Bendiciones esperadas

¿Porqué no llega la bendición anhelada?

Primero que todo, la bendición que esperamos casi siempre es nuestro deseo y está fuera de la voluntad de Dios. Él conoce nuestra integridad o falsedad y sabe que necesitamos mucho mejor de lo que sabemos nosotros mismos.

Jeremías 17:9 Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?  

Esto nos dice que nuestro corazón nos engaña y que solo Dios discierne sus intenciones y lo conoce verdaderamente.

Puede parecer tonto aun al mismo cristiano, que creamos y queramos practicar lo que dice la palabra de Dios. Es muy difícil cumplir todos los preceptos, pero Dios no exige de nosotros nada que no podamos cumplir y su misericordia es extensa.

"Puede parecer que siempre estoy enseñando la palabra con juicio, pero así debe ser. No podemos dejarnos engañar del maligno y tener en poco toda absolutamente toda la palabra de Dios, que es para mi, para ti y para todos. Creo que Dios para bendecirme, aunque oren muchos hermanos por mis peticiones y yo misma ore sin cansarme, Dios va obrar en su tiempo y no va a dejar de corregirme aunque yo no lo quiera. Todos debemos pasar por un proceso de aprendizaje, sin saltarnos ningún curso. No se puede estar en los últimos cursos de la primaria sin haber aprendido a leer y escribir y no podemos ir a la universidad sin pasar por la primaria y el bachillerato por muy adelantados que seamos.  La razón de esta explicación es que cuando era niña, no tenia mucho conocimiento de la verdad y la vida. Una profesora muy recordada por mi, cuando nos regañaba decía: "Me pueden engañar a mi, pero a mi no me engañan, se engañan ustedes mismos". Yo no le creía mucho y mucho menos entendía lo que me quería decir. Hoy en día gracias a ella y a todas las personas esforzadas que trabajaron en mi educación cuando niña, se lo que eso quiere decir y tengo un conocimiento del castellano o español como se dice hoy en día.  También entiendo que no se puede correr sin aprender primero a caminar. Si yo misma, sin tener en cuenta a los que están a mi alrededor hago mi voluntad y no la de Dios, no voy a obtener las bendiciones que quería, quiero y querré, porque la palabra no miente y si leo solamente la que me bendice y no aprendo la que me puede maldecir o hacer caer en pecado, no voy a aprender completo y el hecho de ignorar las cosas no nos hace salvos."

No nos hace salvos, porque estamos en pecado y Cristo y su santo Espíritu no habitan conmigo. Para entender todas estas cosas, también se requiere tiempo, aprender doctrina, pasar por pruebas y bendiciones porque las misericordias de Dios son nuevas cada día.

Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, cuando lo conocemos, cuando nacemos de nuevo, requiere que sigamos un camino de santificación. Requiere tiempo, aprendizaje, como cualquier profesión o rudimento mundano. Si nos esforzamos vamos a llegar mucho más lejos espiritualmente que otros, porque esto no es de carne, no es dinero que puede comprar a Dios. Es personal, cada uno es integro para Dios y el hombre sin esperar la recompensa del mundo.

No es fácil aprender a dejar el orgullo de lado, no es fácil saber que nos equivocamos y debemos reconocer que nos equivocamos. No es como en el mundo, pero es parecido, porque debemos aprender contando con la facilidad de lo aprendido primero.  Somos bebés en Cristo, pero también como personas adultas o quizás como niños sabemos muchas cosas y tenemos que aprender a discernir lo bueno y lo malo, más fácilmente con ayuda de Dios y su iglesia.

La palabra que nos asusta en ocasiones, que no nos gusta, es necesario aprender sobre ella, aprender que Dios como padre amoroso tiene provisiones para sus hijos, pero también cuando es necesario nos disciplina con amor.

Dios te bendiga






La calumnia y lo que hace al calumniado

¿Que hacer cuando la mentira de otros nos alcanza?

Hay principios y valores que no tienen nada que ver con ser cristianos. Las naciones sobreviven gracias a los valores y la fe del hombre en Dios. Decir soy cristiano es casi que un cliché hoy en día, quiere decir que este termino esta tan utilizado sin ser una realidad y no es fácil creerle a una persona que dice ser cristiana.

