Salmo de fe

Un salmo de fe


Salmo 31:1 En ti, oh Jehová, he confiado; no sea yo confundido jamás;

Líbrame en tu justicia.
31:2 Inclina a mí tu oído, líbrame pronto;
Sé tú mi roca fuerte, y fortaleza para salvarme.
31:3 Porque tú eres mi roca y mi castillo;
Por tu nombre me guiarás y me encaminarás.
31:4 Sácame de la red que han escondido para mí,
Pues tú eres mi refugio.
31:5 En tu mano encomiendo mi espíritu;
Tú me has redimido, oh Jehová, Dios de verdad.
31:6 Aborrezco a los que esperan en vanidades ilusorias;
Mas yo en Jehová he esperado.


Es un salmo precioso que nos muestra la fe conque clamaba el rey David a Dios en los momentos de angustia y desanimo. Asi nosotros podemos hacerlo cuando nos invaden las emociones de angustia, tristeza, dolor y no sabemos que hacer.

Siempre nos recomiendan el salmo 91, el 35 y quizás algunos más, pero este salmo completo es un canto de confianza y fe en que Dios va a salvarnos, librarnos de los enemigos que nos acechan, de la carne que nos contamina, del orgullo y la soberbia; que quieren llenar nuestras vidas cuando la injusticia nos invade.

Somos más que vencedores en Cristo que nos amo y realizo el sacrifico en la cruz por todos nosotros. Su sangre preciosa derramada en la cruz nos justifica, no somos justificados por nosotros mismos. Es imposible para el hombre en su inmundicia, justificarse ante la santidad de Dios. Jesucristo es el camino la verdad y la vida, nadie va a el Padre sino es por el. La única puerta posible, si lo rechazamos a él, estamos rechazando la verdadera salvación y vida eterna.

Cuando hemos orado, recorrido el camino de Dios y nos encontramos en momentos de necesidad espiritual y aflicción debemos recurrir a la palabra. Dejar que ella nos hable, nos reanime, nos indique el camino a seguir.

Debemos en humildad de corazón pedirle a Dios que nos enseñe a aprender de su amado hijo Jesús cuando estaba en la tierra. De su mansedumbre, de su paciencia y su paz. Esa paz que no es la del mundo, esa paz que cuando nos invade lo llena todo y a todos.

Tener corazón agradecido para con Dios y saber que en la dificultad y en los momentos más difíciles y tormentosos, Él nos acompaña, nos sustenta con la diestra de su justicia, nos rodea con un doble campamento, como lo hizo con Jacob cuando estaba temeroso por el encuentro que tendría después de tantos años con su hermano Esaú, lo dice en Génesis 32: 2 Y dijo Jacob cuando los vio: Campamento de Dios es este; y llamó el nombre de aquel lugar Mahanaim. 

Esperar en su grande misericordia y la palabra es l arma que debemos empuñar para guerrear no contra las personas, recordemos que en Efesios 6: 12 nos habla de la armadura de Dios y como usarla. No tenemos lucha contra carne ni sangre, sino contra principados, potestades y ...

Continua el salmo 
31:7 Me gozaré y alegraré en tu misericordia,

Porque has visto mi aflicción;
Has conocido mi alma en las angustias.
31:8 No me entregaste en mano del enemigo;

Pusiste mis pies en lugar espacioso. 

El nos da lugares espaciosos, nos libra del enemigo. debemos alegrarnos, bendecir su nombre santo y no dejar de alabarlo por sus milagros y amoroso cuidado.

Dios te bendiga