón se ve empañado por la falta de reconciliación y la falta de cambio en los ofensores.
Muchas veces situaciones del pasado que causaron dolor y que nunca se resolvieron, cuando los cristianos se saltan los procesos, no reciben sanidad y de ahí muchas veces la falta de fruto, de cambio y de aceptación.
No se puede esperar que las personas de la noche a la mañana cambien todo en su vida, hay muchas cosas que necesitan tiempo, que Dios ministre, pruebe y sane.
Se es cristiano precisamente porque no se es perfecto y hay una profunda necesidad de Dios, de que sostenga, ayude y trate de forma especial para poder ser renovados, transformados.
Hay muchos versos bíblicos que nos hablan del perdón, de la reconciliación y del amor a los hermanos, por esta razón muchas veces las personas están alejadas de Dios, de sus ministerios o tienen ministerios ineficaces, que no crecen y no reciben bendición.
¿Has pensado porque muchas veces te es difícil vivir en koinonia con tus hermanos? ¿Te has preguntado porque muchas veces no recibes aunque te esfuerces por alcanzar tus metas? Y principalmente ¿Te has preguntado si eres como hermano cristiano tropiezo para que otros estén en armonía con Dios o que lleguen a los pies de Cristo? No se lo digas a las demás personas, díselo a Dios, ora y pregúntale donde está la circunstancia, donde está el problema.
El fruto del Espíritu Santo es uno y abarca todas estas cosas, está en Gálatas 5: 22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
24 Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.
25 Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.
26 No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros.
Por ultimo recuerda que a Dios no le agrada el dedo señalador, dice en Isaías 58: 9 Entonces invocarás, y te oirá Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí. Si quitares de en medio de ti el yugo, el dedo amenazador, y el hablar vanidad;


Dios te bendiga

Los padres y los hijos

Representantes de Dios en la tierra

Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten. Colosenses 3:20-21
Los padres tienen una finalidad especial en la tierra, un propósito que no se puede reemplazar y que en ocasiones por diversas circunstancias la familia queda incompleta y falta uno o los dos progenitores en la vida de los niños.
La falta de los padres trae carencias a la vida de las personas que no se pueden predecir en ocasiones, pero si se sabe que cuando los niños quedan desamparados su vida puede tomar rumbos muy difíciles.
Recuerdo una mujer que conocí hace algún tiempo y me conto que su madre se la había entregado a una tía para que se la criara, debido a que ella carecía de medios para tenerla. Esta tía, una persona aprovechada y de mal corazón, la maltrataba y la tenía como su empleada del hogar, sin darle ninguna clase de estudios ni nada de nada aparte de la vivienda, la comida y ropa vieja, ella sufrió mucho y cuando creció y se casó, teniendo dos hijos, trabajaba duro para mantener su hogar, debido a que su marido se separó y la dejo sola con los niños. Ella tenía mucho resentimiento en su corazón y rechazo hacia su madre que la había dejado a merced de esta tía”.
En este caso es muy difícil perdonar, pero es necesario perdonar para encontrar paz, para recibir bendición, para ser libres y poder tener un nuevo comienzo.
La palabra de Dios dice que honremos a padre y madre, esta honra tiene doble promesa y es el primer mandamiento con promesa del nuevo testamento. Dice que seremos de larga vida y nos ira bien sobre la tierra.
Se sabe que los padres son los presentantes de Dios sobre la tierra, tienen deberes que cumplir como padres, muchas veces este deber no es cumplido o es cumplido de forma muy deficiente, pero debemos cumplir en la medida de nuestras capacidades con nuestros padres, con las personas que dieron una crianza y que tomaron ese papel de padres un día para bendecir a sus hijos en la carne o adoptados por voluntad propia.
Como hijos se debe encontrar un camino para respetar y vivir en armonía con los padres, aunque se torne difícil la convivencia, se puede pedir la ayuda de Dios por medio de la oración, de los hermanos en Cristo, pastores y diferentes ministros para tener una cobertura y respaldo espiritual y en ocasiones hasta físico.
Dios es Dios de bendición y siempre tiene una puerta abierta para cada persona y su necesidad, no se debe olvidar clamar a él, pedir perdón por las debilidades y tratar de enderezar los pasos para una vida de abundante paz, bendición y amor.