La palabra calumnia es sinónimo con difamación, mentira, falsedad, maledicencia y otras palabras mas. Sabemos que Jesucristo el hijo de Dios sufrió todas estas cosas por todos y cada uno de los hombre y muerte de cruz, resucito y está sentado a la Diestra de Dios padre intercediendo por nosotros. Es nuestro hermano mayor y forma parte como persona de Dios trino (de trinidad, tres).

Si Jesús padeció por todas estas cosas, muy seguramente nosotros los que lo recibimos como Señor y Salvador personal pasaremos por algunas cosas como lo es la calumnia, la difamación y la mentira.

Aunque en el mundo normalmente hay está clase de pecado de la carne, también es utilizada la calumnia y mentira para dañar a otras personas sin necesidad de razones. Así es el mal en todos los estamentos.

La solución a estas cosas no es reclamar a la persona o personas que lo hacen y las que los siguen. No podemos dejar de perdonar al que calumnia, pero si podemos mantenernos alejados de ellos.

Características de la persona que usa la mentira y calumnia

Estas personas tienen algunas características especiales en su temperamento. Las podemos definir difícilmente debido a que las personas que calumnian son como las pequeñas zorras que dañan los viñedos de las que habla la Biblia.

Poseen astucia, agilidad, son difíciles de cazar. Con su astucia engañan al calumniado sin dejar entrever que sus halagos e interés por los demás lleva ocultas intenciones. Son ágiles para invertir situaciones y escapar de las confrontaciones, hipócritas que hablan haciéndose pasar por inocentes. 

Difíciles de cazar esto quiere decir que es muy difícil descubrir sus malas intenciones y cuando han hecho daño pueden pasar años antes de que sepamos lo que hicieron en contra de nosotros. El daño que causan es muy arduo y complejo de reparar, debido a todas esas capacidades para el mal que tienen.

Estas pequeñas zorras destruyen los frutos en las viñas y pueden acabar con todas las plantas muy rápidamente, entran a comer pero no lo hacen racionalmente porque esa es su genética animal.

Cuando entran esas pequeñas zorras en la vida de los cristianos

Esas personas comparadas a las pequeñas zorras muchas veces están en nuestras vidas de manera imperceptible. A veces tienen mucho tiempo haciendo estragos en nuestra vida sin que nos demos cuenta, dañando lo que hacemos por la familia y en las congregaciones.

Cuando estamos desapercibidos, el maligno utiliza a las personas para dañar nuestro fruto, el egoísmo de las personas que no saben amar desinteresadamente, no tienen valores morales y no quieren aprender, las convierten en estas pequeñas zorras, cuando el deseo de venganza llena los corazones (tal fue lo que aconteció con Sansón en Jueces 15:4).

Otra de las razones en que en nuestra vida espiritual estamos en decadencia, no se ora, no se lee la Biblia y algunas cosas más. Cuando se descuida la sana doctrina y se comienza a desviar la mirada de Jesús, autor y consumador de la fe.

Son tantas y tantas las pequeñas zorras que dañan los viñedos como el temor y la desobediencia. La vanidad, el ser codicioso, la envidia, el perfeccionismo, etc.

También algunas personas creen que con ir a culto regularmente, alabar a Dios, ofrendar y diezmar, están bien y haciendo todo para la gloria de Dios, sin darse cuenta de las pequeñas zorras que tienen en su vida. Dañando su fruto y el de los demás.

Debemos seguir un camino de crecimiento y búsqueda de Dios, aprendiendo de la palabra de Dios, como David en su día pedirle a Dios de corazón que nos ayude a restaurar nuestra vida espiritual y familiar.

La falta de fruto especialmente en las familias, que es la primera institución creada por Dios para el hombre, es la que sufre con todas estas pequeñas zorras que la destruyen de diferentes formas y sin ninguna clase de piedad.

Por eso podemos orar como lo hizo David en el salmo 139

139:23 Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón;
Pruébame y conoce mis pensamientos;
139:24 Y ve si hay en mí camino de perversidad,
Y guíame en el camino eterno.


Dios te bendiga