La autoridad cuando no hay unidad


Demasiada autoridad ahoga la obra del gobierno de Dios, las empresas, las instituciones de educación  y así. Hay situaciones y circunstancias que se pueden delegar a diferentes personas, pero hay otras que no. Y esto va de acuerdo a la educación y formación de las personas que manejan todas estas cosas.

Hay que educar formalmente a la familia para ejercer  su labor, mejorando las capacidades de todos y esto implica tiempo, paciencia, amor, detalles, un corazón agradecido no solo con Dios sino con los que nos sirven o de los que recibimos beneficios.

Mateo 7:28 Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina;
7:29 porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.

Por amistad, porque se debe, o porque simplemente los conocemos y pensamos que siempre van a estar de nuestro lado; no debemos entregar autoridad a las personas, en otras palabras por favoritismo.

La equidad entre comillas, porque debemos favorecer a los nuestros pero con prudencia, sin oprimir a los contrarios, pero también sin ser demasiado evidentes.

Cambiándole la hoja a la historia de Saúl, en el caso de que Samuel hubiera sido el hijo de Elí que lo era por adopción, y sus otros hijos murieron, también hubiera heredado o aprendido de la malicia de ellos, vemos que no y Dios le hablo en diferentes ocasiones, él daba la palabra al pueblo, no anteponía su deber a lo que él en su carne hubiera querido o quería.

Los ancianos del pueblo de Israel protegían a Samuel, con sus oraciones, con sus dádivas y buenos consejos. Ninguna persona por muy sabia, honesta y llena de cualidades que este, puede manejar responsabilidades grandes  sin agotarse, sin necesitar consejos, ayuda económica, personas que lo reemplacen en algunas circunstancias y todas esas cosas que requieren los ministerios cristianos, los cargos presidenciales, las producciones de diferentes clases y todo lo que implique autoridad, necesita respaldo.

La unidad llega cuando se tienen los mismos fines, cuando los grupos o personas están tratando de alcanzar metas que competen a todos y todos tiene la misma meta.

Cuando hay unidad no quiere decir que todos son iguales, que tengan los mismos  pensamientos, que hagan las mismas cosas, tengan las mismas relaciones, al contrario se tienen diferentes intereses, pensamientos, etc., esto hace la unidad porque hay creatividad, diferencias y competencia.

La competencia en sus variantes es buena, fortalece el carácter, ayuda a desarrollar cualidades y habilidades en las personas que compiten, pero que terminan alcanzando el mismo fin.

Por eso la autoridad propia o delegada debe ser usada racionalmente y con inteligencia, una forma de poder hacerlo son las ayudas idóneas, cuando están en orden, son respetables y tiene una vida en común agradable a Dios.

Como los discípulos que recibieron esta autoridad directamente de Dios. en Lucas 10:19 He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará. 

La humildad es agradable en la mujer especialmente, pero es más valorada en el hombre. Esa humildad que hace grande, que denota autoridad y al mismo tiempo amor, saber que Dios es el que nos exalta haciéndonos grandes  ante los ojos de nuestros enemigos gracias a esa  humildad, sin estar exenta del orgullo de saber que se pertenece a un Dios grande, maravilloso, que siempre  tiene al humilde en el hueco de su mano,  habitamos a su cobijo, defiende a sus hijos y los guarda contra todo y todos aquellos que quieren hacerles mal.

Dios te bendiga



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