¿Cómo podemos
amar a todos?
Juan 13:34 mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a
otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.
35 En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor
los unos con los otros.
Es tan linda y parece tan fácil esta
palabra para cumplirla, pero vamos a
hablar de las dificultades de cuando se conoce una palabra y lo difícil que es
poner en práctica esta palabra. Es difícil para nosotros como hijos de Dios
ponerla en práctica por varias razones y también muchas veces no utilizamos el
conocimiento secular y la experiencia de la vida que se pueda tener para comprender porque es imposible para alguien amarnos o nosotros amar.

Si estamos en el mundo aunque no seamos del
mundo, tenemos y debemos convivir en el mundo, acatar las leyes del lugar donde
vivimos y también dar ejemplo y testimonio de que somos cristianos nacidos de
nuevo, más cuando se tiene un ministerio.
¿Cómo podemos amar a personas que no nos
aman y que siempre están contrariándonos o haciéndonos daño? ¿Amar a familiares
que ya no sabemos cómo tratar para estar en paz con ellos? ¿Tener paciencia con
vecinos y amigos que siempre están haciendo cosas que nos desagradan?
Estas y muchas personas más son tan difíciles
de amar y difícil de demostrárselos, porque somos humanos que nos
resentimos, nos duele que nos traten mal, injustamente, que nos ignoren y hasta
que nos rechacen.
Para todas estas situaciones hay soluciones,
porque Dios no manda a hacer cosas imposibles y lo primero que tenemos que
hacer es llegar a él en oración y poner en sus manos a todas estas personas para
que él nos muestre un camino y nos ayude a solucionar esta situación que nos
hace sufrir y que nos quita la alegría cuando nos encontramos o tenemos alguna
clase de trato con ellas.
En romanos 12:18 dice que si es posible, en
cuanto depende de nosotros, estemos en paz con todos los hombres. Esto quiere
decir que cuando es posible, cuando nosotros tengamos esa autoridad, esa
posibilidad, estemos en paz con todos, cuando está en nuestra manos alcanzar
esa paz, armonía y buena convivencia debemos hacerlo.
¿Qué pasa cuando no está en nuestras manos?
Cuando no esta a nuestro alcance o no depende de nosotros; no podemos hacer más
que orar en bendición por esas personas para que Dios sea obrando de manera
perfecta con ellas.
Digo en bendición porque a Dios no le agrada que oremos con juicio por las personas, acusando y pidiendo trato para ellas, exponer la situación, pedir perdón, decirle al Señor lo que nos inquieta y …, que Dios es sabio y todopoderoso, no necesita que nosotros juzguemos por él, no necesita que lo ayudemos pensando cómo debe solucionar o tratar con cada persona individualmente y dejar de pensar en esa situación o persona, enfrascándonos mejor en lo que aprovecha, tratar de seguir su palabra y llenar nuestros días con su obra y nuestra vida secular en orden.
Digo en bendición porque a Dios no le agrada que oremos con juicio por las personas, acusando y pidiendo trato para ellas, exponer la situación, pedir perdón, decirle al Señor lo que nos inquieta y …, que Dios es sabio y todopoderoso, no necesita que nosotros juzguemos por él, no necesita que lo ayudemos pensando cómo debe solucionar o tratar con cada persona individualmente y dejar de pensar en esa situación o persona, enfrascándonos mejor en lo que aprovecha, tratar de seguir su palabra y llenar nuestros días con su obra y nuestra vida secular en orden.
Hay principios especiales bíblicos para amar
a aquellos que no podemos amar, pero amar a todos no quiere decir que debemos
dejar que bajen nuestra autoestima rogándoles o pidiéndoles un perdón que no
tienen que dar, que vamos a dar infinitamente sin recibir respuestas o reciprocidad
de estas personas.
Hay algo que se llama empatía y muchas
veces nos esforzamos por tener buenas relaciones con personas a las cuales no
le somos muy agradables o no tienen empatía con nosotros, es una situación que
si Dios quiere puede solucionar, eso no quiere decir que porque no
tengamos esa empatía vamos a tener resentimientos o querer tener una amistad a
la fuerza.
De acuerdo a la personalidad, al carisma,
al carácter y otras cualidades o características personales las personas terminan
teniendo mejores relaciones unas con otras y ser cristiano implica ser
paciente, dejar pasar ciertas cosas, ser amables, mantenerse alerta para no
caer en pecados que sean ocultos hasta para la misma persona que los practica y
en lo posible estar en paz con todos y demostrar afecto a aquellas personas que
están dispuestas a recibirlo.
Exhortar no es obligar, muchas veces
exhortamos y no es bien recibida la exhortación, solo debemos confiar en que
Dios está en el asunto y va a obrar de acuerdo a la necesidad de cada uno. Tenemos una gran capacidad para amar, si somos hechos a imagen y semejanza de Dios esto quiere decir que en nuestro corazon caben todos, como en el corazon de Dios.
Recuerda no dejes de demostrar tu
afecto a aquellas personas que están esperando recibirlo y no niegues bendecir
a todos, porque si bendices recibes bendición. Cuando atas con tus oraciones
mal hechas a las personas, estás perdiendo muchas bendiciones para ti mismo, porque
esa bendición que Dios le dio a Abraham es una promesa para todos sus
descendientes y nosotros somos descendientes espirituales de Abraham y Dios
bendice a todo el que nos bendice y devuelve maldición al que nos maldice
porque es una promesa y sus promesas son en el sí y en el Amen.