¿Crees que el dinero es la solución a
todos los problemas?
Cuantas
veces no escuchamos a personas decir que el dinero es lo más importante, sin
dinero no hay felicidad, cuando hay dinero las penas son más fáciles de
sobrellevar y ni que decir de tantos dichos populares como que cuando la
pobreza entra por la puerta; el amor sale por la ventana. En fin, tantas y
tantas cosas sobre el tener una buena economía. Es una idea tan firmemente
sembrada en el corazón y la mente de las personas que hacen en ocasiones cosas
que no harían nunca con tal de obtener el dinero.
Si
estudiamos en la Biblia lo que habla sobre el dinero, vemos que dice: raíz de
todos los males es el amor al dinero. En Mateo 6:24 nos habla de que nadie
puede servir a dos señores, debido a que amara a uno y aborrecerá al otro, no
podemos servir a Dios y a las riquezas al mismo tiempo.
Nos
habla de un espíritu inmundo llamado Mamóm, que es un demonio de avaricia y controla
las finanzas en diferentes áreas. Por medio de sembrar egoísmo, ruina, ansia
desmedida por el dinero utilizando la falta de integridad, emigración de
personas en busca
de un bienestar económico, destruye y separa las
familias.
También
nos habla en diferentes partes de la Biblia en el Antiguo Testamento sobre el
dinero, su buen y mal uso a través de los tiempos.
Antes
que descansar en las riquezas materiales podemos descansar en la provisión de
Dios para todos nosotros, Él es el dueño del oro y la plata para suplir las
necesidades de sus hijos.
“Estos tiempos son difíciles y sabemos que
tenemos en ocasiones grandes necesidades, no solo de alimentos, es importante la salud. Como el caso de una hermana que tiene
problemas graves de salud y aunque no tiene una EPS, la salud pública ha
suplido con abundancia y buenos medicamentos el tratamiento delicado que
necesita. No tenemos ninguna preocupación con sus tratamientos e inclusive
supervisan en el hogar el mantenimiento de todo lo que hace para que marche lo
mejor posible en su salud. También ha habido otros inconvenientes con otros
tres familiares cercanos y la Gloria es para Dios, que no hemos sentido carga,
estamos tranquilos y Dios ha dado una abundante provisión para darles todo lo
que se necesita”.
No
hemos descansado en las riquezas materiales, sino en el poder de Dios, ese Dios
grande y maravilloso del cual decimos que “Suplirá conforme a su misericordia y
riquezas en gloria”.
El
dinero es una pequeña parte de lo que necesitamos para suplir nuestras
necesidades en todas las áreas. Cuando contamos con la bendición de Dios y
ganas de hacer su obra, Dios suple mucho más abundantemente de lo que se
necesita. Debido a que por medio de las necesidades que se presentan
intensificamos nuestra búsqueda de Dios y su inmenso amor.
Cuando
tenemos la bendición de Dios contamos con recursos que van llegando y muchas
veces vemos que hasta sobra de la abundancia que tenemos.
También
debemos ser buenos administradores del dinero que obtenemos. Desagradamos a
Dios cuando derrochamos o vamos tras lujos y ostentaciones en la vida diaria.
Cuando
somos buenos administradores de la gracia de Dios en nuestra economía, somos
vencedores, podemos ayudar, dar y también disfrutar de una buena calidad de
vida para nosotros y nuestras familias.
“No hay tristeza más grande que ver a
las personas padecer por alimentos. Un día llego a mi puerta un anciano y me
dijo que le diera algo de comer, le pregunte que quería y contesto casi con lágrimas
en los ojos –Cualquier cosa Doña, tengo muchísima hambre no he comido en días,
he pedido en varias casas y me dicen que no tienen nada–. Sentí un gran dolor
en mi corazón, había pasado la hora del almuerzo y le di un pan, un vaso de
jugo y un paquete de galletas para después. Repitió jugo y se fue contento. Ore
dándole gracias a Dios porque yo no paso necesidades tan urgentes y siempre hay
alimentos en mi hogar”.
Vemos
que en estos casos la necesidad es económica, recordemos que lo que sembramos
recogemos y en ocasiones estas personas no sembraron bien o a su tiempo.
Como
en el cuento infantil de la cigarra y la hormiga, debemos ser diligentes como
la hormiga y no ser como la cigarra que solo canta y canta en verano
disfrutando y cuando llega el gélido invierno se muere de hambre y frío. No así
la hormiga que trabaja todo el verano para tener buena comida, casa, abrigo y calor
en invierno.
¿Cómo
aplicarías esta enseñanza a tu vida personal y familiar? Andas desesperado
tratando de obtener riquezas o trabajas confiado en la provisión que Dios te
da. ¿Eres integro en tus labores diarias, con tus patronos o jefes en el lugar
donde trabajas o en tu negocio?
Dios
te bendiga
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