El propósito de Dios

El propósito de Dios y el propósito del hombre


La voluntad de Dios es buena agradable y perfecta, la del hombre no. Aunque debería ser igual a la de Dios, pero el pecado y la separación han hecho que el hombre en su libre albedrío viole las disposiciones de Dios actuando en su carnalidad y queriendo cosas contrarias a la voluntad de Dios.

Dios cuando creó al hombre, dice la biblia fue a su imagen y semejanza. Génesis 1:27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. 

Dios era libre, es libre, soberano, y quería que el hombre tuviera esa misma libertad. Libertad no libertinaje, obediencia a su creador, porque de antemano le dio una heredad, le dio posesión del jardín del Edén y de todo lo que había en él. No solo eso, sino que les dio autoridad total sobre la tierra.

Les dijo sojuzgad la tierra y señoread en ella. Génesis 1:28 Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. 

Podemos ver la realidad de esta palabra en que Dios los deja solos para que hagan su labor, para que vivan conforme a lo que él les había dicho.

Vemos que desde el comienzo Dios tuvo un propósito específico, la tierra estaba desordenada y vacía, la lleno de cosas maravillosas y creo al hombre. Nos creó, de una forma perfecta, completa. Así hoy en día Dios también tiene propositos, propositos de bien y no de mal.

Primeramente necesita capacitarnos, para que podamos cumplir ese propósito y no quedemos a mitad de camino o quizás ni siquiera lo emprendamos en algunas ocasiones.

Por esta razón muchas veces Dios nos quita el sillón de comodidad en el cual nos sentamos. Para esto Dios nos mete en situaciones que prueban nuestra necesidad de cambio, de dirección, corrección, para madurar como personas y ser mejores cada día, para quitar nuestras incapacidades y darnos un norte, una salida, una nueva vida en Cristo.

Cuántas veces nos sentimos frustrados porque queremos algo, anhelamos obtener cosas, solucionar situaciones, vivir en otro lugar, un cambio radical en la vida, obtener el amor anhelado de un hombre por una mujer o de una mujer por un hombre y por más que se lucha no se obtiene lo que se desea.

Cuando estamos en la voluntad de Dios debemos aceptar lo que nos da. Pedir su perfecta voluntad para aquellas cosas que deseamos intensamente y que no son la voluntad de Dios para nosotros, por lo tanto no las obtenemos.

"Cuando he orado por muchas cosas en el largo camino cristiano emprendido, siempre le he dicho al Señor que se haga su perfecta voluntad; no la mía. Dios sabe que es lo mejor para mi, le digo que me haga entender y aceptar lo que quiere para mi vida, aunque me duela, en ocasiones sufra mucho y no quiera esa voluntad de Él en mi. Hay muchas cosas que no he entendido en el momento, orando y confiando en Dios han llegado las respuestas, dándome cuenta que la sabiduría es de Dios y mía la confusión de rostro como dice el libro del profeta Daniel."

Daniel 9:8 Oh Jehová, nuestra es la confusión de rostro, de nuestros reyes, de nuestros príncipes y de nuestros padres; porque contra ti pecamos. 
9:9 De Jehová nuestro Dios es el tener misericordia y el perdonar, aunque contra él nos hemos rebelado, 


Debemos ser sensibles a la voz del Espíritu Santo de Dios, dejarnos guiar por él, avivar el don de Dios en nosotros. Seguir su guía, vemos lo que dice en Romanos 8:26 Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. 

El que intercede y nos ayuda en nuestra debilidad es el Espíritu Santo,  lo hace con gemidos indecibles, esto quiere decir con fuerza, denodadamente, solo tenemos que confiar y descansar en Dios y saber que si seguimos esa guia obtendremos respuestas y bendición.

Romanos 8:27 Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.

Nuestro corazón es engañoso, Dios por medio del Espíritu santo discierne las intenciones de nuestro corazón, pero el Espíritu Santo intercede conforme a la voluntad de Dios.

Romanos 8:28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. 

Todo es todo, Dios usa todo para terminar bendiciendonos, aunque muchas veces no entendamos en el momento, debemos saber que Dios todo lo utiliza para nuestro bien y el nos tiene en sus manos preciosas.

Casi siempre luchamos por encontrar respuestas, por llenar nuestras necesidades conforme a nuestra voluntad, sin contar con la voluntad de Dios. Sin preguntarle a Dios en oración si lo que pedimos está conforme a sus propósitos, si eso que con tanto afán anhelamos y pedimos repetitivamente es lo que Dios quiere o tiene preparado para nosotros, si está en su perfecta voluntad y lo primero es si esto que pedimos nos conviene, conviene a nuestra vida, a nuestra salud espiritual y a todo lo que está a nuestro alrededor.

Hoy te insto a que trates de encontrar las respuestas a tus preguntas, a que te llenes de la unción, que con la llenura del Espíritu Santo de Dios entiendas cuáles son los propósitos de Dios para ti, si estas en obediencia a ellos o si estas resentido y tratando de encontrar tu voluntad carnal para tu vida.

Encontrar el fruto del Espíritu Santo de Dios, que es uno solo y abarca estas grandes grandes obras en la vida del cristiano, dice en Gálatas 5:22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, 
5:23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. 


Manifiestas son las obras de la carne y cuando estamos en ellas, nos encontramos fuera de la voluntad de Dios, en pecado y sin la salvación que da Jesucristo por medio de su muerte, muerte de cruz y resurrección.

Gálatas 5:19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia,
5:20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, 

5:21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. 

Es clara esta palabra y debemos renunciar a todas estas cosas, vivir en santidad, sin la cual nadie verá a Dios.

Dios te bendiga


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