Afán y Ansiedad

El Afán y la Ansiedad
Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros Pensamientos en Cristo Jesús.
                                                                                  Filipenses 4:6-7
El afán y la ansiedad, el estrés y todas esas palabras que definen ese estado de angustia que nos llena en momentos y que queremos superar sin conseguirlo muchas veces, es algo que a Dios no le agrada porque el sabe de qué tenemos necesidad y el promete que el suplirá conforme a sus riquezas en gloria.
¿Cuáles son las riquezas en gloria de Dios? Siempre que oímos hablar de riqueza pensamos inmediatamente en dinero, el dinero y más dinero es la panacea de casi todo el mundo para solucionar sus problemas.
El dinero y debemos decir bendito dinero cuando hay para comprar lo necesario y lo ganamos justamente para las necesidades que tenemos y que tienen las personas que tenemos a cargo.
Estas necesidades no son solo básicas, hay muchas necesidades que cuando las suplimos nos llenan de satisfacción y nos alegran la vida y una de estas necesidades primarias es el ocio, nuestros ratos de ocio después del cansancio del trabajo debe ser respetado y merecemos disfrutarlo de la mejor forma posible.
Volviendo a las riquezas en gloria de Dios no debemos pensar que las riquezas de Dios son solo dinero, el significado de riquezas de Dios varia en torno a la necesidad de cada uno.
Las riquezas en gloria de Dios abarcan algo que se llama influencia, Dios tiene influencia para mover la mano de los poderosos, de los médicos, de las circunstancias y de muchas cosas más que muchas veces cuando las recibimos nos asombran y nos hacen pensar en la inmensidad de la Gloria de Dios.
Y como somos un reflejo de su gloria, somos sus hijos, debemos dejar que él nos use como vasos limpios, escuchar la voz de él cuando nos habla, cuando nos redarguye, nos guía en el camino a seguir por medio de su Espíritu Santo.
No podemos seguir torpemente por nuestro propio entendimiento y sabiduría humana, cuando lo conocemos a él, debemos reconocer que tenemos limitaciones, que somos pequeñitos, que lo necesitamos en nuestra vida, en todos los momentos diarios en que tomamos las diferentes decisiones del diario vivir.
Cuando engrandecemos a Dios en nuestra vida, lo reconocemos y aceptamos que gracias a su maravillosa voluntad somos lo que somos, vamos a vivir en bendición.
Por eso debemos descansar en él, confiar en él, depositar nuestros afanes en él y no dejar de agradecer su amor, bondad y misericordia que son nuevas cada día.
Dios te bendiga  

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