Esperar el tiempo de Dios

El tiempo de Dios y su bendita gracia

El tiempo de Dios es el perfecto para todo y todos. En la Biblia vemos que primero Dios hizo la creación, el principio, el comienzo del mundo, después de la caída del hombre y muerte eterna vino la redención y nueva vida en Cristo, para continuar con la santificación del hombre como hijo de Dios y predicación de su palabra a toda criatura, en la labor de la Iglesia de nuestro Señor Jesucristo.

También hay una vida individual en cada uno de nosotros. Estamos llenos de fe y esperanzados en que la gloria de Dios se manifieste en nuestra vida. El camino que emprendemos para ser liberados, sanados y llenarnos de la paz y bendición de Dios no es fácil, nunca será fácil, debido a que el camino que emprendemos con Jesús como Señor y Salvador personal no tiene fin; finaliza cuando partimos a la presencia de Dios o si Cristo llega a venir por nosotros, por su iglesia antes de que muramos.

La vida no se detiene, tenemos familia, obligaciones que cumplir, proyectos que hacer y un sin fin de metas que deseamos alcanzar y que muchas veces las sentimos lejanas. Muchas veces parafraseamos versículos bíblicos, acomodandolos a nuestras oraciones diarias y no está mal cuando no contradice la palabra de Dios. Ejemplo de ello es la frase " ni aun una hoja se mueve si no es por la voluntad de Dios", la usamos para advertir, para afirmar, para demostrar que Dios tiene control y un sin fin de ideas que están en la Biblia.

Orar no es repetir como loros las mismas palabras repetitivamente; a menos que estemos con la palabra de la Biblia pidiéndole a Dios que se cumplan sus promesas en nuestras vidas.  Orar es hablar como hablamos con nuestros amigos y familiares cuando les pedimos, les decimos, les contamos, sentimos..., muchas veces repetimos las mismas cosas una y otra vez a las personas, así también hacemos en ocasiones con Dios, cuando hablamos (oramos) con él.

Muchas veces hemos orado tiempos largos al Señor por cosas que queremos recibir o queremos hacer, promesas que queremos que se cumplan en nuestra vida y así muchas cosas esperamos de Dios. Somos sus hijos, aunque también debemos ir creciendo espiritualmente al mismo tiempo que esperamos su bendición y gracia.

Cuando los israelitas salieron de Egipto para la tierra prometida, se tardaron cuarenta años en llegar a esta tierra. Éxodo 13:17 Y luego que Faraón dejó ir al pueblo, Dios no los llevó por el camino de la tierra de los filisteos, que estaba cerca; porque dijo Dios: Para que no se arrepienta el pueblo cuando vea la guerra, y se vuelva a Egipto. 

Dios tuvo todo un propósito con el pueblo de Israel cuando los sacó a libertad de Egipto y algo que siempre me ha impactado de esta palabra es que dice que Dios escucho, se acordó, miró a los israelitas. Éxodo 2:23 Aconteció que después de muchos días murió el rey de Egipto, y los hijos de Israel gemían a causa de la servidumbre, y clamaron; y subió a Dios el clamor de ellos con motivo de su servidumbre. 
2:24 Y oyó Dios el gemido de ellos, y se acordó de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob. 
2:25 Y miró Dios a los hijos de Israel, y los reconoció Dios.

No los habia desechado totalmente, cuando ellos sufrían, Dios escuchó, así Dios escucha los clamores de nosotros cuando clamamos a él. El sabe de qué tenemos necesidad y muchas veces nos deja padecer, sin dejar de tener misericordia.

Los israelitas eran desobedientes, esos años de esclavitud habían dejado su huella en ellos. Podemos comparar la situación de ellos con la de las personas en el presente tienen alguna clase de esclavitud, puede ser financiera, amorosa, etc. Dios quería tratar con ellos para bendecirlos de una forma no solo material, económica, sino también espiritual y eterna.

