Naturales y bellas
Romanos 12:2Reina-Valera 1960 (RVR1960)
2 No os conforméis a este siglo, sino
transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que
comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
Las mujeres especialmente y los hombres
adolescentes, adultos y quizás hasta mas allá, debido a la moda desenfadada y
moderna que se usa actualmente en casi todas partes del mundo no les gusta
estar sin el uniforme.
¿Cuál es el uniforme de la juventud? El
uniforme de la juventud es aquel que usan todos los jóvenes y demás personas
metidas en la moda. Si los tenis se usan, hay que comprar los más elegantes,
usarlos con falda, con short y hasta en la playa con vestido de baño si se da
el caso, lo yines con huecos, los short con los bolsillos que salen por los
bajos y en fin toda una serie de vestimentas que a veces nos hacen reír como
los pantalones que e van cayendo, los cabellos con la raya que se saca con
cuchilla, los hombres que se afeitan, las mujeres con binchas llenas de rosas,
los lazos estilo negrita puloy y en fin la moda va y viene y que bueno que las
personas adultas que se ven tan lindas con sus leguis con suéteres largos, así
cada uno va encontrando su acomodo.
Las mujeres mayores quizás son las que
más conservan su estilo antiguo de vestir, pero muchas ya entraron en la nueva
moda de estar como jovencitas elegantes que lucen un buen vestir.
Las madres, así sean integrantes de
comunidades religiosas (observación no obligatoria que hago, debido a los
ejemplos que veo por causa de obligar a las jóvenes a vestir inadecuadamente
por diferentes causas) no deben dejar de integrar a los jóvenes, especialmente
del sexo femenino a las actividades
normales de su edad, interactuar con otros jóvenes, andar ordenamente en su
vestir y en obediencia a sus padres.
Muchas veces los padres, en especial
las mujeres mayores no tienen en cuenta las necesidades más íntimas de la
juventud, no le dan espacio para su desarrollo emocional, tratan de mantenerlas
en algunos casos subyugadas y la misma baja autoestima que tienen se la
infunden a sus hijos, impidiendo que puedan disfrutar el mejor tiempo de su
vida, junto a una niñez feliz y agradable.
Debemos tener en cuenta que reeducar a
las personas comienza desde los adultos mayores y hay que encontrar fórmulas
valederas para impedir que abusen de los menores, pero teniendo en cuenta que
para dar, primero hay que recibir y si damos alegremente y sin reproche de lo
que tenemos, así recibamos retribuciones por nuestra labor debemos hacerla
porque nos gusta trabajar en lo que hacemos.
La envidia especialmente de las mujeres
mayores hacia las menores, de las más adultas que van perdiendo la belleza y
frescura de la juventud en contra de aquellas que apenas están en los umbrales
de la juventud y toda una serie de acosos sexuales y de diferentes clases hacia
el grupo de los más débiles, deben ser impedidos.
El estado tiene mecanismos de
protección que fueron confiables, pero que deben ser reorientados hacia una
mejor convivencia de las familias. La familia debe ser la primera ayuda del
estado para sostener a las personas no solo minusválidas, sino también aquellas
que están en desobediencia y que deben tener la cárcel por casa.
El arrepentimiento verdadero da fruto
abundante de justicia, cuando tenemos una necesidad que debe ser suplida y
llega el tiempo de recibir bendición y esa bendición siempre está retrasada y
empañada, quizás debemos buscar en nuestro propio entorno el tropiezo.
Muchas veces aceptamos la derrota, pero
siempre derrotados no se puede estar, derrotados es vencidos y los hijos de
Dios somos cabeza y no cola, somos bendición y no tropiezo.
¿Estas cumpliendo con tu deber para con
tu familia y personas que espiritualmente debes? ¿Sabes que ayudar tiene una retribución
espiritual grande y que Dios no se queda con nada que tu des a uno de sus
pequeñitos? ¿Estas dejando que el sol se ponga sobre tu enojo?
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