Guerra Espiritual

¿Quienes deben hacer guerra espiritual?

La guerra espiritual es una oración y parte de la oración general en la vida devocional de los cristianos. La oración es la que normalmente hacemos para varias circunstancias. Hay oraciones de acción de gracias, oraciones de intercesión, adoración, de fe, en un mismo sentir y muchas más que nombra la Biblia.  

Debemos tener en cuenta que el Padre nuestro (Mateo 6:9) es una hermosa oración que Jesús dio de ejemplo para que aprendiéramos a orar, no pierde vigencia y podemos apropiarnos de ella para pedir agregando peticiones. 

Primero que todo la guerra espiritual no la hacen todos y no saben hacerla algunos cristianos. Debido a que la guerra espiritual debe estar fundamentada en la palabra de Dios, conociendo el sentido espiritual de las leyes que se deben cumplir para obtener la victoria, por medio de la oración de guerra.

Para ser un cristiano que se perfecciona, íntegro, únicamente no podemos ser llenos del Espíritu Santo de Dios.  Debemos ser llenos del conocimiento de la palabra de Dios, seguir paso a paso sus enseñanzas, aprender cada día  y complementarlo con las disciplinas que Dios tiene para nosotros.

Estas disciplinas son lógicamente la oración, el aprendizaje no mecánico de su palabra, el ayuno preferencialmente que sea congregacional, la asistencia a los servicios y sabemos aquellas personas que hemos llevado el camino cristiano en todas sus consecuencias que el bautismo en aguas, la santa cena y la koinonía entre hermanos, nos ayuda a mantener la firmeza en quien hemos creído, sin apartarnos.

Aquellas personas que se acostumbraron a pedir oración, a descansar en las oraciones de 
los hermanos para que los ayuden en todo y por todo, nunca serán cristianos victoriosos, bendecidos, liberados y sanados. Siempre andaran cojeando, pidiendo oración y quejandose de porque Dios no les da lo que ellos piden.

Cuando nos confiamos en lo que sabe el hermano o los hermanos, en lo que oran por nosotros, en las peticiones de oración que le hacemos y no encontramos nosotros mismos las respuestas y dedicamos tiempo de calidad a Dios y su palabra, vamos a vivir derrotados, un día mejor y otro peor. Sin solucionar de forma terminante algunos problemas y sin recibir las mejores promesas que Dios tiene para cada uno de nosotros.

Debemos creer en un Dios grande, que escucha y responde, que sabe que es lo mejor para mi, para ti y para todos sus hijos. Un Dios grande no es aquel que tiene contadas las bendiciones; un Dios grande y verdadero es aquel que si te quita del lugar en el que estas, es porque tiene algo mejor para ti y que no va a derrotar a otro para poder tener bendiciones para ti, porque es grande y poderoso para mover el mundo a tu favor si es necesario.

En Isaías 59:1 He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se agravado su oído para oír:

Un Dios grande tiene salidas, siempre tiene plan A, B, C y todo el alfabeto; porque es dueño de todo y sabe cómo enseñarte a usar los recursos que el te da. Un Dios grande sabe de que tienes necesidad y te muestra el camino, para que aprendas a mostrar ese Dios grande que tienes.

El cristiano debe vivir procesos constantemente. En medio de las circunstancias, las debilidades, los problemas y toda clase de aflicción que acompaña al cristiano y no cristiano, Dios esta moldeando, puliendo, capacitando. en Juan 16:33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.

La capacitación de Dios no se parece a la del hombre. Lo que Dios prepara para cada uno de nosotros es más importante y maravilloso que cualquier objeto o cosa que podamos adquirir en el mundo. 

La guerra espiritual se aprende haciéndola, se aprende orando, utilizando aquellos versos bíblicos que nos dan promesas de apoyo y redención para nuestros problemas. En 1 de Juan 4:4 Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.

Ya hemos vencido anticipadamente porque tenemos las arras del Espíritu Santo.
Jesús pagó por nosotros en la cruz del calvario, con su muerte y muerte de cruz, resucitó al tercer día y esta sentado a la diestra de Dios Padre, intercediendo por todos nosotros. Es nuestro hermano mayor, el dijo que todo lo que pidiéramos al padre en su nombre lo dar

La guerra espiritual debemos hacerla para obtener la victoria en aquellas circunstancias más difíciles de nuestra vida.  También para luchar por almas, para que conozcan a Dios y lleguen a salvación, especialmente por aquellas personas que más amamos, por la salud, por todo y en todo, la guerra espiritual también es una forma de reconocer la deidad de Dios.

De ese Dios tan grande y amoroso que tenemos, que sabe que es lo mejor para cada uno de nosotros y que cuando oramos con el entendimiento sabemos que quiere lo mejor para nosotros.

No para que Dios haga lo que nosotros queramos, tampoco para hacer mal a nadie o para que Dios haga juicio para ninguna persona,  por lo que nosotros creamos que debe haber juicio. 

Dios es sabio, no necesita nuestra ayuda para saber quienes somos o quienes son los demás. Si oramos en bendición por los demás, Dios prepara y corrige para que esa persona reciba bendición en su momento y como conviene.

Primeramente debemos dejar que Dios trate con nosotros para que nos perfeccione, nos capacite y nos haga buenos administradores de su gracia.

Recordemos esa porción bíblica en Efesios capítulo  6 del verso 10 al 18 en la cual nos habla de las luchas del cristiano y como debemos vestirnos de la armadura de Dios. No tenemos luchas contra carne ni sangre dice, la lucha es espiritual y debemos combatir de rodillas delante de la presencia de Dios, para que el enemigo huya de nosotros y de nuestras vidas y obtengamos la victoria.


También dice en Mateo 18:20 Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en el medio de ellos. Es una bella promesa que Dios cumple cuando nos unimos en un mismo sentir con aquellos que oran de diferentes formas y es una oración poderosa para desatar ataduras de impiedad y recibir bendiciones anheladas.

Dios te bendiga


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