Todo en la vida tiene un costo y ese costo hay que pagarlo. Como cuando vamos a una tienda y vemos algo que deseamos, muchas veces se sale del presupuesto y sacamos una tarjeta de crédito o quizás tenemos el dinero para pagar una factura y el ansia de obtener lo deseado nos obliga a comprar en ocasiones; sin que esté a nuestro alcance.

Así las bendiciones de Dios no están a nuestro alcance por nuestra condición espiritual primeramente y Dios quiere bendecirnos, nos hace pagar ese precio, para que cuando las obtengamos no se pierdan y seamos bendecidos mucho más grandemente de lo que esperamos.

La salvación es por gracia, su gracia nos alcanza, pero el mantenerla es parte de nuestro caminar cristiano, de nuestra santificación, para que ese regalo precioso no se pierda y salte para vida eterna.

Muchas personas creen que cuando reciben a Jesús en su corazón van a ser salvas por siempre, si es así, pero hay un pero, cuando nos deslizamos, caemos en las tentaciones del mundo y el pecado, dice la biblia que volvemos como el perro al vómito y la puerca lavada a su inmundicia. 

Entonces ese regalo se pierde, como cuando se nos pierde una joya preciosa en medio de una fiesta y ya no la tenemos más. Como cuando tenemos un vaso de cristal y se nos cae partiéndose en mil pedazos y ya no lo tenemos más.

Por esta razón debemos esperar en Dios, aunque a veces nos impacientemos, aunque parezca que el tiempo se detiene en la espera, Dios está en el asunto. Dice en el Salmo 37:7 Guarda silencio ante Jehová, y espera en él. No te alteres con motivo del que prospera en su camino, Por el hombre que hace maldades.

No es fácil esperar para nadie y muchas veces las dificultades y circunstancias que vivimos nos hacen perder la calma, dudar y hasta desesperar, perdiendo los estribos en ocasiones y mucho más. En estas situaciones lo mejor es tratar de calmarnos tratando de aprender de Jesús, su carácter, sus enseñanzas y todo lo que puede llenar nuestra impaciencia lo encontramos en la palabra de Dios. Puestos los ojos en Jesús el autor y consumador de la fe. 

Así como acallo la tormenta, acallara nuestros problemas, nuestras tristezas y circunstancias desagradables. En Mateo 8:26 El les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza.

"En el libro de Eclesiastés hay sentencias muy sabias, que nos hablan de la vida y cómo llevarla. No alcanza una entrada en un blog para hablar de la misericordia y maravillas de Dios. Para contar las muchas experiencias que hemos tenido en nuestro diario caminar cristiano, las enseñanzas prácticas que hemos recibido y como Dios a tratado en las diferentes áreas de nuestra vida. No me canso de experimentar la gloria de Dios en mi casa, en mi vida y también en mi familia y amistades. Dios es poderoso para convertir las maldiciones en bendiciones, para guardarnos. Ha guardado mi vida en innumerables ocasiones, la última vez fue un milagro que saliera ilesa de un atropellamiento que iba a sufrir con un bus. Cuando regresaba a mi casa en medio del susto y el llanto, sentía esa maravillosa presencia de Dios que me guardo. Sus ángeles acamparon a mi alrededor impidiendo la malicia del enemigo en ese momento en que corrí y me cai, pero alcance a librarme del vehiculo que venia a toda velocidad sobre mi." 

Dios es bueno y sus propósitos se cumplen en todos. El tiene propósitos de bien con todos y cada uno de sus hijos. Debemos seguir confiando siempre en Él, en la guía de su Santo Espíritu y saber que para el no hay nada imposible. Cuando dice "no" es porque tiene cosas mejores para nosotros. 

Recuerda que el dice que no nos dejará, ni nos desamparara, siempre esta con nosotros, prestó su oído a escuchar nuestro clamor. Su amor nos inunda, nos protege y nos acompaña.

Dios te bendiga










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