El adulto Mayor

La tercera edad


La gloria de los jóvenes es su fuerza, Y la hermosura de los ancianos es su vejez. 
                                                                                   
                                                                                                    Proverbios 20:29


Si leemos la Biblia encontraremos palabra de Dios para todas las personas y de todas las edades. Consejos como el que leemos en el libro de Proverbios, recuerda que un día todos hemos sido jóvenes y también un día, si Dios nos da vida y lo permite seremos ancianos. Personas de la tercera edad que necesitamos de los más jóvenes en diferentes circunstancias.


Es triste que una nueva cultura se esté infiltrando en los latinos. Los latinos tradicionalmente hemos tenido esa fama de amorosos, revoltosos, unidos, familias grandes y muchas cosas más que nos distinguen de otros pueblos y comunidades.
Debemos adoptar las costumbres de otras culturas cuando son para mejorar nuestra calidad de vida y tener progreso en muchas áreas. Pero hay algunas costumbres que no debemos aceptar, ni adoptar.

Una de estas costumbres es la falta de amor por la tercera edad, cuando nuestros mayores ya no tienen las facultades que tuvieron para ser las cabezas de las familias y en algunos casos padecen enfermedades que los incapacitan son rechazados y en muchos casos se deshacen de ellos, porque eso es como si se quitara un estorbo, llevar a nuestros ancianos a hogares geriátricos donde no nos molesten y los cuiden personas extrañas que no los aman, ni los conocen.

Como va a amar un extraño una persona que no conoce; si su propia familia que se sirvió de ella, que fue alimentada por ese adulto que hoy no puede responder por el mismo y en algunos casos hasta les criaron a sus hijos (nietos de ellos, porque se tenía que trabajar, se necesitaba ayuda y ellos eran niñeros amorosos y gratis, reemplazando a los hijos en las tareas que no podían cumplir) y dieron más de lo debido por diferentes causas, no les ama y no les importa la soledad a que son condenados en un ancianato ¿Pudiendo estar en medio de sus familias, bien cuidados y amados?

Levíticos 19: 32 Delante de las canas te levantaras y honraras el rostro del anciano, y de tu Dios tendrás temor. Así dice la Biblia para que sepamos que Dios mira nuestros ancianos, sus necesidades y circunstancias especiales.

Quizás se debería capacitar en las escuelas a los niños y adolescentes en crecimiento sobre lo que es la tercera edad, el deterioro de las personas y el amor que necesitan unido a una gran paciencia para lidiarlos así como ellos hacían con sus hijos, desde su nacimiento.

Ellos fueron proveedores materiales y espirituales, aunque muchos quizás no cumplíeron con su deber, hay muchos que fueron excelentes padres, madres,  maridos y esposas de calidad. Que con fallas y defectos hicieron lo posible para sacar adelante un hogar, para soportar los avatares de la vida y dar buenos ejemplos y mejores enseñanzas a sus hijos y familiares cercanos.

Todo esto requiere un merecimiento, una paz y seguridad en medio de sus familias ya en la tercera edad. No desecharlos como objetos que no sirven, no sienten y no aman.
Recuerdo muy bien que mi madre era una persona muy insensata en sus últimos años, debido a que fue una persona muy trabajadora, muy activa y en sus últimos años no podía hacer lo que hacía normalmente. Se volvió muy necia y hacia algunas cosas que llegaban a desesperar, especialmente las personas ajenas a ella, le tenían muy poca paciencia.

Nosotras, especialmente yo no quería sacarla de la casa y hasta el último día de su vida ella fue la dueña. Era una situación especial y había familiares que llegaron a decir que la internáramos en un ancianato, pero yo decía que eso no era posible, porque ella siempre le tuvo terror a esos lugares y decía que por eso tenía su casa. Su casa la había conservado a pesar de muchas dificultades, para en la vejez tener un refugio y vivir tranquila, como ella quisiera.

Las personas de la tercera edad requieren que se las respete, se las ame, se suplan sus necesidades y sea cuidada en la medida de los recursos que se tienen.
Honrar a padre y madre es el primer mandamiento con promesa que nos da el nuevo testamento. Cumplirlo es un deber, mucho más cuando esos padres se han esforzado toda su vida en el servicio a la familia.


Dios te bendiga

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