El perdón y la restauración en las Iglesias evangélicas
Las iglesias cristianas evangélicas de sana doctrina están en crisis. Aquellos magníficos y famosos ministros espirituales cada vez se escuchan menos y muchas criticas llueven sobre nosotros las personas que decimos ser evangélicos.
Decir ser evangélicos es una confesión de fe. Dice la Biblia en Romanos 10:10 Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. Porque hemos creído en nuestro corazón y lo confesamos a Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo somos llamados hijos suyos.
Y sigue diciendo el mismo capitulo en los siguientes versos de una forma que puedo llamar poética : verso 12 Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; 13 porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo 14 ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: !!Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas! 16 Mas no todos obedecieron al evangelio; pues Isaías dice: Señor, ¿Quién ha creído a nuestro anuncio? 17 Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.
Como invocaremos en quien no hemos creído o de quien no hemos escuchado, ni nos han predicado y como vamos a predicar si el mismo Dios no nos envía? Eso dicen los versos anteriores, explicando porque hemos creído, llevando las buenas nuevas del evangelio a todos los que quieren escuchar y tienen necesidad de una palabra de fe y refrigerio. Dice !!Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas! una porción del versículo que bendice nuestros pies, llevando nuestro cuerpo a predicar las buenas nuevas del evangelio de paz.
Cuando hay abundancia material, nuestros ánimos decrecen y nos quedamos en las cosas que en nuestra carne nos da deleite. Cuando tenemos tropiezos por prejuicios en las congregaciones nos vamos enfriando y tratamos por todos los medios de seguir caminando con el Señor de una manera propia, que impide la efectividad de los diferentes ministerios.
Cuando un cristiano cae en el pecado, llueven cantidad de criticas y algunas veces la restauración de un ministerio es imposible, no porque Dios sea el que lo impida, sino por la falta de perdón de los hermanos en Cristo.
Aun sin pecados visibles en las comunidades especialmente seculares el cristiano es señalado, vituperado en ocasiones y dificultades de todo tipo se presentan para impedir que sigamos alabando y adorando el nombre del Señor.
Tenemos cantidades de obstáculos, dificultades y en ocasiones conflictos que nos ayudan a afirmarnos en Dios y su palabra. Algunas veces superados todos estos problemas llega el tiempo en que decidimos descansar del ministerio.
Este descanso es una mentira piadosa para decir que ya no queremos seguir haciendo lo mismo de siempre. Que estamos cansados de repetir lo mismo una y otra vez, sin entender porque los demás cristianos insisten en que para ser verdaderos cristianos debemos estar dispuestos a seguir escuchando repetitivamente las mismas enseñanzas una y otra vez, aunque sean presentadas de diferente forma, por cada predicador en particular.
Cuando un niño nace sigue un proceso de crecimiento, que va cumpliendo pasos a medida que pasan los años. No podemos esperar que un bebé siga siendo bebé toda la vida. El apóstol Pablo exhortaba en 1 Corintios 3: 2 Os di a beber leche, no alimento sólido, porque todavía no podíais recibirlo . En verdad, ni aun ahora podéis, a la iglesia de Corinto. Esto debido a que las congregaciones necesitan ser exhortadas, para entender lo que Dios quiere de ellas.
Así Dios espera que sus ministros y demás personas de la congregación coman alimento solido, representado en lo que cada uno necesita para seguir avanzando en la labor que desempeña y poder a su vez dar lugar a nuevos miembros de acuerdo a la voluntad de Dios, esto sin dejar de servir a Dios, tratando de encontrar la voluntad de Dios para cada uno.
Este podíamos llamar estancamiento de la iglesia evangélica, se debe a que las personas deben ser llenas del Espíritu Santo de Dios y no darle cabida a personas que han caído de su estado de santidad y servicio, continúen sirviendo y ministrando en las congregaciones.
Para ser restaurados completamente debemos seguir un proceso principalmente en lo secreto con nuestro amado padre celestial, entrar en la presencia de Dios y arrepentidos verdaderamente de corazón, dejar que el nos guie y nos de la disciplina que merecemos. Hasta que nuevamente renovados encontremos el servicio agradable a Dios nuevamente.
Cuando en las congregaciones falta autoridad para sacar del lugar de comodidad a los ministros que no sirven con todas sus capacidades, comienza a decaer la unción. Decaen muchos aspectos cristianos que se mueven en las congregaciones llenas del poder de Dios.
No podemos detener el crecimiento de un cristiano, no podemos dejarlos como ovejas de tiempo completo, no podemos dar o seguir tomando leche cuando requerimos alimento solido. Cuando no somos honestos para poder decir: "No puedo", "no se", "porque no intentamos aprender juntos", "yo no quiero servir a Dios de esa forma, encuentra a otros hermanos" y así una serie de verdades que no se dicen y se ocultan para poder seguir siendo ministros; sin tratar de encontrar un crecimiento que nos lleve de la mano a aprender cada vez más de Dios.
El pecado de los ministros destruye las iglesias. Esto quiere decir que cuando un ministro esta en pecado y no encuentra el camino para sanar y restaurarse, la iglesia mengua día a día y hay que volver a pelear la batalla de la fe.
Si el cristiano se deja llevar por las criticas, olvida como fue que inicio el camino para seguir a Cristo, por la carnalidad y tantas cosas que tratan de alejarlo del Dios verdadero que lo convirtió en linaje real, sacerdocio santo, como dice en 1 Pedro 2:9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; va a terminar alejado de las congregaciones y de la presencia de Dios.
No debemos impedir el crecimiento de nuestros hermanos. Debemos ayudarlos a entender los procesos que viven y mostrarles el camino verdadero de la sanidad y salvación que es en Cristo Jesús, señor nuestro.
Hay una puerta abierta para todos los cristianos que quieren ser renovados en su entendimiento y servir a Dios de manera activa y honesta, con los corazones llenos de amor. Esa puerta puede ser cruzada por todos, pero muchos no traspasaran el umbral por sus pecados, por su alejamiento, por su falta de fe, de búsqueda de Dios y su conocimiento.
No podemos seguir siendo niños, cuando debemos adquirir madurez espiritual para servir a Dios. Dios se agrada en la humildad, en la humillación delante de su presencia cuando confesamos que nos equivocamos, que nos hemos desviado del camino correcto. Ejemplo de ello en la Biblia es la vida del rey David. Un hombre conforme al corazón de Dios, lleno de un espíritu de adoración, de alabanza y amor.
Dios te bendiga
