Volver al pasado
El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo que es bueno; y el
hombre malo, del mal tesoro saca lo malo; porque de la abundancia del corazón
habla su boca. (Lucas 6:45 Biblia de las Américas).
Así dice la Biblia y debemos pensar que tesoro tenemos en nuestro corazón.
Cuando se conoce al Señor, cuando la persona experimenta el nuevo
nacimiento del que le habla Jesús a Nicodemo; se siente una renovación, un
cambio.
Cada persona lo recibe de una forma nueva y diferente, esto es debido a
las diferencias. No hay igualdad, todas las personas son diferentes en sus
aspectos físicos como raza, etnia, color,
en su educación y una serie de características y factores en los cuales va
incluida la herencia.
Muchas veces estas circunstancias que deben ayudar a formar un mejor
cristiano van en contra de ellos. Porque lo que se recibe del hombre es
imperfecto. Y muchas veces lo que se
recibe en el mundo no es bueno.
La mayoría de las personas que llegan a los pies de Cristo tienen una
necesidad muy grande, que es imposible resolver por los medios humanos, del
hombre, de la ciencia y todo el mundo tiene un lugar en su corazón, un vació que es imposible llenar; porque le pertenece a Dios.
Cuando una persona tiene una comprensión más clara de lo que es el mundo,
ha recibido un nivel de educación y se ha desarrollado con visiones más amplias
porque contó con buenos padres o adultos que les infundieron valores y los
ayudaron en las etapas mas difíciles de su crecimiento, es mas fácil para ellos
crecer espiritualmente y comprender muchas más cosas, de las dificultades con
que se encuentran las personas que comienzan su vida cristiana.
Las personas que han padecido rechazo, que tienen una autoestima baja
(situación que se va a dar en las personas que tienen problemas y necesidades),
son de una condición social muchas veces difíciles y que durante su niñez y
primeros años de vida no contaron con el afecto y respaldo de los adultos que
eran responsables de ellos, van a encontrar mucha mas dificultad para hacer
crecer el fruto espiritual que Dios da a sus hijos.
Cuando se ha crecido protegidos de los rigores del mundo, en muchas
situaciones se ha contado con adultos responsables que han guiado y han
respaldado a las personas, también se va a poder madurar y ser una persona que
va a poder ejercer eficazmente un ministerio mucho mejor que otra, que por el
contrario haya sufrido situaciones de abuso, maltrato infantil, rechazo y
varias cosas más.
Por eso se debe dar y sacar del buen tesoro del corazón para ayudar a
sanar y restaurar esas almas que tienen sed de Dios, de amor, de tolerancia y
comprensión.
Dar sin esperar nada a cambio, porque esa es la verdadera rueda de la
creación de Dios, el que recibió del buen tesoro del corazón de otros va a
tener para dar del buen tesoro de su corazón.
Si se quiere ser un verdadero cristiano, servidor de Dios, debemos dar más
que materialmente, espiritualmente. Enseñar, lo que bien se aprende nunca se
olvida y es mucho mas fácil recordar con alegría el haber recibido una dádiva y
una ayuda de alguna persona, que un reproche o una negativa.
Hay una ley espiritual Bíblica que habla del dar, da y se os dará…
Pensar que se esta dando y la calidad de lo que se da, es algo bueno para
ayudarse las mismas personas a crecer espiritualmente.
Jadeen
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