Dios te bendiga

Hijos- Tu camino y el mío

Tu camino y el mío

Los hijos son para algunas madres las personas más importantes en su vida, esto es bueno cuando se conservan parámetros emocionales sanos.

Mirando un programa de televisión en donde un psicólogo explicaba las relaciones distorsionadas que terminan teniendo las madres con los hijos adultos. Decía este hombre que muchas veces los hijos eran los maridos jóvenes de sus madres sin incluir las relaciones sexuales lógicamente y que muchas madres terminaban siendo la extensión de la vida de sus hijos.

Otras madres pueden llegar a ser obsesivas con ellos, vivir en una constante obsesión de sobreprotección y ayuda, vuelven dependientes económicos y emocionales a sus hijos, ellas tienen el control de su vida y su autoestima por medio de la economía. No se crían a los hijos para que le sirvan a los padres, para recuperar lo que se invirtió en ellos, para no estar solos en la vejez, pero que bendición contar con ellos siempre.

Todas las personas tienen fallas, no son perfectas, no hay nadie en el mundo perfecto, todos deben aprender un camino de búsqueda constante de aprendizaje, ser mejores cada día y entender que los hijos necesitan libertad.

Para ellos obtener una libertad bien manejada, que puedan defenderse y aprender a sobrevivir por sus propios medios, necesitan capacitación. La capacitación de los hijos se da durante los años de crecimiento, enseñanzas que perduran toda una vida y de las cuales ellos puedan sacar motivaciones en el momento de la necesidad.

No se puede pretender tener hijos perfectos, los hijos son como los padres en el momento en que fueron hijos, no se debe olvidar como  fue la niñez y la adolescencia propia especialmente, para comprender la etapa de crecimiento de los hijos.

La juventud es una época de aprendizaje, es adquirir experiencia y conocimiento, un tiempo de equivocaciones para poder levantase y comenzar a caminar con mayor seguridad en la vida.

Cuando se cumple con un deber, se debe sentir la satisfacción de haber cumplido ese deber de la mejor manera posible, dar libertad para que los hijos se desarrollen libremente, si quieren estar cerca de los padres mucho mejor, si quieren experimentar nuevos horizontes en otro lugar que bien; tienen un deseo de volar y aprender a sobrevivir en el mundo conociendo la vida desde su propio punto de vista.

Los hijos deben tener su propio camino, los padres deben involucrarse en la medida que no estorben y tener vida propia para no ser una carga que ellos tengan que llevar con resentimiento y amargura.

Esto no quiere decir que en la necesidad, en la falta de salud, ellos no van a estar presentes, cuando hay una necesidad económica ellos deben ser los representantes de los padres, en la medida que sus recursos lo permitan deben ayudar, acompañar y mucho más.

Los padres deben ser previsivos y saber que la vida es larga y hay que hacer provisión para los años malos, procurar hacer ahorros, una pensión, un medio de vida para esos últimos años.

Pero primordialmente saber que cuando hemos arado y sembrado en buena tierra, vamos a cosechar con abundancia especialmente de amor. Los hijos deben ser esa buena tierra en la que con muchos cuidados y enseñanzas se siembre para toda la vida y la eternidad.

Hay un verso bíblico muy conocido en Proverbios 22:6 que dice: Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartara de él. Cuando instruimos a nuestros hijos en la palabra de Dios, siempre va a tener un recurso positivo, real, maravilloso y bueno para salir adelante en los avatares de la vida, en las pruebas y dificultades, en la abundancia y especialmente en la alegría.

Los hijos cumplen un propósito en la vida de los padres y en la creación, son la prolongación de la vida sobre la tierra, por tanto que bueno es que los hijos sean personas de bien, con valores e instruidos en la palabra de Dios y sus caminos. Esa palabra será rema y quedara sembrada en sus corazones por siempre, aunque se desvíen del camino llega el momento en que esas enseñanzas infantiles, esos valores, ese tesón de los padres para instruirlos sale a flote y da fruto al ciento por uno.

Dios te bendiga