La palabra de Dios y el amor a los enemigos
Mateo 5:44 Pero yo os digo:
Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que
os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;
El Señor en
su palabra nos manda a amar a nuestros enemigos, bendecirlos aunque nos
maldigan y orar por los que nos persiguen y ultrajan o calumnian. Es un
mandato, se debe cumplir, porque si Dios nos manda hacerlo es porque sabe que
se puede hacer.
Pero esto no
quiere decir que nosotros debamos estar en amistad y detrás de ellos para que
cambien, porque ellos tienen sus ojos espirituales cerrados, no entienden del
amor de Dios, como cuando Jesús iba camino del calvario, lo coronaron de
espinas, lo azotaron y se burlaban de él.
Jesús no fue
a buscar a los que lo prendieron, él sabía lo que iba a pasar y simplemente se
mantuvo en oración y haciendo lo que su padre celestial le ordenaba.
Así nosotros
cuando las personas nos hacen daño en diferentes maneras, no debemos salir a
buscarlas o llamarlas, sino mantenernos en nuestra posición en Cristo y orar en
bendición por todas estas personas y saber que en su tiempo nuestras oraciones serán
escuchadas y Dios encontrara el camino para liberarlas y que lo conozcan.
No es con
espada ni con ejército, sino con el Santo Espíritu de Dios. Porque muchas veces
se tienen diferencias irreconciliables con las personas y no es que no sean perdonadas
o que no las perdone el cristiano, sino que hay algo que se llama empatía y confianza,
esa empatía o química que pudo haber para mantener una amistad de cualquier
clase con otro se acaba y la desconfianza de que esa persona vuelva a herir de
alguna manera, hace que se mantengan las distancias a pesar de haber un perdón
completo.
Mateo 18:15 Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú
y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano.
18:16 Más si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca
de dos o tres testigos conste toda palabra.
18:17 Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la
iglesia, tenle por gentil y publicano.
Esto lo dice la Biblia con respecto a los hermanos en
Cristo, a los que están en armonía y koinonia en las congregaciones y si ellos
son sometidos a disciplina de esta forma por la palabra, como no va a haber
alguna clase de disciplina para aquellas personas que profesan un cristianismo dormido,
sin ninguna clase de crecimiento cristiano y siguen en las cosas del mundo a
pesar a haber recibido a Cristo en su corazón y ser partícipe de la cena del
Señor.
Porque la palabra de Dios es clara y en 1 Tesalonicenses
4: 6 dice: que ninguno agravie ni engañe en
nada a su hermano; porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos
dicho y testificado. 4:7 Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación.
Esto quiere decir que se debe dejar que Dios obre y únicamente
interceder, no se necesita hacer nada, no se necesita que se vengue del otro.
Dios es Juez justo y su justicia es eterna y permanece para siempre, no pasara al injusto por justo, solo se debe callar y esperar en él, para que el sol de
justicia brille en su tiempo y Dios de a cada uno según sus obras.
No se debe tener yugo desigual, estando en negocios o
amistades con aquellos que se sabe andan en las obras de la carne y el pecado.
Aquellos que por sus frutos se conocen y no hacen bien sino mal.
Es hermoso amar a todos, es hermoso tener paz, es hermoso
que el amor de Dios este con todos, pero la protección de Dios entra en ser
prudentes y el simple ve el mal y cae, más el avisado lo ve venir y se aparta.
Dios los bendiga
Dios los bendiga
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