Celos

Celos y sus consecuencias


Los celos tradicionalmente causan más bien risa en quien escucha hablar de ellos o de sus manifestaciones, pero para las personas que los padecen y para el que es el recipiente de los celos, no es causa de risa o para tomarlo ligeramente.

Hay celos de celos, los hay patológicos, celos normales que se desatan en situaciones de peligro, celos no tan normales y en fin toda una escala de ellos. Normalmente se piensa que la persona celosa es la que ama, así es, pero esta mal encaminada. 

Un amor sano cuida, protege, comparte, tiene armonía y lógicamente una pequeña dosis de celos. No podemos decir que amamos si somos descuidados, si no nos importan las cosas que tiene que ver con el ser amado.


También celamos nuestras pertenencias y no solamente al ser amado en cuanto se refiere a parejas, a los seres queridos en general se les demuestra un celo sano, cuando están en situaciones de riesgo por tener mucha cercanía con otras personas. 

Vamos a entender lo que son los celos insanos, aquellos que nacen de la desconfianza y la baja autoestima que se tiene en ocasiones. También es una gran dificultad para valorarse, otra causa viene de los años infantiles, padres que tenían ese mismo problema y por medio de sus actitudes y trato, se repiten los patrones.

Cuando los celos inundan el corazón de la persona ve cosas y actitudes donde no las hay. Las actitudes de las personas se tergiversan y la mente camina sola imaginando cosas y haciendo acusaciones sin fundamento.

Una persona celosa es excesivamente controladora, quiere saber hasta el mínimo paso que da la persona a la que cela y también es experta en alejar todos los afectos que no sean ella y sus más cercanos, le gusta crear divisiones. Le gusta dividir, que los demás se disgusten para ella poder estar sola con la persona de sus afectos.


En la Biblia se habla de las circunstancias que se presentaron los celos que tuvieron consecuencias funestas como en el caso de Sara y Agar, Raquel y Lea, Ana y Penina, o en el caso de Esau y Jacob, también de los hijos como los de Jacob y si repasamos bien encontraremos muchos más.

En contraposición con cantares 8:6 que dice: Ponme como un sello sobre tu corazón, como una marca sobre tu brazo; 

Porque fuerte es como la muerte el amor; Duros como el Seol los celos; Sus brasas, brasas de fuego, fuerte llama.  Encontramos en Proverbios 30: 15-16  La sanguijuela tiene dos hijas que dicen: ¡Dame! ¡dame! Tres cosas hay que nunca se sacian; Aun la cuarta nunca dice: ¡Basta! 
16 El Seol, la matriz estéril, La tierra que no se sacia de aguas, Y el fuego que jamás dice: ¡Basta! 


El Seol es insaciable como los celos, así también los celos enfermizos, los celos trastornadores, los celos que no dejan lugar a los pensamientos tranquilos y sanos. Celos atormentadores que dañan la vida de todos los que se tienen alrededor, que roban la paz en los matrimonios, creando conflictos que se ahondan con el paso de los años y alejando a la familia, amigos y personas en general.

Los acompañantes de los celos son la manipulación, el egoísmo que va creando un individualismo que se vuelve voraz y lleno de ingratitud, porque hace que se olvide de las necesidades de las personas amadas y objeto de sus celos, amargando la vida de todos y primeramente de la persona celosa.

Pero hay un remedio eficaz, este remedio se llama Cristomicina, solo renunciando a ellos y dejando que Dios padre, Hijo y Espíritu Santo hagan la obra en la vida de la persona celosa va a encontrar ese remanso de paz y armonía que es la bendición de una persona que encuentra seguridad en la palabra de Dios, en su voluntad, en conocerlo y dejar que trabaje en todas esas emociones dañinas y esos demonios a los que se le abren puertas por medio de los celos.

Esos ejemplos de los héroes bíblicos están para edificar, para que el hombre aprenda la consecuencia que traen las bajas pasiones. En aquellos tiempos bíblicos no se tenia al Espíritu Santo de Dios como hoy en día lo tenemos los cristianos, es nuestro paracleto, nuestro fiel ayudador, el que nos guía, nuestro consolador.

Dios nos cela, dice la Biblia, cuando nos alejamos en pos de dioses ajenos, y es un celo santo, así nosotros podemos sentir celos en determinadas circunstancias.

Por eso es bueno recordar que los celos traen confusión, amargura, envidia y se deben tratar para evitar lo desequilibrios en las familias. Tratar de encontrar ayuda en la palabra de Dios y renovar el entendimiento, las cosas viejas pasaron he aquí son echas todas nuevas.

Es una palabra muy fuerte para hablar sobre ella, pero es necesario en estos tiempos en que la falta de cordura se apodera de los corazones, la intolerancia crece día a día, las personas enojadas, con falta de crecimiento y falta de valores debido a muchas situaciones actúan violentamente, dañando a otras personas en su integridad física  justificando sus malas acciones en los celos.  

Dios te bendiga