Tenacidad y constancia en la oración del cristiano

¿Cuál es tu nivel cristiano?

La oración es una parte primordial de todo luchador cristiano. Cuando comenzamos en el evangelio no nos alcanza el tiempo para orar, estar en la congregación y ayunar, pidiendo toda clase de bendiciones a Dios.

Vamos escalando en conocimiento y muchas cosas más cuando seguimos los procesos. Estos procesos implican ser un bebé en Cristo, dar los primeros pasos e ir dejando la leche materna poco a poco, para comenzar con el alimento solido. 

Perseverar, tener una constante vida espiritual, nos va ayudando a tener un conocimiento cada vez mas lindo de Dios. Si cortamos el proceso, si no somos obedientes y dejamos que Dios moldee, vamos a ser unos cristianos pasmados, sin crecimiento y seremos las mismas personas que hemos sido siempre.

Romanos 1:16 Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. 

No nos avergonzamos quiere decir que no negamos ser evangélicos, aunque en ocasiones no tengamos la oportunidad de decir que somos evangélicos.

Cuando comenzamos necesitamos personas que nos ayuden, nos motiven, nos auxilien en nuestras circunstancias y principalmente nos den versículos bíblicos que nos ayuden a entender lo que vivimos.

Somo apadrinados por aquellos hermanos llenos de amor que llevan más tiempo en el evangelio y conocen lo que estamos viviendo y aprendiendo.

En la medida que vamos creciendo vamos anhelando más y más cosas de Dios. Ya queremos prestar un mayor servicio, algunos hermanos quieren ser pastores, otros evangelistas, maestros y en fin que Dios nos use con su gran poder.

Efesios 4:11  Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros evangelistas; a otros, pastores y maestros, 12  a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,

Sabemos que todos somos hijos de Dios y debemos servir de alguna manera en la casa de Dios. Todos no podemos ser pastores, evangelistas y demás al mismo tiempo. No podemos todos tener un ministerio por diversas razones. 

Aunque no tengamos un ministerio reconocido en la iglesia, todo cristiano tiene una labor por la que responder ante Dios. Al que la labor de misericordia, al que la labor de ayuda idónea, visitación y en fin tantas y tantas obras para la que hay espacio en el lugar donde vivimos o donde nos desplazamos con frecuencia.

Hay impedimentos en ocasiones para congregarnos, para asistir a los eventos eclesiásticos. Debemos darle gracias a Dios por las comunicaciones que nos ayudan a participar virtualmente de los servicios y la oración cristiana. Estos impedimentos pueden ser de salud, desplazamiento o aun labores que impiden estar en la iglesia de los santos.

Cada quien dará cuenta a Dios de sus hechos y vida cristiana. Debemos saber que en la obediencia esta la bendición, obedecer a Dios y su palabra es lo que todos debemos hacer como evangélicos.

Cuando hemos logrado crecimiento y conocimiento, debemos compartir, soportar, ayudar, colaborar. Somos imitadores del Cristo de la gloria y debemos crecer en gracia y como sigue diciendo en 

Efesios 4:12 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; 

14 para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, 

15 sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, 

16  de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.

Jesucristo no se quedo niño, creció, vivió y obedeció a su padre celestial, hasta su muerte y muerte de cruz.  Lucas 2:52 Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres. Así nosotros debemos crecer con tenacidad y constancia, para alcanzar proporciones o niveles acordes a lo que aprendemos y vivimos como cristianos.

Cuando nos quedamos quietos, no tenemos un equilibrio entre lo que sabemos, y practicamos, nos sentimos frustrados, cansados y es fácil dejar el camino que emprendimos con afán, alegría y bendición de Dios y nuestros pastores.

Debemos dar, la bendición esta en dar y no es económicamente únicamente que debemos dar, sino también palabra, nuestra ayuda incondicional al que nos necesita en lo que sea que realmente haya una necesidad.

Lucas  6:38 Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir. 

Es una promesa completa de lo que recibiremos si damos. Porque el secreto esta en dar, aunque nos critiquen, nos juzguen mal, el dar con sabiduría es don de Dios. Dice que con la misma medida conque medimos nos volverán a medir o sea nos volverán a dar.

No podemos ir cargando a las personas que no quieren aprender a caminar o que ya saben caminar y no lo hacen. Es más cómodo que la mamá, la abuela, la tía y una serie de personas que no tenemos en claro que debemos dejar de ser ese árbol que solo sirve para darle sombra a los que no quieren crecer y quieren estar sentados a nuestra sombra.

Termino diciendo que árbol que no de fruto será cortado y echado al fuego. Pero si damos fruto y meditamos en el señor como dice el Salmo 1:3 Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará.

Que bendición estar plantado a los pies del Señor y no ser removido jamás.


Dios te bendiga hoy y siempre