La mujer samaritana

Jesús y la mujer samaritana

Juan 4: 19 Le dijo la mujer: Señor, me parece que tú eres profeta.
20 Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar.
21 Jesús le dijo: Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre.
22 Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos.
23 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.
24 Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.
Casi siempre que se habla de este pasaje o se toma este pasaje para evangelizar o predicar se centra en el pecado de la mujer samaritana, que en realidad no es lo más importante en ocasiones. Es muy importante saber que estamos fuera de la gracia de Dios si estamos en pecado, sin el conocimiento de la salvación perfecta que nos dio con el sacrificio de su hijo unigénito nuestro señor Jesucristo.
Este es un pasaje muy rico en enseñanzas para hombres y mujeres en general. Cuando Jesús dice que ni en ese monte ni en Jerusalén,es porque quiere decir que debemos adorar en todo tiempo, nuestro pensamiento, alma y sentimiento debe mantenerse en la presencia de Dios constantemente. 
No es una iglesia, un lugar especifico, es todo lugar, todo tiempo, libres de pecado, libres de maldad y con el deseo ferviente de servir a Dios para mantener vivo el fuego del Espíritu Santo de Dios en nuestras vidas.
Cuando se es cristiano dominguero, ese día es el día para acordarnos de Dios, leer su palabra, querer recibir sus bendiciones, vamos a la iglesia como en un ritual, no podemos faltar el domingo a menos que sea por alguna causa especifica. El resto de la semana no nos acordamos para nada de Dios,  vivimos una vida completamente carnal y nos deleitamos en el mundo, en las cosas de la vida diaria y la vanidad, no obtenemos las bendiciones que necesitamos, a las que tenemos derecho.
Adorar a Dios en espíritu y en verdad es mantener su palabra viva en el pensamiento,saber que a cada instante podemos entrar en el trono de su gracia y clamar de su misericordia, de su amor y perdón. 
No hay mayor bienestar que aquel que conseguimos cuando hemos recorrido el camino de la liberación y la sanidad, cuando hemos pasado por pruebas sin desmayar, peleando la buena batalla de la fe.Guardarnos para Dios, sabiendo que debemos compartir y enseñar lo que hemos aprendido por medio de nuestro firme caminar en el Señor.
La mujer samaritana estaba en pecado y Jesús le dijo: bien has dicho porque cinco maridos has tenido y aun el que tienes no es el tuyo. Esos cinco  maridos de la mujer samaritana también lo podemos comparar a muchos otros pecados que no son iguales a los de esta mujer, pero están en las vidas impidiendo que reconozcas a Jesús como tu Señor y Salvador personal.

No es la iglesia, no es lugar donde estas, no es ningún otro lugar,somos nosotros que perdemos la sanidad y santidad porque no adoramos en espíritu y en verdad.Por esta razón te invito a que aprendas más de la palabra de Dios, aprendas todo sobre la oración y guerra espiritual, ayunes especialmente en la congregación para recibir lo que necesitas, santifiques tu vida y puedas presentarte como un obrero aprobado que no tienes de que avergonzarte porque usas bien la palabra de verdad. 

Dios te bendiga



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