Importancia del amor filial

No dejes la mendicidad de tu mesa por la de otra mesa, mejor…

Muchas veces somos mendigos en nuestros hogares, en nuestras propias vidas y dejamos esa mendicidad para irnos a mendigar en la mesa de la familia política, de los amigos, de la iglesia.

Dios no quiere mendigos, quiere hijos. Muchas veces somos mendigos de amor, mendigos de aceptación y hasta mendigamos que nos rechacen.

La palabra de Dios dice que conoceremos la verdad y la verdad nos hará libres. Si somos libres no podemos ser mendigos, no tenemos que aceptar el rechazo, el miedo, el desamor.


En el libro de Santiago dice que si alguno está falto de sabiduría, se la pida a Dios y él la dará abundantemente y sin reproche. Porque es falta de sabiduría tener en poco a tus familiares, especialmente a los más cercanos.

Necesitamos sabiduría para entender los propósitos de Dios en la vida de todos. No debemos dejar el consejo de Dios y seguir el de los hombres, el de la carne y el del dinero, el de la vanagloria humana que es efímero..

Cuando abandonamos a nuestras familias en la carne, por seguir a otras personas o familias, no vamos a encontrar nuestro verdadero lugar.  Como vamos a proveer espiritual y económicamente para los particulares y olvidarnos de las necesidades de nuestra familia.

Dios nos llama a encontrar la bendición primeramente familiar y después ayudar a encontrar la bendición y el camino de los demás, hay tiempo para todo y para todos.

Cuando no nos aceptamos como realmente somos, cuando no aceptamos a la familia en la que Dios permitió que naciéramos y rechazamos el don de Dios, vamos a recibir rechazo, una ayuda corta, vamos a perder la bendición.

Primeramente debemos buscar el reino y su justicia y lo demás se nos dará por añadidura dice la Biblia. Las añadiduras no solo incluyen el bienestar material de la clase que sea, incluyen todas las necesidades de salud, emocionales y demás que necesitamos para vivir en paz.

Como vamos a amar a los extraños si somos incapaces de amar y aceptar a nuestra propia carne y sangre. A la madre que nos llevó en su vientre hasta el momento de nacer y al padre que nos engendró.

Sabemos que hay situaciones de situaciones. Muchos padres no cumplen su papel de padre y madres que también tienen muchas veces faltas, o quizás familiares que son maltratadores, abusivos y muchas cosas que suceden en la realidad de la vida.

A pesar de estas situaciones debemos recordar lo que dice Efesios 6:12, Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.  Y nos insta en el versículo que sigue a tomar toda la armadura de Dios.

Esto quiere decir que debemos luchar por nuestras familias, por nuestros padres y hermanos. Por todas aquellas personas y familiares que tienen ataduras y que les impide ser prosperados y bendecidos.

Dejaremos de ser mendigos, de mendigar atención, de mendigar buen trato y amor o quizás en vez de nosotros mendigar vendrán a buscarnos para tener de lo que nosotros tenemos, para que los enseñemos a entender los propósitos de Dios y para que seamos bendecidores y al mismo tiempo bendecidos.


¿Alguna vez te has puesto a pensar en cómo puedes demostrarle tu amor y aceptación a familiares y padres?¿Cuántas veces le has pedido al Espíritu Santo de Dios guía para ayudar a tus familiares necesitados de amor, una palabra de comprensión, cariño y quien sabe que otras cosas más?

Recuerda que la familia es la primera institución creada por Dios. Hasta los estados de derecho cuando ejercen la ley, dan prioridad a las familias y núcleos familiares, más que el estado, más que cualquier cosa en el mundo esta Dios y su santa palabra.

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