La ira y sus raíces

¿Como podemos encontrar las raíces de nuestra ira?

La ira es una emoción que la mayoría de las veces nos degrada y que origina actitudes que normalmente no están en nuestras relaciones con los demás.

En la Biblia hay muchos ejemplos de personas que por causa de la ira, tomaron actitudes graves y que perjudicaron gravemente las relaciones, especialmente las familiares.  Aunque Dios uso en ocasiones estas situaciones para trabajar en los temperamentos y bendecir moldeando la vida de algunos heroes biblicos como en el caso de Jose y el rey David.

El más grande ejemplo de la ira injustificada es la de Caín contra su hermano Abel. Su comportamiento era rechazado por Dios y vemos como reacciono Caín a pesar de las exhortaciones del mismo Dios.

En Génesis 4:3 Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová.

4:4 Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; 

4:5 pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante. 
4:8 Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató. 

Los hijos de Jacob vivian llenos de ira con Jose, debido a que tenían un dolor en el corazón. Su padre amaba más a Jose que a todos ellos y se sentían desplazados totalmente. Sabemos como ellos en su momento tomaron venganza de Jose.

Génesis 37:3 Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque lo había tenido en su vejez; y le hizo una túnica de diversos colores. 

37:4 Y viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos, le aborrecían, y no podían hablarle pacíficamente. 

En ocasiones nos llenamos de ira cuando  injustamente son violados nuestros derechos. Esto aconteció a Jonatán con su padre el rey Saúl en 1 de Samuel  20:32 Y Jonatán respondió a su padre Saúl y le dijo: ¿Por qué morirá? ¿Qué ha hecho? 

20:33 Entonces Saúl le arrojó una lanza para herirlo; de donde entendió Jonatán que su padre estaba resuelto a matar a David. 

20:34 Y se levantó Jonatán de la mesa con exaltada ira, y no comió pan el segundo día de la nueva luna; porque tenía dolor a causa de David, porque su padre le había afrentado. 

El rey Saúl sentía temor de David, amenazaba su futuro y el de su familia. El pueblo lo amaba más que a el y era más exitoso que él, en 1 Samuel 18:6 Aconteció que cuando volvían ellos, cuando David volvió de matar al filisteo, salieron las mujeres de todas las ciudades de Israel cantando y danzando, para recibir al rey Saúl, con panderos, con cánticos de alegría y con instrumentos de música. 
18:7 Y cantaban las mujeres que danzaban, y decían: Saúl hirió a sus miles, Y David a sus diez miles.
18:8 Y se enojó Saúl en gran manera, y le desagradó este dicho, y dijo: A David dieron diez miles, y a mí miles; no le falta más que el reino. 
Sigue en 1 Samuel 18:11 Y arrojó Saúl la lanza, diciendo: Enclavaré a David a la pared. Pero David lo evadió dos veces. 

18:12 Mas Saúl estaba temeroso de David, por cuanto Jehová estaba con él, y se había apartado de Saúl; 
18:13 por lo cual Saúl lo alejó de sí, y le hizo jefe de mil; y salía y entraba delante del pueblo. 
18:14 Y David se conducía prudentemente en todos sus asuntos, y Jehová estaba con él. 
18:15 Y viendo Saúl que se portaba tan prudentemente, tenía temor de él. 


Analizando la razón de nuestra ira, comprendiendo que sea injusta o justa la ira es en sentimiento que mata las emociones sanas. Si no aprendemos a encauzar nuestras emociones y  asimilamos con  aceptación que en la vida hay circunstancias que no podemos controlar las injusticias o realidades de nuestras incapacidades, puede acontecer con la ofrenda ajena y el disgusto o poca apreciación de la nuestra, como aconteció en la circunstancia de Caín y Abel.

Sabemos que la ira alimentada con constancia tiene un desencadenante que se puede presentar en cualquier momento; como con Jose y sus hermanos. Encontraron la oportunidad de deshacerse de Jose y quedar libres de su presencia casi que definitivamente.

Debemos aprovechar la abundancia de bendiciones y entregar esos sentimientos de ira y rechazo al Señor, para que limpie nuestros corazones y los sane de toda inmundicia, malicia del enemigo para mantenernos atados a rencores que utiliza para nuestro mal.

La palabra de Dios nos dice en Santiago 1:19 Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse; 
1:20 porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.
Recordemos el versiculo clave para nuestra vida, en Santiago 4:26 Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, 4:27 ni deis lugar al diablo. 
También nos exhorta a no decir algunas cosas que dañan nuestra mente y corazón en Efesios 4:29 Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. 4:30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. 
¿Piensas que estas siendo tratado injustamente? ¿Que han abusado de ti de cualquier forma? ¿Te han tratado mal o han hecho cosas en contra tuya que te duelen y dañan tu corazón?

Puedes escribir en un cuaderno solo para ti, esas cosas que te duelen y que no puedes dejar atrás. Cuando hayas terminado de escribir todo lo que te llena de ira o te acongoja, ora y dile a Dios todo en oración, como si estuvieras hablando con otra persona y pídele dirección y estrategias para resolver en tu vida esas situaciones que te llenan de congoja y te roban tu libertad en Cristo.

Dios te bendiga



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