Ruina espiritual

La ruina espiritual que no es visible

Podemos, debemos y tenemos que recibir más de Dios. La ruina espiritual va unida al mundo. La Biblia dice en 3 Juan 1:2 Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. Son los buenos deseos del apóstol Juan a Gayo un hermano en Cristo de la iglesia.

En este versiculo el apostol Juan nos muestra que podemos ser prosperados. La palabra prosperar o prosperidad  quiere decir bienestar, éxito, económico y social, puede ser de todo tipo.

Dios no está en contra de la prosperidad de sus hijos. El quiere que seamos prosperados, bendecidos física, material y espiritualmente. En ocasiones queremos correr tras la prosperidad especialmente económica y Dios nos la retiene hasta que nos capacita para ser buenos administradores de su gracia.

Para que comprendamos que la prosperidad económica es para darle un uso adecuado a nuestras necesidades y que no tengamos puesta en ella nuestro corazón y amor. Recordemos que cuando llegamos a los pies de Cristo y reconocemos nuestra gran necesidad de Dios es porque ya no hay otro camino. Solo el puede darnos respuestas y llenar nuestras carencias.

Si Dios nos dio una nueva vida en Cristo, si trabajo en nosotros, si nos a dado de lo mejor de su corazón, porque vamos a caer en cosas que nos traen ruina espiritual y que en algun momento tambien vamos a llegar a la ruina física y económica.

En el libro del profeta Hageo 2:8 Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos. 

2:9 La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos.

Cuántas veces hemos repetido estas porciones bíblicas y por falta de fe, cuando mandamos a alguna persona ha hacer una labor contratada, queremos que nos los den casi que regalado. Negamos darle al necesitado porque damos en la iglesia, siempre estamos tratando de que nos salgan una gran cantidad de cosas gratis, alegando ser cristianos; hijos de Dios, si tenemos al dueño del oro y la plata como padre debemos demostrarlo.

Debemos recordar que el obrero es digno de su salario, no es el obrero que le sirve a Dios el único que merece un salario adecuado. Cada cosa tiene un valor intrínseco y debemos pagarlo como debe ser. Como vamos a decir que tenemos un Dios dueño del oro y la plata si siempre estamos tratando de que todo nos salga gratis. Teniendo en cuenta que hay en épocas de crisis y que debemos someternos al dinero conque contamos.


Cuando impedimos que se parqueen los automóviles al frente de nuestra casa o lugar de congregación, pero utilizamos los espacios de otro sin ningún remordimiento. Cuando hacemos esas pequeñas cosas como no saludar a las personas que no son de nuestra denominación, quedarnos con lo que sobra porque no es de nadie, decir pequeñas mentiras o mentiras blancas y así una gran lista de cosas que denotan falta de generosidad y que hacen ver que somos personas que en vez de atraer, alejamos a todos; y nos llenan de ruina espiritual.

Sin darnos cuenta estamos en el mundo del que un día quisimos salir, estamos retrocediendo espiritualmente y violando las leyes de la bendición. No somos santos, somos santificados por la sangre de Jesucristo, estamos en el proceso de santificación, debemos dejar que Dios Padre, hijo y su Santo Espíritu hagan en nosotros la obra que comenzaron cuando lo reconocimos en nuestra vida.

Examinarnos diariamente y tratar de superar las faltas que cometemos repetitivamente, es una buena dinámica para volver a ser restaurados y obtener la riqueza espiritual que Dios tiene para nosotros y que unido a la material nos hace ser cristianos de poder, de sanidad y bendición.

Una persona que se congrega, que tiene dinero en abundancia no necesariamente es bendecido por Dios o su bendición procede de Dios. Debemos anhelar el discernimiento de espíritu para entender lo que es la gracia y la bendición de Dios.

Recordemos que la palabra de Dios nos exhorta contra las sutilezas del enemigo en Colosenses 2:8 Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo. Y que en aquel día el Señor dirá: "apartaos de mi hacedores de maldad, nunca os conocí".

La gracia y la bendición de Dios no es una gran abundancia económica en ocasiones, Dios quiere que seamos prosperados en todo y por todo, pero la verdadera bendición esta en la armonía, una vida con sentido de paz, buena convivencia, sin avaricias, egoísmos, contiendas, en unidad y todo aquello que nos invita a un servicio agradable a Dios.

Dios te bendiga